Dialogo

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Ya no se quien soy o quien puedo ser, no se cuanto tiempo a pasado desde que yo, ya no soy yo, me siento tan diferente y cambiado, casi no reconozco ni mi propia imagen, aunque viera mi propio reflejo no podría distinguirme, estoy tan perdido, tan difuminado, tan desmembrado, cada segundo que transcurre me siento más aprisionado, sofocado en una terrible agonía eterna y perpetua donde has dejado que el tiempo se detenga, y tu en tu señorío hablas enfurecido, sacudes los cimientos de la tierra y los huesos de los caídos tiemblan de pavor.

Gritas colérico exigiendo preguntas, preguntas que no podrían ser contestadas, no ahora, no sin antes conocer mi pasado, no sin saber el motivo de estar aquí, acaso crees tu que yo quiero estar aquí, deambulando por este efímero espacio sin poder retornar, pero a donde regresare, no quiero regresar a esa podrida y lúgubre habitación de paredes blancas, a seguir siendo manipulado por sus fármacos a seguir luchando por aun conservar un ápice de libertad y añoranza.

Pero tampoco puedo quedarme aquí, puesto que mi presencia ha enfurecido al señor del tiempo, aquel ser metamórfico que se ha manifestado en mis narices mirando fija e intrínsecamente mis acciones sin mediar palabra, sin notar signo de respiración, solo dejando oír el crujir de sus viejas entrañas. 

CLAUSTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora