Capítulo 3.

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A la mañana siguiente desperté con el vestido hasta el abdomen y con Ashley a mi lado, tenía un fuerte dolor de cabeza y los pocos rayos de sol que entraban me daban en la cara lo cuál me incomodaba por completo. Fui al baño y tome una ducha, cuando estaba vestida salí por mi cepillo y vi a Ashley correr hacia el baño y vomitar.

-Rayos Ash, vas a lavar mi baño o voy a matarte.

-Cierra la boca, siento que voy a morir, la cabeza me explota.

-Báñate y vamos por un café.

Cuando estábamos listas salimos a la cafetería de cerca de mi casa, entramos y por desgracia Tom era el que estaba en turno, hacía un poco de tiempo que habíamos terminado pero aún me resultaba incómodo verlo.

-Bienvenidas, que les sir....- Hicimos contacto visual y se quedo callado.-Hola chicas, qué van a querer?

-Hola Tom, dos capuchinos calientes por favor.

Mientras anotaba en la pantalla me miraba de reojo, me fui a buscar una mesa ignorando por completo la situación. Después de unos minutos llego Ash con nuestros cafés y se sentó , yo miraba justo a la calle y veía la gente pasar.

-Cómo diablos llegamos a casa, recuerdo estar bailando y de repente despertar en mi cama.

-No me preguntes a mi, yo recuerdo exactamente lo mismo, igual es increíble que viviendo a una calle de tu casa no pudiera llegar a la mía, soy patética.

Seguimos hablando sobre la noche anterior, al momento de mirar hacia la calle vi esos ojos cafés mirarme directamente, en un parpadeo había desaparecido de la calle, tal vez seguía un poco ebria y solo estaba alucinando, fui a dejar a Ash a si casa y fui a la mía pues mañana teníamos cosas importantes que entregar en el trabajo, era editora en una revista y mañana debía entregar un buen titular para la portada, termine lo que estaba pendiente y fui a dormir.

La historia de un caído Donde viven las historias. Descúbrelo ahora