A la mañana siguiente, yo estaba levantado temprano en la mañana revisando la nevera mientras que Mew ya estaba vestido para irse al trabajo.
—Belleza mía, ¿quieres que hoy me vaya en auto?
—No es que lo quiera,— Yo me doy la vuelta para tomarlo de los cachetes. —debes.
Mew ríe ante mi insistencia.
—Dreamy debe de estar muy dormida después del día largo de ayer.— Yo digo con un puchero tomando el pote de leche. —Es una tortura esperar hasta que se despierte. Ya quiero verla.
—Mm. A mí es una tortura no verlos a ustedes dos mientras trabajo, belleza mía.
Mew me abraza desde atrás con un puchero. Ambos hacemos sonidos apenados antes de yo salirme de su abrazo para prepararle el cereal.
—Aún hay tiempo así que desayuna.
Yo le digo al finalizar su plato de cereal.
—Belleza mía, no tenías que.
Él dice con un puchero.
Yo rio dándole un casto beso en los labios y cierro la nevera. Fui a darle comida a Bethoven quién quería lamerme el rostro.
Luego de eso abrí la puerta de la casa para dejar el aire fresco entrar y vi una caja.
—Amor, ¿ordenaste algo?— Yo pregunto ahora tomando la caja.
—Mm... Ya ni recuerdo haberlo hecho.
Él dice viéndome con la caja. Yo pongo la caja en la mesa frente a él. La abro con desconfianza. Temiendo lo que sería. Mew también está tenso con su moretón en la cien. La abro y veo lo que hay dentro.
—¿Qué es, belleza mía?— Mew se alarma ahora parándose para ponerse a mi lado echando un vistazo.
Es un juguete sexual que mantiene tu boca abierta. Extremadamente abierta. Yo ladeo mi cabeza hacia un lado.
—Oh.— Es lo único que digo ahora sacando el extraño objeto platinado.
—No me acordaba haberlo pedido.— Mew bufa una risa aliviándose de que sólo sea eso. Yo tomo el objeto entre mis manos.
—Esta cosa... ¿No duele en los cachetes?— Yo le digo. Con tan solo verlo me da dolor en un cachete.
—Mm... No lo sé. Tendrás que probártelo. A ver qué me dices.
Él me toma de la cintura suavemente con mucho cariño. Yo me doy la vuelta para quedar frente a él.
—¿C--Cómo se... Pone...?
Yo tartamudeo. Él me ayuda tomando el objeto.
—Abre tu boca, belleza mía.
Yo la abro como él dice. Él pone objeto circular dentro de mi boca ocultando mis dientes en su plástico y está separa mis cachetes al abrir mi boca en un brutal "O".
Me toco los cachetes y no puedo hablar bien. O al menos no se entiende lo que sea que diga.
—¿Te duele, belleza mía?— Mew pregunta al alejarse de mí.
Yo niego con la cabeza.
—¿Sientes molestia?
Ahí tuve que asentir.
—¿Quieres usarlo o no?
Volví a asentir. Él sonríe.
—Pero ahora no.— Él suavemente me lo quita y yo suspiro tocando mis propios cachetes.
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Tóxico(s) 2 • MewGulf
RomanceCon una niña en manos, Gulf y Mew se ven forzados a lidiar con una nueva amenaza y las perversiones de Mew incrementan cuando Gulf accede a ellas con ciertas restricciones. *ADVERTENCIA: Sadomasoquismo*