3-5-6, Repito 3-5-6. Dimos con el paradero de los terroristas 3-5-6, Repito 3-5-6...
De un momento a otro la tranquilidad de aquella noche cambio, la tenue luz de los edificios y comercios que aun estaban abiertos cambio por el incesante parpadeó de las luces rojas y azules de los equipos de asalto, el dulce olor de la noche y del humo de los cigarrillos fue remplazado por la pólvora, gas lacrimógeno y ese detestable olor a sangre, sangre de inocentes, la sangre de mis amigos y compañeros.
Al cabo de unos minutos me encontraba ensimismado, pausado, atrapado en un letargo de inmovilidad mientras observa en cámara lenta los acontecimientos que suscitaban al frente de mis ojos, no sabia como responder, mi cuerpo solamente dejo de moverse hasta que la detonación de una granada a solo metros de distancia me volvió a la realidad.
Un sonido ensordecedor, el vibrar en mis tímpanos derrumbo mi equilibrio, diversas esquirlas se adhirieron a todo mi cuerpo, mi ropa desgarrada y sucia mientras que mi sangre corría libremente por mi rostro, brazos y cuerpo, logre ponerme de pie, el calor de mi sangre me despertó, pensé debo salvar a mis amigos, debo resguardar los planes y comencé a correr en dirección a nuestra ya asediada guarida.
Aquel nido de ratas como solía llamarlo Sebastián, me escabullí entre la multitud eufórica de personas que corrían deliberadamente por su vida, niños, adultos e inclusive ancianos salían despavoridos, llenos de temor e incertidumbres, quería ayudar a muchos pero no podía su sacrificio era necesario y no seria en vano, mi corazón se resquebraja en miles de partes cada vez que ignoraba un grito de agonía, un llanto de dolor, un señal de auxilio.
Aquel viejo y olvidado caserío se había convertido en una zona de guerra, si arderemos no será sin luchar gritaba la multitud, hasta entonces me había estado moviendo entre los escombros hasta que observe como la percusión de una bala segaba la vida de una niña de siete años, el tiempo se detuvo y entendí que la lucha debería escalar nuevo niveles.
Lleno de cólera y enfurecido, con sangre en mis manos de un ser que jamás podría volver a soñar, me dirigí hasta la entrada alterna del nido de ratas con todos los soñadores que aun estaban de pie, ya no habría mas sigilo, no seguiríamos ocultos, ya no aguantaríamos mas, esta noche nos haríamos escuchar y defenderíamos nuestras creencias, defenderíamos nuestros ideales, mantendríamos intacta nuestra fe.
Los papeles se habían invertidos ya no éramos las ratas, ya no corríamos, no nos volveríamos a esconder, si uno caía entonces diez mas se levantarían, ya no existía el miedo, no sentíamos temor, el terror era opcional, esa noche la muerte se había vuelto efímera y morir era gloria, nuestros pensamientos eran libres y nuestros ideales eran fuertes, inquebrantables e inamovibles.
Aun puedo recordar el olor a sangre, el olor a pólvora, el gas de azufre, las luces destellante de las patrullas, el fuego provocado por los disturbios, recuerdo los cuerpos inertes de personas inocentes y los perros uniformados del señor sociedad, lo que era una noche tranquila en el caserío 15 de la zona central se convirtió en un infierno y el infierno abrió paso al terror cuando entramos al interior del nido de ratas...
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CLAUSTRO
Short StoryUtopías, ciudades y sociedades perfectas o eso era lo que el señor S quería hacerle crear al mundo, controlando a cada uno de sus habitantes, creando autómatas sin la capacidad de pensar, soñar o ser libres, carente de emociones e ideales, firmes a...