Desde Mi Ventana ♡ Seungjin/Hyunmin

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Por primera vez Seungmin se sentía tranquilo ante la presencia de un extraño, su pecho ya no dolía, no sentía falta de aire y tampoco tenía escalofríos.

Ese niño de ojos oscuros y hermosos no paraba de hablar, se sentó sin permiso en su cama y comenzó a platicarle lo asombrosa que le parecía la mansión.

Seungmin no decía nada, solo lo escuchaba, le gustaba ver como torcía un poco la boca al decir algunas palabras y la forma de media luna de sus ojos cuando sonreía.

Lo estaba analizando pues era la primera vez que estaba con un niño casi de su edad.

–¿Cuantos años tienes?.

–¡10!– Dijo con entusiasmo.

–Eres menor que yo y estas siendo maleducado, tengo 11 años.

–No importa ya te agarré confianza– Sonrió y se levantó de la cama.

Seungmin rodó los ojos por la ocurrencia de Hyunjin y aunque aun le incomodaba un poco su presencia no quería que se fuera.

–¿Ya te vas?

–No puedo hacer pijamada, no pedí permiso además que me prohibieron estar aquí pero prometo regresar.

–No te lo pedí.

–Ya sé que te da vergüenza, no te preocupes, nos vemos mañana– Se acercó a tomar la mano de Seungmin pero este retrocedió asustado.

–No me toques.

–Juro que me lavé las manos– Seungmin comenzó a reír por lo que dijo.

–¡Eres un tonto!– Dijo, aún riendo.

Hyunjin miraba con asombro la hermosa sonrisa de Seungmin. Era la primera vez que lo veía reír y se sintió bien lograr hacerlo, aunque no entendía como lo hizo.

–Tus ojos son lindos cuando te ríes.

Salió de la habitación de inmediato y cerró lentamente la puerta para evitar hacer ruido. Seungmin intentó dormir pero no podía sacar de su mente a aquel pequeño parlanchín.

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El castaño por alguna razón deseaba verlo de nuevo, quería conocer más sobre él y eso no dejaba de acelerar su corazón, imaginaba que hubiera pasado si le hubiese permitido tomar su mano.

Eran las 3am y seguía pensando en él, en esa hermosa sonrisa y sus ojitos que brillaban con la luz de la luna.

–¿Como puede ser tan bonito? Si fuera niña le diría que fuera mi novia– Susurró para si mismo.

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Nayeon entró con el desayuno favorito de Seungmin a la enorme habitación. Estaba retrasada y pensó que Seungmin estaría muy molesto pero pasó lo contrario.

–¡Nanaaaa! ¡Te estaba esperando!– Dijo alzando los brazos con emoción.

–Dormiste bien por lo que veo mi niño.

–En realidad no pero tengo muchas ganas de jugar ajedrez y vencerte.

–Primero el desayuno.

Después de varias partidas y horas transcurridas, Seungmin estaba algo impaciente porque Hyunjin no había salido al patio y dentro de él nacía el deseo de verlo.