Capítulo 23

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"La lucha que decide la vida o la muete"

Narra Lauren:
Luego de un largo viaje de más de un día, pon fin desembarqué junto con todos mis hombres. La guardia real secreta ya estaba esperando mi llegada. Él sol estaba cálido, poco antes de llegar en su punto más bajo.

- Me alegra tenerla de vuelta, alteza.- Expresó el jefe.

- No podía fallarle a mi gente.- Estaba bajando por la plataforma de madera.- ¿Cómo han estado las cosas por aquí?- Pregunté curiosa.

- En completa calma, princesa. En extraña y completa calma.- Comentó.

- ¿Qué estará planeando?- Le miré intrigada a mi fiel hombre.

- No debe se ser nada bueno, princesa.

- En lo absoluto. - Caminé hasta el caballo que me esperaba.- Vamos al castillo.- Perdí.

Quería ver a toda mi gente, a todas esas personas que mi ejército logró refugiar allí. A mi llegada, muchos de ellos se alegraron y comenzaron a acercarse a mi para pedir por su antigua vida; sabía que todos querían, al igual que yo, su libertad de vuelta.

Mi guardia, Luis y yo nos reunimos en la oficina central. Estábamos mirando un mapa de la extensión del reino de Endelthom, así como del de RidenVillage, mirando las posibles zonas en las que Félix pueda tener gente escondida preparada para atacar.

- ¿Cuantos más hombres y jóvenes lograron reunir, general?- Le pregunté al guardia, con aquella singular armadura dorada.

- Los suficientes, su alteza. Al menos 900 hombres y varios millares de jóvenes. - Respondió.- Todos dispuestos a luchar por la causa.

- De acuerdo. - Comencé a pensar en una estrategia y a discutirla con los hombres presentes.

Mi guardia me dijo que ya tenía a varios hombres ubicados en varios puntos del pueblo.

- ¡Su alteza!- Un sirviente llegó gritando hasta la puerta.

- ¿Qué ocurre?- Le cuestioné.

- Ha venido un mensajero. Dice que tiene un mensaje específicamente para usted, princesa.- El sirviente seguía jadeando por correr tanto.

- Vayamos.- Dije decidida, saliendo de la habitación para ir a escuchar dicho mensaje.- Habla.- Ordené cuando me encontré con aquel hombrecillo.

Él desenrolló un pliego de papel.

- Querida princesa Lauren. Me parece que has regresado ya. Temía que hubieras huido.- Se notaba que Félix ya sabía de mi ida y de mi regreso. Seguramente su gente sólo estaba esperando a verme de vuelta para así poder entregarme aquel mensaje. Yo jamás hubiera huido.- De cualquier forma, hubiese sido más fácil mi toma de este reino. Piénsalo princesa, aún puedes revocar tu decisión por la guerra, evitar enfrentarme, y así, entregarme el reino por las buenas a modo de rendición.

-Nunca.- Interrumpí al lacayo. Seguidamente, le volví a ordenar que siguiera leyendo.

- Si no aceptas este trato, tomaré tu silencio como inicio de la batalla. Mañana luego del amanecer, te estaré esperando en en campo de guerra. Si es que sabes dónde está. - Claro que lo sabía.- Por último, sólo quiero decirte que te odio, princesa. Voy a por el honor, así que espero que te prepares bien.- Terminó de leer.

- ¡Lárgate!- Le dije al lacayo.- Y dile a Félix que allá lo veré. - El hombrecillo se montó en su caballo y huyó deprisa.

Miré a Luis. Él asintió. Ya era seguro lo que tenía que hacer.

La Reina de mi Corazón (CamrenG!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora