Capítulo 5: Queridos soldados es momento de iniciar con el plan.

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Cuando el padre de los gemelos santos de géminis dejo al hermano en su cama, alguien aprovecho para poder sacar al ebrio de Saga.

Kardia sujeto bien al alfa y lo llevo consigo, sin embargo, al pasar por la casa de libra fue interceptado por dos jóvenes que venían con su pequeño.

-¿Kardia?, ¿Qué paso? -preguntó Dohko un tanto intranquilo-

-me lleva la.... -pensó el santo de escorpio-

-¿ocurrió algo con mi padre Kardia? -continuo Shion-

-no... nada es solo que tú padre se sobre paso con los tragos –respondió tranquilo-

Shion lo miro aun asombrado y se acercó al chico que cargaba a su padre del hombro ya dormido.

-¿mi padre tomando? -preguntó desconcertado-

-sí, lo invite es solo que no quería que tu madre lo viera así, que tal si me mataba –soltó una risita nerviosa-

-¡eh!, no te preocupes, ¿si quieres puedes dejarlo aquí con Dohko?

-Shion espera... no tengo más camas –susurro Dohko nervioso-

-no se preocupen, en mi casa esta una cama extra, así que tranquilos

Shion y Dohko se miraron un tanto desconcertados, pero luego aceptaron, de todas formas, la casa de Kardia era la siguiente.

Aquel santo de escorpio entro a su casa y luego de haber dejado a su "objetivo" en su cama, cerro todas las ventanas y puertas que se encontraban en su templo. Después de ello, extendió su brazo derecho y se recostó viéndolo frente a él. Comenzó por abrazar al hombre alfa y oler su pecho. Por su parte, Saga al sentir a alguien a su lado, lo abrazo.

-Luco –susurro en su oído-

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-Luco –susurro en su oído-

Kardia se molestó, pero no hizo nada, no quería alterarlo.

-¿Cuántos años tienes Saga? -preguntó en voz baja-

-tengo... tengo 63 –Respondió con trabajo-

-¡eh!...¡no lo creo!, neta no se te nota, pareces de veintitantos... mierda.... voy a tener a un sugar Daddy –pensó sorprendido en sus adentros-

Kardia comenzó a relajarse con las feromonas que soltaba el alfa y sin darse cuenta, poco a poco se quedó dormido así con él. A la mañana siguiente, aquel santo se levantó temprano y comenzó a hacer el desayuno. Al poco tiempo, el mayor se levantó y se quedó asombrado, pues no sabía en donde estaba.

-buenos días Saga, ¿Cómo estás? -dijo entrando con una charola con comida-

-buenos... ¿Cómo? -preguntó al ver al omega dejarla en sus piernas-

-digamos que Kanon quería llevarte con él y yo como buen amigo no lo deje, te traje conmigo, porque no quería que tu omega me golpeara

-¡eh!, ese idiota pervertido, pero muchas gracias Kardia, perdóname, jamás me había divertido, así como ayer

Olvidemos la guerra Santa, Parte 2. [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora