Capítulo 2

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Estaba en casa recostada de en mi cama me dolía mucho la cabeza y respiraba con dificultad. Fui hasta mi computador y busque una de mis canciones favoritas In the end- Linkin Park la escuche una y otra vez hasta que mi madre toco la puerta la ignore por completo pero luego ella siguió tocando la puerta y empezó a gritar, sus gritos solo empeoraban mi malestar. Así que lo único que hice fue poner música en mi cel, me puse mis audífonos y me quede dormida.

Al despertar apague la música, salí de la habitación y a los pies de la puerta estaba una nota de mi madre diciendo que había salido, aproveche la oportunidad y fui al parque a despejar mi mente. Al llegar me senté en un muro y cerré los ojos, solo quería escuchar el sonido de la brisa pasando entre los arboles pero de pronto sentí la respiración de otra persona muy cerca de mi. Abrí los ojos y para mi sorpresa era uno de mis pretendientes, me molesto mucho el hecho de que casi me besa, así que le di una cachetada y lo empuje lejos de mi.

-Auch, eso dolió -Dijo el adolorido

-Te lo mereces-Le dije enojada

-Yo solo...-Dijo

-Tu nada-Dije interrumpiéndolo

Se quedo mirándome durante unos segundos, luego su mirada bajo a mi pechos, me los tape con un abrigo que llevaba y me fui del parque. Llegue a casa ya había anochecido estaba un poco cansada desde aquel intento de suicidio no he podido hacer nada normal, me cansaba mucho y me sofocaba, era algo estresante. Me tire en la cama y di un respiro profundo y luego me fui a bañar me coloque mi pijama y me tire en la cama nuevamente y me quede dormida. Seguramente ustedes dirán que no comí nada en todo el día lo que pasa es que sufro de bulimia una enfermedad que hace que nos veamos siempre gorda y esto nos lleva a deprimirnos a tal punto que vomitamos todo lo que comemos para adelgazar. Ya pase por esto dos veces y no es tan malo lo bueno es que no te da hambre pero lo malo es que te conlleva a la peor anemia del mundo y te puedes llegar a morir. Se que esta mal pero no me quiero ver gorda.

Al despertar me bañe, cepille y peine. Me vestí con una blusa negra y pantalones negro y un abrigo negro también y unos converse casualmente negros también parecía que iría a un velorio pero no importa, ese día iría al cine con mi novio sin importar que mi madre dijera que no, ya me tenia cansada. No hacia frió pero me puse el abrigo por que mi novio no sabia de mis cortadas y no quería que las viera tampoco. Coji un bolso, mis audífonos y celular. Salí de la habitación y me fui al primer piso, justo cuando iba a salir apareció mi madre.

-A donde crees que vas?-me pregunto

Me sorprende que estuviera tan seria, normalmente se enoja fácilmente y ahora es como si hubiese cambiado.

-Que pretendes? tenerme encerrada aquí?-Le pregunte molesta

-No te dije que no podías, solo te pregunte que a donde ibas, no quiero que te pase nada malo- dijo preocupada

Detrás de ella se encontraba el doctor al cual le había contado de mis cortadas y el intento de suicidio, me sorprendió verlo en casa, sinceramente no se veía muy bien.

-Lo siento-Susurro el doctor avergonzado-le conté todo a tu madre

Que!!!!, como pudo, abrí la puerta y salí dejando atrás al doctor y a mi madre. Estaba molesta y decepcionada el me había prometido que no se lo diría a mi madre y ahora de pronto se lo dice todo.

-Ahora ni en los doctores se puede confiar-Susurre mientras caminaba en la calle

De repente empezó a llover y preferí seguir bajo la lluvia mojándome que ir corriendo buscando un lugar donde protegerme del agua. Estaba demasiado molesta como para volver a mi casa, en ese momento pensé en no volver a confiar en nadie. Mi celular empezó a vibrar, lo saque de mi bolsillo y era mi novio llamándome, no le conteste ese día prefería dormir debajo de un puente a tener que volver a casa. Así que fui a casa de una amiga, al llegar toque la puerta no pensaba que me dejarían entrar pues estaba toda mojado y con el maquillaje todo corrido. Mi amiga abrió la puerta y al verme me agarro del brazo y me llevo hasta su habitación, deje un rastro de agua detrás de mi. Busco un abrigo y toallas, no me dijo ni una sola palabra hasta que me termine de secar.

-Que te paso?-Dijo mi amiga preocupada

-Ya no puedo confiar en nadie, hasta los doctores te traicionan-dijo llorando

-Pero que paso-dijo limpiando mis lagrimas

-Prefiero no hablar de eso-dije

Ella me invito a quedarme en su casa, pues el día siguiente debíamos de ir al cole, pero no tenia ropa en su casa así que tuve que ir nuevamente a la mía.


Un Mundo EnfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora