Epílogo

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Dos meses después

VIERNES

Se miró al espejo intentando comprender como, hacía unos meses, odiaba esa figura que veía en el espejo y, justo en ese momento, amaba cada silueta y curva que existía en él.

Culpó a Alexander, siempre la llenaba de tantos halagos y mimos que era imposible que ella no terminara por pensar que era hermosa.

Pero lo era, no por ser rubia, no por tener ojos claros, no por tener la piel clara, sino por amarse a sí misma y ser auténtica, ahora no temía demostrar lo que amaba, por lo que vivía y por lo que moría, y eso, la hacía resplandecer y lucir cada vez más hermosa y brillante.

El vestido largo hasta los tobillos le quedaba perfecto y se ceñía a su pequeña figura, era discreto pero hermoso, para esa tarde no tenía planeado ir al baile de fin de curso —ni siquiera era su generación la que se graduaba, había conseguido las invitaciones de parte de Holly por ser alguien tan popular—, Arian la había convencido pese a que ambos se veían tremendamente ridículos con un yeso en el brazo y el otro en la pierna.

—Te dije que nunca desconfíes de mi buen gusto —se burló el rubio desde la puerta de la habitación, apoyando en el marco de la puerta con ese aire tan seductor que era propio de él, el cual había encantado a tantas chicas, pero jamás a ella.

Arian la adoraba, en serio lo hacía. Harper se había convertido en su pequeña hermana prácticamente desde el momento en que la conoció. No pudo negar que le pareció hermosa aquella noche en que se la presentaron como "Elíz, la hija del socio de sus padres", pero poco después, lo cautivó su extraña y refrescante manera de ser, ella podría ser una mejor amiga que amante, por lo que no quiso arruinar una potencial amistad.

Él era de los pocos hombres que podían mofarse de pensar con la cabeza de arriba, sonrió ante ese pensamiento tan característico de él.

—Es lindo, pero no la gran cosa, ni te emociones —quiso bajarlo de su nube, pero con un ego como el de ese alemán era prácticamente imposible lograr algo como eso. Ni siquiera sus ex conquistas en un intento de hacerlo sentir mal, lo lograron.

—Es la gran cosa porque yo lo elegí y yo, nena, soy la gran, gran cosa —sonrió acomodándose el corbatín que llevaba a juego con el esmoquin que sin duda alguna lo haría resaltar, pues era de un rojo vino llamativo, pero poco le importó.

Su objetivo era ser el centro de atención y siempre, en cualquier lugar, lograba serlo sin necesidad de esforzarse demasiado.

Su único pesar era que aun tenía la pierna enyesada y era por eso que no podría divertirse como lo tenía planeado, pero algo se podría hacer.

El timbre de la casa sonó, dando a entender que Alexander había llegado por ellos, a lo que el rubio sonrió burlón.

—Compórtate en el baile, Arian —sentenció tratando parecer amenazante, pero por muy bonita que se viera, no dejaba de ser tan adorable con el brazo lleno de vendaje.

—Tú y tu novio estarán en sus cosas, no veo por qué te preocupas por mí.

—¡Solo no hagas del instituto un desastre, ¿bien?!

—Uy —Alexander llegó a lado del rubio en ese momento, a lo que éste susurró—, cuida de tu novia esta noche, porque parece estar en sus días. Para mí que hoy no cena pancho —se burló con una de esas expresiones latinas que le aprendió a Nana y se fue saltando en un pie antes de que alguno de los "noviecitos" lo golpeara.

—Quiero golpearlo —dijo Alexander entrando de lleno en la habitación y admirando la belleza de su novia, qué bien sonaba decir eso en voz alta.

¡Ríndete, Harper! [COMPLETA][#PGP2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora