2- El Príncipe del Pueblo: Siempre Tú『Yoonmin』

❝ Mareado ❞

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Como no podía salir de casa, desde hace unos días me tenían haciendo las invitaciones a nuestra boda.

Eran muchas y era cansado, además muchas veces me equivocaba: lloraba encima de ellas o escribía Min YoonGi.

Nada me salía bien.

Extraba pintar y extrañaba bailar.

Bailar con YoonGi-hyung.

❝─¿Te gustaría anunciar nuestro compromiso el día del baile? Sería fantástico, va a estar todo el pueblo. ❞

—¡Cuidado, JiMin! —grita papá Nam. Miro las cartas y la tinta está esparcida por varias invitaciones ya hechas.

—¡JiMin, cariño! Ten más cuidado, son para ti y Taemin, sé más responsable, niño tsk stsk—bajo la mirada cansado—. Cariño, ¿qué tienes? Te ves mal. —papá Jin me toca la frente y cuello.

—Estoy bien, padre —quito sus manos y me levanto—, iré a asearme.

Subo las escaleras y voy a mi cuarto, me tiro en la cama a dormir un rato.

❁❁❁❁

Las cosas daban vueltas y esta vez no había un punto fijo para dejar de marearme.

Ni las comidas en casa de Taemin, ni TaeHyung, ni el pequeño espacio en mi cuarto, ni las pequeñas clases de pintura a los pequeños de Anydian.

Ya no había un punto fijo.

Había ido a casa de Taemin para comer juntos, otra vez, pero desde hace horas estoy vomitando y toda la semana me he estado sientiendo como la mierda. No se qué me pasa.

─¿Te encuentras bien, necesito llevarte al doctor? ─dice Taemin del otro lado de la puerta.

Miro a mi al rededor y suspiro. Limpio el baño y mi rostro, abro la puerta y Taemin se me abalanza tomando mi rostro preocupado.

─Sinceramente te veo bien, pero yo solo sé de frutas y verduras.

Rio y tomo sus manos.

─Estaré bien, supongo algo de lo que cocinó mi padre me cayó mal, llevo tiempo así.

Me mira interrogante y le sonrío.

─Estaré bien. ─me acerco y le doy un pico ─Me tengo que ir.

─Mañana nos vemos.

Asiento y salgo de su casa.

Ya no quiero esto. Y es entonces que pienso algo.

Esto que siento no puede ser un resfriado.

❁❁❁❁

─¡Despierta!, ¡es urgente! ─Muevo a Tae un poco.

─¿Qué pasa? ─bosteza. Sonrío por lo tierno que se ve.

─Necesito ir al doctor.

─¿Por qué? ─sigue bostezando y se talla los ojos.

─Creo... creo que estoy embarazado.