Amnesia

Capítulo 1, Actualidad

La lluvia me golpea fuertemente mientras corro. Estoy demasiado lejos para llegar a mi casa, o más bien, mi departamento. Trato de buscar alguna tienda, o casa que pueda acogerme, pero no la hay, todo está cerrado, y oscuro. Si no fuera por el agua cayendo en los charcos a mis pies, habría un silencio mortal que te pondría la carne de gallina.

Diviso una estructura, ¿es un teatro?, nunca lo había visto. Debo estar demasiado lejos de casa. Me acerco hacia la entrada principal y me detengo, ahí al menos no me caen las gotas en el cabello. Pero el viento no tardó en llegar, mojándome completamente una vez más. La puerta a mi espalda, era de un color café oscuro, húmedo. Trate de abrirla pero no pude, la golpeo,  y no tiene sentido.

Entonces oigo un sonido, no son las gotas, es una puerta azotándose, varias veces. Camino hacia el sonido, y se encuentra en la lateral del teatro. Debe ser una puerta trasera. Entro y la oscuridad es demasiada. Pero al menos me mantiene seca.

La puerta se cierra. Me da un escalofrió, ¿habrá alguien ahí? A lo lejos, veo una pequeña luz. Pero no es un foco, supongo que la electricidad debe haberse caído. Me acerco como si fuera la cosa más preciada del mundo. Es una vela, una diminuta vela que comparte su poco calor con mis manos, y me hace sentir… viva.

En la pared que está detrás, que es de un color amarillo, decolorado, hay un cuadro, debe ser muy viejo, porque no se distinguen las líneas del dibujo. A lo que alcanzo a ver, es una mujer, lleva consigo un vestido verde, largo, y su cabello recogido en un chongo, sus finos chinos caen por los costados. Pero su cara no se distingue.

Siento, como mi cuerpo se adentra más a la temperatura alta, y ya no tengo frio. Me doy la vuelta, y veo como hay velas en el suelo, y van prendiéndose. Una por una, me están indicando un camino. Que idiotamente, lo sigo.

Llego hasta el escenario. Que está hecho de madera. Y un telón corrido, que me permite ver los asientos hechos de una tela parecida a la pana, que creo que es esa tela.

Me quito los zapatos, y me quedo descalza. Me impresiona como el suelo, en lugar de ser duro y frio. Es raramente suave y caliente.

Comienzo a caminar. Llevo mi ropa, que es un vestido blanco, que me llega hasta las rodillas, todo mojado. De una forma u otra, llego a lo que es el centro del escenario, mirando hacia la puerta del otro lado. Atrás de los asientos.

Empiezo a escuchar una música, una tierna música a base de violines, y chelos. La conozco. Siento que en mi vida ya la he escuchado, que ya la había oído, que me encantaba.

Mis pies comienzan a moverse, primero lentamente hacia la derecha, y luego a la izquierda. Siento que, esta coreografía me la sé. Y comienzo a bailar. Todo el escenario es mío.

Me detengo, cuando lo veo. Veo a una persona, a un hombre. En los primeros balcones de los asientos izquierdos. Lleva un traje blanco, me está mirando, pero no lo distingo bien, lleva una máscara de plumas negras.  Veo como camina, como baja las escaleras. Lo veo acercarse.

Antes de que cualquier cosa pasara, tomo mis zapatos, y me dispongo a correr. Las velas se apagan, y yo sigo corriendo a tientas de la oscuridad. Los truenos y los relámpagos empeoran, estoy a unos metros de la puerta cuando caigo. Tropiezo con una vela. Me doy la vuelta, y veo como él está parado delante de mí iluminado por los relámpagos.

Estoy asustada. Pero lo único que él hace, me da la mano y me levanta. Cuando estoy parada, distingo unos ojos azules muy hermosos. Le trato de tomar la otra mano, pero se desvanece a mi contacto. Se va suspendiendo entre el polvo y cenizas. El teatro se disuelve a mi alrededor…

Desperté un poco después de las 5 de la mañana. No sabía si eso había sido un sueño  o una pesadilla. Fuera lo que fuera, no quería que volviera a pasar otra vez.