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« Mateo »

Tener a cielo de esta forma no era algo que hubiera esperado en mi vida, pero no podía negar que me estaba volviendo loco.

-no... mmm... para- soltó agarrando mis manos cuando estaba por sacar su remera

-lo suponía...- le sonreí, era obvio que no había estado así con ningún pibe. Se la notaba bastante nerviosa, de todas formas estaba haciendo todo bien y ya me tenía bastante duro

-perdón...- se disculpó tratando de controlar su respiración

-no pasa nada eu... está bien. Durmamos una siesta queres?- le propuse acariciando lentamente su cintura

-si, está bien... - me sonrío bajándose de arriba mío y acostándose a mi lado

No solía dormir con pibas, era más de cojer e irme a la mierda. Pero Cielo tenía algo que me hacía dar mucha paz, era como que me acostaba un rato con ella y el mundo quedaba en stand by.

Tenía un olor dulce y la piel demasiado suave. Su pelo era liso y sedoso y la manera en la que hacía pequeños círculos en mi cuello provocaba que bajara 70 cambios en un min.

-de verdad no dormiste en toda la noche?- cuestiono recostada en mi pecho pasando sus uñas de una manera lenta y suave por mi cuello y subiendo de vez en cuando a mi pelo

-no tonta, de verdad pensé que la quedabas- le respondí casi en un susurro un tanto ronco sin abrir los ojos

-Gracias... mmm... por cuidarme- contesto intentando buscar las palabras correctas. Los dos éramos muy orgullosos y el estar de esta forma tan tranquila rompía con todo eso

-Vos me salvaste de muchas... no podía hacer menos- suspire tranquilo

-y qué onda esos pibes... de donde los conociste?- inquirió interesándose

-vamos a dormir un rato dale- solté tratando de esquivar el tema

-pero...

-porfa, tengo sueño...- acote calmado girándome para que nuestras narices casi que chocaran

-qué estamos haciendo?- pregunto mirándome directo a los ojos

-no se... para que pensarlo?

-somos familia... no se si esto está bien...

-la estás pasando mal?- pregunte corriendo un mechón que tapaba parte de su cara y colocándolo detrás de su oreja

-no, no la estoy pasando mal- afirmó segura

-bueno, ya está. Hay muchas cosas que están mal... que mi viejo esté bajo tierra está mal, la pobreza, la injusticia, la inseguridad, la corrupción , todo eso está mal. ¿Que tanto mal le podemos hacer a un mundo que ya está hecho mierda?

No contesto, solo me miro un tanto confundida o sorprendida no lo logré descifrar. Junto nuestros labios en un suave beso y después me abrazo cual koala colocando su cabeza entre el espacio que se generaba entre mi cabeza y mi hombro.

« Cielo »

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« Cielo »

Fui abriendo los ojos lentamente, no tenía idea de que hora era, ni por cuánto tiempo nos habíamos dormido.

Lo vi a Mateo profundamente dormido abrazado a mi como un nene chiquito. Sinceramente este pibe me tenía muy confundida, además de que me sentía bastante culpable por estar comiéndome a mi primo.

Nunca hubiera imaginado que algo así podría pasar con Mateo... a ver estaba buenísimo y probablemente si no lo hubiera conocido como mi "primo" me hubiera llamado la atención al instante, pero las cosas no se habían dado de esa forma.

Decidí dejar de pensar, probablemente fueran dos días flasheando amor y me volvería a tratar como el orto, costumbre siendo él.

Me fui despegando de a poquito, si era cierto eso de que no había dormido en toda la noche seguramente estaba muy cansado y yo no quería acabar con su paz.

Cuando logre safarme de sus brazos, lo tape y por instinto, sin pensarlo, deje un beso en su frente

-te quiero- soltó dormido, o eso parecía. Yo también lo quería, a pesar de llevarnos tan mal siempre habíamos estado en el momento preciso para salvarnos los trapos.

Con Mateo me sentía segura, como si nada me pudiera pasar estando a su lado y eso era algo que no sentía con nadie más. Además también sentía yo, la necesidad de cuidarlo... no quería que nada malo le pasara, ya había atravesado demasiadas cosas para tener mi edad y realmente quería que fuera feliz.

Baje al living, había hecho un buen trabajo así que estaba reluciente. Agarre mi celular que había quedado sobre la mesa y revise mis redes sociales, además de hablar por teléfono con mi mamá que me contó que ya estaban en lo de mi abuela y que luego de dejar a Emi con ella se irían rumbo al lugar previsto para trabajar.

Ya era bastante tarde y la panza me hacía ruido. Tenía 0 ganas de cocinar así que decidí pedir hamburguesas en un lugar que quedaba cerca de mi casa y estaban buenísimas.

Pedí dos, con papas. Y me tire en el sillón a esperar que llegaran mientras escuchaba algo de música y boludeaba con el celular.

-me voy- anunció Mateo revolviéndose el pelo con una cara de dormido tremendo, atravesando el living con dirección a la puerta principal

-pedi hamburguesas para los dos- le solté mirándolo confundida. Nunca entendía que hacía, a donde iba o porque salía con planes tan de la nada

-guárdamela, después la como. Me tengo que ir- repitió desapareciendo de mi vista

Lamentaba hacer venir al delivery al pedo, pero yo necesitaba saber que mierda hacía este pibe. Asi que me puse una campera que encontré por ahí y tras agarrar las llaves salí a los piques, por suerte a tiempo ya que lo logré divisar a unos cuantos metros subiéndose a un auto.

Upaaaaaa
qué onda la pipol???
dudo subir otro hoy pero bueno ampliaremos ahre
espero que les esté gustando ❤️

Cuernos de angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora