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MARTES

«Alexander Matthews»

Cuando el despertador de mi habitación dio las 5:00 a.m., me puse de pie para darme una rápida ducha. En las mañanas entrenaba solo e iba a correr varios kilómetros, pero, considerando que ahora tenía una novia falsa a la cual debía informar sobre ciertas situaciones de mi familia, debía buscar una forma de hablar con ella sin que las demás personas sospecharan, así que iría por ella y lo haríamos juntos.

Para cuando dieron las 5:30 ya estaba de pie frente a su casa. Comencé a llamar su número, pero no contestó al primer intento. Cuando llamé por segunda vez, escuché su voz salir del móvil.

¿Sí? —soltó de un modo adormilado que hasta causó una chispa de remordimiento por despertarla tan temprano para ir a correr.

—Floofy, estoy frente a tu casa, vamos a salir a correr —dije despacio para que me comprendiera, después de todo estaba medio despierta y su cerebro apenas funcionaba a esa hora.

¿Estás loco Alexander? Son las cinco de la mañana —murmuró en un susurro asueñado y apenas audible.

—Sé qué hora es, cariño. Andando que tenemos mucho que hacer —y colgué la llamada para esperarla.

Después de unos quince minutos escuché la puerta de su casa abrirse y la vi saliendo, vistiendo un atuendo deportivo que parecía ser más de su padre que de ella, su cabello estaba despeinado y sus gafas un poco empañadas, caminaba hablando por teléfono.

—No, no saldré a correr contigo hoy —le dijo a la persona del otro lado de la línea, esperó un segundo en lo que supuse, esta le respondió y agregó—, porque no Dylan, y ya —comprendí entonces y supe que le estaba cancelando a mi amadísimo primo su hora para correr. Le arrebaté el móvil.

—Por que saldrá a correr conmigo, primito —solté estando al teléfono. Escuché un suspiro del otro lado, de seguro estaba apenas levantándose también.

—¡Dámelo, Alexander! —Harper intentó quitarme el móvil, pero yo era más alto que ella, no pudo alcanzarlo.

¿Alexander? ¿Qué demonios haces con Har...? —colgué antes de que se pusiera a seguir preguntando. Le entregué el aparato a Harper quien me veía con disgusto.

—¡No vuelvas a hacer eso Alexander! —me advirtió acomodando sus gafas sobre el puente de su nariz, rodé los ojos con molestia, sí me había pasado un poco, pero no podía permitir que ella se pasara con Dylan más de la cuenta.

—En primer lugar, llámame Ander, ya te lo había dicho. En segundo, Dylan es un bocota de primera y si él no se la cree, irá corriendo a contarle a la abuela que le estoy robando a su mejor amiga y no dudaré en decirle lo que tú quieres a cambio de todo esto —me puse las manos en los bolsillos. Ella abrió la boca indignada, parecía no saber qué decir con respecto a mi amenaza.

—¡Eres un...! —comenzó a murmurar cosas que no entendí, pero que estaba seguro, eran insultos para mí, lo que me pareció adorable y gracioso.

—Ya, ya, ya floofy. Es hora de ejercitarnos —le di un empujón para que caminara en dirección al final de la cuadra, amarró su cabello rubio en una coleta y con voz sarcástica se dirigió a mí.

—¿Por qué rayos nos tenemos que ejercitar juntos y tan temprano?

—Pues por qué debo de mantenerme en forma y tú, a pesar de que eres delgada, tienes la condición física de una morsa —abrió la boca indignada.

Claro que me había fijado en su cuerpo, desde hacía años la veía con Dylan, pero jamás hablaba con ella. A pesar de que siempre llevaba ropas holgadas, estaba un poco despeinada y llevaba consigo esas ridículas gafas más grandes que su cara en sí, se me hacía difícil pero no imposible ver que definitivamente tenía potencial, uno que yo sacaría a relucir dentro de poco. Ella conseguiría lo que quería y yo mantendría feliz a la abuela por tener a una novia tan linda e inteligente.

¡Ríndete, Harper! [COMPLETA][#PGP2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora