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SÁBADO

«Harper Evans»

La luz que entraba por la ventana que estaba enfrente de la cama me despertó. Por unos segundos estuve desconcertada sin entender muy bien en donde me encontraba y el cómo había llegado ahí, vagamente me llegaron como flashes los recuerdos de los acontecimientos del día anterior.

Intenté estirarme en la cama, pero parecía estar apretada contra algo, busqué el origen de lo que me impedía moverme, era uno de los brazos de Alexander, el cual rodeaba firmemente mi cintura como si de un peluche se tratase.

Me removí un poco, pero entonces sentí algo cerca de mí, temiendo lo que era, palmeé la mano del chico a mi lado.

—Alexander... —susurré pero no se movió siquiera—. Alexander... —repetí.

—Hum —soltó mientras me apretaba más contra él.

—Maldita sea, Alexander, despierta —pellizqué su mano y levantó la cabeza rápidamente con gesto adormilado.

—¿Qué quieres Harper? —preguntó con molestia.

—¿Qué es eso que me está punzando un lado? —lo miré a los ojos y pareció no entender, por mi parte, estaba aterrada de que fuese algún animal venenoso que se había colado entre las sábanas. Lo pensó un poco y luego abrió mucho los ojos. Intentó apartarse de mí, pero terminó cayendo de boca al suelo.

—Perdón, de verdad lo siento —tomó una sábana y se la puso encima de las piernas.

—¿Qué era, Alexander?

—Son calambres mañaneros, ¿Okay? —fruncí el ceño sin entender, pero cuando reaccioné a lo que se refería, el color subió rápidamente a mi rostro y terminé enterrando la cara entre las almohadas.

—¡Eso es asqueroso, Alexander! —grité, aunque sonó ahogado porque aún estaba entre el colchón y la almohada.

—No es mi culpa, floofy —intentó excusarse pero lo ignoré, estaba muerta de la vergüenza y con la cara al rojo vivo.

Me tomó de un brazo intentando que lo mirara, pero no tenía planeado hacerlo, me jaló y yo intenté zafarme del agarre, pero él era obviamente más fuerte y terminé cayendo encima suyo, agradecí que tuviera esa sábana gruesa entre nosotros; no sabría qué hacer si tuviera que encontrarme con aquel asunto directamente.

La puerta se abrió.

—¡Estos niños insaciables! ¡Tuvieron toda la noche para hacer sus cochinadas! —exclamó la abuela de Alexander entrando a la habitación con una bandeja. Ambos nos separamos rápidamente y viendo direcciones diferentes.

—Pensé que aún estarías durmiendo, abue... —se rascó la cabeza con incomodidad y no era para menos por la postura en que nos encontró.

—Es más de medio día, Ander, además, teniendo una invitada tan importante, es mejor tenerle listo un buen desayuno para que decida volver —dejó la bandeja en el escritorio. Abrí mucho los ojos al escuchar la hora, pero cuando menos le había advertido a Nana que estaba con Alexander, sino tendría a detectives investigando mi desaparición.

—No era necesario señora Matthews —ella me lanzó una mirada molesta. Sonreí—, perdón, Rose... —entonces su ceño se relajó.

—Escuché por tu tía Lina que hoy saldrán junto a Dylan. Sería bueno que lleven a Molly también para que no se aburra aquí encerrada —agregó saliendo de la habitación. Miré al chico a mi lado.

—¿Saldremos con Dylan? —me era casi imposible ocultar mi felicidad, él asintió mientras rodaba los ojos. Busqué mis gafas y me las acomodé.

¡Ríndete, Harper! [COMPLETA][#PGP2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora