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Nayeon estaba sentada observando como Seungmin se asomaba cada cierto tiempo por la ventana, eso era normal en Seungmin pues ese era el único contacto que tenía con el exterior.

Lo que no estaba normal era el nerviosismo del rubio pues no había nada alrededor que lo afectara, ninguna persona aparte de ella estaba dentro de la habitación.

–¿Te sientes mal Seungmin? Te noto inquieto.

–No quiero verlo más ¿Que hace en mi casa?– Dijo observando a Hyunjin que jugaba haciendo un muñeco de nieve.

Se levantó y caminó hasta donde estaba Seungmin para ver de quien hablaba.

–Es el hijo del nuevo jardinero, es un niño muy platicador, es lindo y tierno, hoy en la mañana platiqué con él, me preguntó cosas raras sobre ángeles.

–Despídelo, no me interesa quien sea– Seguía observando la hermosa sonrisa del castaño mientras se tiraba al suelo para hacer un ángel de nieve.

–No puedo hacer eso mi niño, no me corresponde.

–¡Es una orden! ¡Esta es mi casa y no lo quiero ver más! ¡Ahh!– Gritó desesperado jalándose el cabello y Nayeon hizo lo mismo que siempre hace cada que Seungmin hace rabietas, dejarlo solo.

Seungmin se sentó en el suelo a llorar y Hyunjin no era la razón, era el encierro y la soledad, a veces deseaba salir por esa puerta y correr por los pasillos, tocar y oler las flores del jardín, sentir el olor de las hiervas y el aire removiendo sus cabellos.

Era hermoso imaginarlo e incluso soñarlo, pero las veces que intentó hacerlo apenas daba un paso afuera y le daban ataques de pánico y ni hablar de las personas, no soportaba ni quería a nadie cerca.

Cuando calmó su llanto se levantó del suelo y sintió curiosidad por aquel niño de nuevo, pero ya se había marchado.

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Hyunjin tenía tanta curiosidad por su ángel, había preguntado a todas las personas con las que se topaba sobre el tema.

Sintió como su ángel lo miraba desde la ventana cuando hacía su muñeco de nieve y se sintió tan feliz que se aventó al suelo e hizo un ángel de nieve con su cuerpo.

Cuando levantó la vista para mostrárselo ya no estaba y se sintió algo triste, entonces decidió meterse y buscarlo en esa habitación donde lo había visto hace unas horas.

Corrió por el largo pasillo donde estaban las habitaciones principales hasta pararse frente a una de ellas, la de Seungmin.

Tocó la perilla para abrir cuando brincó del susto al escuchar la voz de la nana de Seungmin.

–¿Sabes que está prohibido que estés aquí? Y peor aún que abras esa puerta, si lo haces tú papá y tú corren el riesgo de que sean despedidos, vete a tu recámara o ayuda a tu padre en algo.

–Lo siento pero mi ángel no vio lo que hice para él y venía a most-

–Vete ahora, anda.

Hyunjin salió cabizbajo, deseaba ver a su ángel y no lo había logrado.

Pero no dejaba de pensar en él y algún plan se le ocurriría para encontrarse de nuevo con Seungmin.

Llegó la noche y Hyunjin se encontraba acostado en la recámara de servicio junto a su padre, sus ojos se estaban cerrando del sueño pero tenia que aguantar y lograr que su padre duerma primero.

Se pellizcaba el brazo y se mordía los nudillos de las manos para lograr su objetivo, no dormir para ir a la habitación de su ángel a escondidas.

Ni él mismo entendía porque estaba tan inquieto sólo deseaba ver a ese niño hermoso que creía  un ángel.

Cuando notó que su padre se quedó dormido por completo se levantó haciendo el menor ruido posible y salió de ahí.

Caminó sigilosamente hasta llegar de nuevo a la puerta del rubio, la abrió despacio tratando de no asustar de nuevo a su ángel.

Al entrar lo vio dormido en su enorme cama boca arriba, arropado perfectamente, se acercó y se sentó a su lado, llevó su mano hasta su rostro y con uno de sus dedos tocó su frente, después bajó hasta sus mejillas y las tocó con pequeños golpecitos.

–Eres real– Susurró.

Seungmin abrió sus ojos de golpe al despertar y se topó con un rostro relajado, su rostro pasó de estar sorprendido a asustado en un instante.

Abrió la boca para gritar pero Hyunjin puso su mano sobre esta para taparla.

–¡Shhh! No grites ángel, te escucharán y me van a regañar.

Seungmin comenzó a sentir una enorme desesperación, pensó que moriría, sintió un dolor en el pecho, sus manos sudaban y comenzó a temblar.

Así que reaccionó mordiendo fuertemente la mano que le impedía gritar.

–¡Ahh! ¡Me lastimaste!– Dijo enojado pero eso desapareció cuando vio lo afectado que estaba Seungmin.

Ya no tenia la intención de gritar, solo se arrinconó abrazando sus piernas con una cara de pánico que sorprendió a Hyunjin.

–Yo...yo no te haré daño ¿por que me miras así?

–¡V-Vetee!– Comenzó a llorar intentando regular su respiración acelerada.

–No llores, lo siento, solo quería saber si viste el ángel de nieve que hice para ti– Dijo cabizbajo.

La mente de Seungmin se despejó un poco y su corazón se comenzó a estabilizar, recordó ver a Hyunjin acostado en la nieve sonriendo.

Seungmin se quedó en silencio sin responder y Hyunjin se levantó de la cama para marcharse.

–Te vi– Dijo en un susurro, aún abrazando sus piernas.

Al escucharlo Hyunjin dio media vuelta rápidamente, asustando de nuevo a Seungmin.

–¡Lo sabía!– Dijo emocionado.

Se vieron durante unos segundos y Hyunjin le dio una hermosa sonrisa a un asustadizo Seungmin logrando que por alguna razón los nervios se esfumaran de su cuerpo, haciéndole sentir mejor.

–No me llamo Angel, me llamo Seungmin.

–Yo soy Hyunjin y supe hace un rato que no eras un ángel por tremenda mordida que me diste, pero aun así te ves como uno. ¿como lo haces?.

–¿Que cosa?.

–Eres hermoso...

Desde Mi Ventana ♡ Seungjin/HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora