Eres el océano que me guía a la gloría.
Eres la salvación que está escrita en las montañas.
Corazones ciegos te odian y te juzgan.
Corazones sin vida te olvidan y te culpan.
Y los océanos te envían oraciones de salvación.
Eres la fortaleza que encontré en los mares de tu amor.
Eres la paz que he buscado y que mis ojos han adorado por la luz de tu palabra.
Eres la calma y fe que había perdido.
Porque tú me llamabas y yo era sorda.
Sígueme llamando SEÑOR, que hoy te escucho más que ayer.
Pues tuya soy hasta el final.
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Dieciocho
PoesíaLo que escribo no son frases. Lo que escribo no sólo son poemas. Lo que escribo son las voces de mi cabeza que nunca cierran la boca. Esta historia está protegida con Safe Creative bajo el código de identificación: 1410142335493. Prohibida su copia...