Capítulo 18.

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Ese día habían quedado Jimin y Yoongi con Taehyung, ante el verdadero peligro que suponía que llevaran tres fases del plan y se acabara sin obtener resultados positivos. Tenían que hablar con él para analizar la situación. Jungkook cada vez salía menos de casa y se tiraba horas encerrado en su cuarto, jugando con la play o mirando el móvil. Jungkook a veces pensaba que era el karma lo que le hacía sentirse así.

Se encontraban los tres ya en la cafetería y habían pedido. Esta vez invitó Taehyung. Dio un pequeño sorbo a su bebida y hablaron de clases y de la vida en general. No querían ir directamente con lo que verdaderamente importaba.

-Tae, no te lo tomes a mal, pero estamos preocupados.

-¿Qué ha pasado?

-Es Jungkook.

-Últimamente no sale de casa ni para ir a clase casi. Está todo el día jugando en su cuarto y no habla con nadie.

-Llevo dos días sin hablar con él y antes hablábamos todos los días.

Taehyung se quedó callado, mirando a ambos. Parecía estar pensando algo y a la vez indiferente. Los otros dos no sabían qué esperarse: si algo bueno o la tercera guerra mundial. El rubio suspiró y bajó la mirada mientras comenzó a hablar bajito, casi en un susurro.

-Está bien. He visto que Jungkook se ha estado esforzando por hablar conmigo. De hecho, se disfrazó de tía. Cosa que no pensé nunca que eso pudiera hacer él, con su orgullo de macho.

-Es que le importas mucho, aunque ni siquiera él mismo lo reconozca. Y se siente mal por lo que te hizo. Y claro que estuvo mal pero tampoco queremos que nuestro amigo se quede ciego de tanto jugar.

-Decidle que esta tarde a las 17 en el centro comercial del sur le estaré esperando. Y ahora tengo que volver a clase, lo siento chicos. Nos vemos.

Yoongi y Jimin se quedaron estupefactos con toda la información y no les dio a tiempo a despedirse cuando ya había perdido de vista a Tae. Se miraron ambos y sonrieron.

-¿Ha... funcionado?

-Eso creo...

-¡Llamemos a Jungkook! ¡Corre!

-¡No! Mejor vayamos a su casa.

-Buena idea. Coge las cosas y vamos.

Yoongi cogió las mochilas, colocando a cada uno la suya y salieron escopetados de la cafetería, empujando a alguien. Jimin dijo "lo siento" y no se detuvieron hasta el coche. Yoongi tomo asientó en el puesto del conductor y Jimin en el de copiloto.

Iban a mayor velocidad de la permitida por la ciudad, pero ahora no importaban las multas. Importaban los amigos. Si llegaba alguna, se encargarían de que Jungkook fuera quien la pagara. Al fin y al cabo, es lo menos que podía hacer para agradecerles. Llegaron a la casa se Jungkook y aparcó el coche. Bajaron rápidamente y llamaron al timbre. Les abrió la madre de Jungkook.

-Oh, hola chicos. Cuanto tiempo sin veros. ¿Queréis ver a mi hijo?

-Hola, señora Jeon. Sí, queríamos ver al conejito.

-Pues ahora mismo no está en casa. Salió hace un rato. Dijo que había quedado.

-¿Me está jodiendo, verdad?

-No...

Contestó asustada la madre se Jungkook por la expresión que utilizó Yoongi.

-Pero... ¿No le dijo con quién?

-Sí... Creo que es un nuevo amigo. Se llamaba... Ba... ¿O era Bo...? O Gumbo...

-¡Bogum!

-¡Eso!

Cuéntame tu secreto, hyung. (Vkook).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora