Capitulo 17

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—Solo firma.- Pide Donghae.

Sunhee se había ido de la oficina, solo estaban ellos dos solos. Aún así no podía dejar de sentir la presencia de esa zorra a su alrededor, como si su aura estuviera por todo el lugar, tal vez marco su territorio como los animales.

—Hae, ella...- Comienza el moreno pero el más joven lo detiene. Niega con la cabeza y suspira.

—Por favor, solo se sincero conmigo por una vez. Quiero terminar con esto y seguir adelante, sin dudas o incertidumbres respecto a lo que sucedió, me merezco una explicación ¿No?- Pregunta Donghae, se endereza en el asiento y apoya sus codos en la mesa de vidrio.

—Claro que si...- Susurra, agacha la mirada y traga saliva, luce avergonzado e incómodo.

—¿Alguna vez me amaste?- Cuestiona sin titubeos.

—Claro que si, desde que te conocí e cautivaste y me fui enamorando poco a poco de ti. Jamás me ilusiono la boca o luna de miel pero tú querías así que por mi estuvo bien, solo quería hacerte feliz.

—¿Cuando cambió todo?- Pregunta tratando de asimilar todo lo que el otro le dice.

—No lo se, simplemente...empecé a sentirme asfixiado. Todo lo que querías te lo daba y más, el amor que sentí se fue desgastando y sustituyendo por solo cariño. Luego la exasperación se apoderaron de mi, no quería lastimarte pero tampoco quería que siguiéramos juntos. Creo que solo saboteé nuestra relación para que te fueras, no quería ser el malo de la película, aunque así fue.- Dice viéndolo a los ojos, y sabe que no miente.

—Entiendo...

—Estaba asustado y acobardado, quería que fueras tú quien terminara la relación por lo mal que estaba y así ser libre. Te lastime, siento aprecio por ti aunque no lo parezca pero hace mucho que deje de amarte. Solo creí que si te pedía que regresáramos, así te haría feliz otra vez.- Toma los papeles y los lee con cuidado, toma una de las plumas y comienza a firmar donde le corresponde.

—Si me aprecias...¿Por qué me lastimaste?- Insiste Donghae viendo la firma de Hyukjae en los papeles, firmando la separación de lo que sea que llegaron a tener.

—Por idiota, se que ella te lastimó pero no puedo alejarme. Es como una droga, se que...- Firma la última hoja, la última línea.

—No me importa, solo quería saber qué sucedió entre nosotros y ahora lo sé.- Se puso de pie tomó los papeles y los metió en el folder nuevamente. Hyukjae también se levantó.

—Lo siento...

—Solo fuiste un hijo de puta que no tuvo los pantalones para hablar conmigo y decirme que ya no me amaba, un maldito cobarde que me lastimó para que me fuera ya que tú no tenías los tamaños para hacerlo, un idiota que se me cambio a mi por esa zorra rastrera.- Una bofetada a puño cerrado en la mejilla fue lo que recibió Lee Hyukjae de su, legalmente ex esposo. Antes de retirarse se giró a la puerta y con la más grande sonrisa en sus delgados labios rosas le dijo.

—Mi amante la tiene más grande que tú.- Le dedicó un guiño antes de darse la vuelta y cerrar la puerta tras el mientras disfrutaba de la furia e indignación del otro. Ya estaban divorciados, ni modo.

El rubio salió de la oficina y se topó con una sonriente Sunhee. Se aguantó las ganas de estamparle la cara con el espejo de la pared, así que el le devolvió la sonrisa.

—No te desharás de mi tan fácil, los ramos de flores son nada a comparar de lo que te espera.- Le dijo Donghae antes de sonreírle ampliamente y salir caminando.

Fue directo al elevador y presionó el botón para que las puertas se cerraran. Estaba satisfecho, con solo saber que Hyukjae si lo amo era más que suficiente, el sabía y entendía que el amor se terminara en algún momento y le hubiera dolido que el moreno se lo dijera pero tal pudieran haber salido mas ileso de esa relación.

Todo lo qué pasó, lo que sintió y sufrió solo porque Hyukjae inconscientemente quería que Donghae cargara con la responsabilidad de una ruptura. Además de que se había conseguido a esa zorra. Su ex esposo no estaba confundido respecto a lo que sentía por el rubio, sino a lo que sentía por lo que le hizo al rubio.

No podía creer que estuvo llorando por el, sintiéndose culpable bajo las sábanas en Hawái. Sintiéndose miserable, como un estorbo y molestia que solo causaba lástima y resulta que solo era la cobardía y estupidez del otro.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, salió directo a su auto. Entro y tomó su celular llamando a Choi Siwon, respondió al segundo timbre.

—Donghae ¿Cómo te fue...?

—Estoy legalmente divorciado, no quieres venir a mi departamento a festejar, tengo ganas de morder ese delicioso culo que tienes.- Dice el rubio con una voz que derrocha indecencia.

—Que casualidad, también quiero morder la misma parte de tu exquisita anatomía y después besar tus labios como si no hubiera un mañana.

Sonrió ampliamente con esa agradable sensación de ser apreciado, solo un poco más de trabajo en el amor a sí mismo y estaría bien, pero irían paso a paso. Además, tenía una editorial completa, absolutamente suya, independiente a su nombre, de su propiedad, había bastante porque festejar.

El final de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora