14-¿Perdida?

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  La lluvia se había apoderado del hermoso paisaje soleado, el cielo oscuro y vacío había conquistado al celeste y lleno de nubes, y aquí me encontraba yo, caminando sola con la triste música resonando en mis auriculares.

No sabía si estaba perdida, pero quería llegar rápido a casa. Con respecto a Cameron, no lo había vuelto a ver en todo el día, tampoco a Ryan. 

Doblé por una calle conocida mientras el sonido acústico de la canción que escuchaba acompañaba a cada uno de mis pasos. Estaba cerca, y lo sabía, ya había pasado por aquí antes, y si no me confundía solo debía doblar dos veces más a la izquierda y llegaría a casa.

Debo decir que sí, me confundí, estaba completamente perdida, de nuevo.

Mi celular sonó en mi bolsillo haciéndome olvidar por un segundo mi enorme preocupación:

Desconocido:

¿Perdida? 

Junté mis cejas y miré la pantalla por un segundo, ¿Acaso alguien me estaba siguiendo?. Mi preocupación aumentó cuando percibí un sonido detrás de mi.

Tenía 2 opciones, salir corriendo o cerrar mis ojos y esperar a que todo pase. Pero nada pasó, quedé inmóvil por unos segundos, y cuando fuí capaz de voltear ya no había nada.  Estaba claramente confundida. Observé la pantalla de mi celular nuevamente. Hoy ya había recibido un mensaje de un número desconocido, y extrañamente coincidía con este, es decir, que esa persona probablemente iría al colegio.

-Bu

Me sobresalté al escuchar esa voz a mis espaldas, rápidamente voltee.

Estúpido Ben.

Tal vez los nervios eran demasiado obvios en mi rostro, y al paracer los notó y me miró con una expresión desentendida en el rostro, para luego observar mi celular, el cual yo estaba mirando hace unos segundos.

- “¿Perdida?”.- Dijo citando las palabras que había en la pantalla de mi celular. Se veía igual de confundido que yo, aunque él no tenía razón, aún no le había dado explicaciones.

- ¿Qué hay de malo con eso?.- Pregunté

Me miró por un segundo, para luego bajar la mirada.

-Nada, ¿No crees que es extraño?

Asentí

- En fin ¿Te perdiste verdad?, no es personal, pero tu hermano nos ha comentado sobre tu desorientación a la hora de dirigirte a diferentes... lugares.

Lo reté con la mirada para luego darle un suave golpe en su brazo. Bueno, no sé si lo de suave se lo podría tomar tan literal.

- ¡Auch!- Se quejó.

- ¡Ya vamos! Muestrame el camino correcto brujula, me estoy empapando.- Dije aunque la lluvia ya estaba cediendo.

En ese momento un auto estacionó a nuestro lado y su inconfundible color llamó mi atención, ¿El auto de Paul?.

La ventanilla bajó lentamente y por la ventana pude ver a mi hermano, bastante despreocupado.

- ¿Qué rayos haces aquí?.- Grité.

Ben saludo a mi hermano chocando su puño con el de él.

- Hermana, querida, no es por nada, pero ambos sabemos que si no llegas a casa antes que yo significa que te has perdido, por cierto, Paul me prestó su auto, ya que tengo algunos asuntos para hoy, sube ya, no soportaré que te resfríes otra vez.

No estaría nada mal resfriarme en realidad, siempre que lo hacía tenía a Harry como mi esclavo personal, y no podía negarse a mis peticiones, ya que mi madre no lo aceptaría. Por suerte mi hermano nunca se enferma, pero si lo hiciera sería una perfecta venganza hacia mi.

Abrió la puerta trasera y me deslicé hasta llegar hasta la ventana del otro lado del auto. Ben subió detrás de mi. Cerró la puerta y el auto logró arrancar.

- Hey, yo me bajaré en unas cuadras, debo ir al café.- Expresó Ben dirigiéndose a Harry, el cual no le respondió, pero supuse que había entendido.

Suspiré y me recosté en mi lugar, ¿Quién me enviaría esos mensajes y por qué lo haría?

El silencio en el lugar era bastante incomodo, ninguno de nosotros había emitido ninguna palabra. Supongo que todos estaríamos sumergidos en nuestros pensamientos.

Finalmente el auto paró en frente a un café, desconocido por mi hasta el momento: “Jack's”.

Apenas Ben bajó del auto, Harry encendedió la radio, sin despegar su vista del camino. Debo admitirlo, se veía muy concentrado conduciendo. 

A pesar de la música de la radio, el silencio se mantenía intacto.

Observé todo el recorrido por la ventana, ¿Cómo había terminado en este lugar?, ¿En qué momento había decidido cambiar mi vida por completo por un pequeño problema?

Cerré mis ojos por un segundo.

- ¿Qué opinas de Jenna?.- Preguntó Harry nervioso, haciendome salir de mi burbuja de pensamientos.

Me dejó totalmente sorprendida con su pregunta, ¿A que iba con todo esto? 
- Pienso que es una completa perra- le respondí con una sonrisa totalmente sarcastica. 
Suspiró.
- ¿Harry, tienes algo que decirme?.- Me atreví a preguntar.
Negó con la cabeza.

-Nada que decirte, hermana.

Esas fueron las últimas palabras que nos dirigimos hasta llegar nuestro destino. 
La casa estaba vacía, mamá trabajaba hasta las tres de la madrugada. A veces pienso que el trabajo la está consumiendo, aunque no se la ve mal.

-Saldré esta noche, de consuelo pediré pizza para ti, yo invito.- Me dijo Harry subiendo las escaleras
- ¿Me lo dices enserio?. 
No me podía hacer esto, es decir, lo de la pizza no era mala idea, si no la parte de quedarme sola toda la maldita noche.
-Lo siento Megan.
Él hecho de verlo tan indiferente me hacía enojar aún más
- ¿A dónde se supone que irás?.- Cada palabra que salía de mis labios contenía rabia y enojo.
- ¿Acaso esto es un cuestionario?
Sorprendida por su respuesta, le lancé una mirada de odio, la cual el claramente percibió.
Giró sus ojos hacía arriba, para luego lazar un largo suspiro.

- Saldré con los chicos, ¿Contenta?

- Siempre supe que eras gay.- Me burlé.
Rió sarcásticamente y giro sobre su propio pie dirigiéndose a su habitación, para que luego el viento se encargara de cerrar la puerta haciendo un fuerte ruido.

No me correspondes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora