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Corría y corría entre el pasto verde y algunos matorrales, se topaba con charcos y no reparaba en pisotearlos, tenía tanta energía como cualquier niño normal a sus 5 años.

Seungmin era el hijo primogénito de la familia Kim, dueños de una mansión, tenía 3 sirvientes a su disposición para cualquier cosa que necesitara y una nana que era como su madre.

Solía estar afuera de la mansión y esconderse de ellos, no tenía a nadie para jugar, su hermana tan solo tenía 2 meses de edad, así que se divertía de ese modo.

Su madre ya no le prestaba tanta atención como hace algunos meses, pues su pequeña hermana le absorbía el tiempo en absoluto.

Algunas veces se sentía rechazado, empezaba a pensar que su madre ya no lo quería por sus constantes desplantes.

–Madre ¿puedo cargar a mi hermanita?– Se acercó y tomó a la pequeña bebé de los bracitos jalándola toscamente.

–¡¿Como se te ocurre?! ¡La puedes lastimar! ¡Vete a jugar afuera!.

–Pero mamita, no fue mi intención– Dijo afligido.

–¡Nayeon!– Gritó a la nana de Min –¡Nayeon, apurate!

–Dígame mi señora– Entró apresurada, tomando a Seungmin de la mano.

–Creo que no te quedó claro que Seungmin no puede entrar a ésta habitación, no sabe como tratar a un bebé, si no quieres que te despida solo has tu trabajo.

–Disculpe, no volverá a suceder– Hizo una reverencia e intentó llevar a Seungmin fuera de esa habitación.

–Pero mamita yo quiero estar contigo ¿acaso ya no me quieres?– Sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y se arrastraba evitando que lo sacaran de allí.

Se aventó al piso e hizo una gran rabieta, golpeaba el suelo con sus pequeños puños y gritaba sin parar, necesitaba a su mamá de vuelta y quería convivir con su pequeña hermana.

Estaba cansado de que lo mantuvieran todo el tiempo afuera de la casa para que no tuviera la tentación de acercarse a la habitación de la menor.

Su madre lo tomó de uno de sus pequeños brazos y se agachó para estar a su altura, lo miró fijo y Seungmin temblaba con sollozos.

–¡Con tus berrinches ya hiciste llorar a tu hermana!– Le soltó una cachetada y lo sacó de la habitación junto con la nana.

Era muy cruel lo que le hacían al pequeño y todo eso que estaba pasando en su infancia le afectaría en un futuro.

SEMANAS DESPUÉS...

Un frío invierno llegó y el pequeño Seungmin ya no podía salir mucho al jardín, lo mantenían encerrado en su habitación.

Nayeon, la nana, lo dejó solo un momento mientras iba por algo de merienda para entretenerlo, pues no se podía hacer mucho estando encerrado.

Al salir dejó la puerta entre abierta y fue mucha tentación para un niño curioso como lo era Min, lo notó y salió dando pequeños saltitos por el pasillo, pero paró en seco al escuchar el fuerte llanto de su pequeña hermana.

Abrió la puerta de esa habitación prohibida lentamente y entró, caminó con pequeños pasitos hasta la cuna y vio el rostro de su pequeña hermana cubierto por una sábana.

Rápidamente se la quitó, pensando que se podía ahogar pero aún así, la bebé no paró de llorar y Seungmin no quería verla así, entonces la cargó.

La nena dejó de llorar, pues los brazos del pequeño la acunaron bien.

–Pesas mucho bebé. ¡Mira! ¡Está nevando!– Dijo emocionado, se acercó a la ventana para que la nena viera lo blanco de la nieve.

–¡Es hermoso! ¿Quieres tocarla? Podríamos agarrar lo que se juntó en la ventana y hacer bolas de nieve.

Dejó a la pequeña en una mecedora que estaba junto a la cuna para abrir la ventana, batalló mucho ya que sus pequeñas manos no tenían mucha fuerza.

Logró abrirla y de pronto la habitación se llenó de aire frío, se colaban los copos de nieve que caían sin cesar.

–Tengo mucho frío, creo que mejor jugaremos con la nieve otro día.

La pequeña al sentir frío comenzó a llorar nuevamente, Seungmin estaba asustado pues con los nervios no lograba cerrar la ventana de nuevo.

–Cálmate bebé, no llores, te taparé para que no tengas frío.

Se alejó de la ventana abierta y se fue hasta la cuna para tomar la manta y tapar a la pequeña.

–Con esto ya no tendrás frío– Le dio un pequeño beso y la puerta se abrió.

–¿Que hiciste? ¿Por qué abriste la ventana?– La señora Kim corrió a cerrarla y tomó a la bebé en sus brazos.

–Solo quería jugar con la nieve pero nos dio frío.

–¡Te mandaré a un internado por mas que tu padre se oponga!

Seungmin salió corriendo de allí hasta su habitación, no sabía a lo que se refería su madre con lo del internado pero estaba seguro que no era nada bueno.

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Llegó la noche y escuchó mucho alboroto de gente que iba y venía por los pasillos.

Abrió un poco la puerta asomando su cabecita y escuchó a dos sirvientes decir que la pequeña bebé se encontraba muy enferma.

Su corazón se aceleró de la angustia, cuando la vio hace una horas estaba muy bien y no entendía por qué se había enfermado de repente.

En eso llegó Nayeon toda nerviosa y comenzó a ponerle la pijama a Seungmin para dormir.

–¿Que pasa con mi hermanita?– Soltó un estornudo.

–Esta un poco enferma, eso es todo ¿te resfriaste tu también?– Una lágrima cayó por su mejilla y la limpió enseguida.

–¿Por que estás llorando?

–Por nada y ya es hora de dormir.

Lo arropó y enseguida salió apurada, Seungmin se dispuso a dormir pues no podía hacer nada más.

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Un ruido fuerte y estruendoso asustó a Seungmin despertándolo, lo asustó tanto que pensó que el corazón se le saldría del pecho.

Después gritos muy fuertes, gritos horribles que nunca antes había escuchado, pensó que podría ser la voz de su padre, corrió afuera de la cama y salió de su habitación, recorrió los enormes pasillos y vio como Nayeon lloraba abrazando a otra de las muchachas de servicio.

No eran las únicas pues todo era gris y triste, Seungmin se sintió extraño, no sabía que hacer.

Se escondió tras una columna a observar todo lo que ocurría, pero sintió su mundo caer cuando escuchó las palabras de su nana.

–Pobre mujer, esa bebé era su adoración y no soportó su muerte, todo pasó tan rápido que no lo pensó ¿por que tenía que dispararse? ¡Dios mio! Que será del pequeño Seungmin.

Desde Mi Ventana ♡ Seungjin/HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora