•7•

935 147 75
                                    

Se encontraba tan distraído que no podía prestar suficiente atención a su profesor, solo salían palabras vacías de su boca, su mente viajaba a la sonrisa que Hyunjin le dio a su primo Sehun.

–Creo que hoy no fue un buen día para darte clases.

–¿Por qué? Si te estaba escuchando.

–Se nota que estás en otro lado ¿en que piensas?.

–En nada.

–Bueno será todo por hoy pero mañana no te lo perdono, te daré una hora más de clases por estar tan distraído.

–Te voy a despedir.

–No lo harás, aunque parezcas de piedra me quieres tanto como yo a ti, nos vemos mañana Seungmin.

Y tenía razón, Seungmin no se atrevería a despedirlo, él y Nayeon eran su única compañía sin contar a Hyunjin que acababa de aparecer.

💮

Estaba impaciente por ver al rubio, había cortado una rosa del jardín y estaba viéndose en el espejo, quería estar presentable para Seungmin.

–Creo que exagere con la ropa, pero que me pasa, si es una visita casual– Estaba nervioso.

Ya llevaba minutos probándose ropa y nada lo convencía, ni él mismo comprendía por qué lo hacía.

–Me iré así como estoy– Tenía un short y una playera simple.

Tomó la rosa y salió de ahí. Dio tres pasos y regresó.

–Un cambio más, probaré con unos pantalones.

💮

Tocó la puerta despacio para no asustarlo pero Seungmin no contestaba, se sintió triste al pensar que tal vez ya era muy tarde y que ya se había dormido.

Pero tenía muchas ganas de verlo y tocó un poco más fuerte, esperó unos segundos y tampoco contestó.

Se dio la vuelta para marcharse pero sus pensamientos se llenaron de un Seungmin tirado en el suelo a causa de otro ataque de pánico, eso lo lleno de angustia. Así que decidió abrir la puerta.

Entró de a poco cerrando la puerta suavemente y allí estaba el rubio, se escondía detrás de su cama.

Estaba agachado cubierto por completo, solo dejaba a la vista sus hermosos ojos.

–¿Aun me temes?– Preguntó Hyunjin curioso.

Pero Seungmin no le contestó, solo lo veía y Hyunjin no entendía que pasaba, así que dio pequeños pasos hasta llegar al otro extremo de la cama.

–Yo también me esconderé de ti– Se agachó igual que Seungmin, solo dejando ver sus ojos.

–Vete, no te quiero ver.

–No mientas– Le guiñó un ojo y le sonrió.

–Ya no quiero ver tu sonrisa falsa.

–Entonces me pondré serio para ti– Hizo una cara seria muy graciosa.

–Si no sales ahora haré que te despidan.

–Bueno me iré, eso me pone realmente triste, yo te traía un pequeño obsequio pero ya me corriste– Se levantó lentamente esperando a que el rubio lo detuviera pero no lo hacía.

Caminó hasta la puerta y la abrió muy lento pero Seungmin seguía sin detenerlo pues no cayó en su chantaje.

Salió de ahí derrotado, se recargó en la puerta ya cerrada y pensó que había fracasado.

Realmente quería platicar con Seungmin y verlo sonreír a causa suya.

Y Seungmin ansiaba lo mismo pero en cuanto le sonrió se le vino a la mente cómo hacía lo mismo con Sehun y el enojo se apoderó de él.

Enseguida se había arrepentido de correrlo pero era muy orgulloso para retractarse y lo dejó ir.

El rubio caminó hasta su puerta y recargó su oído para asegurarse que Hyunjin se había marchado, no escuchó nada y supuso que ya no estaba.

El castaño colocó su frente en la puerta y pensó en que todas las veces que había ido Seungmin lo había corrido pero que aún así había estado feliz con su presencia.

Así que abrió la puerta para volver a entrar y sorprendió a Seungmin allí frente a él.

–Eres más bajito que yo– Dijo enternecido.

–Pensé que ya te habías ido.

–Nunca, aunque me amanezca y te enojes conmigo sin razón, siempre estaré aquí para ti.

Al escuchar sus palabras Seungmin sintió un pequeño vuelco eléctrico en su corazón.

Le gustaba como el castaño insistía en verle y no entendía el por qué.

–Pasa.

Ambos entraron y se sentaron en un pequeño sofá, Seungmin no podía mantener contacto visual, lo ponía demasiado nervioso.

Y parecía como si Hyunjin tuviera la peste porque estaba lo más alejado posible.

–Creo que ya te diste cuenta de la rosa que traje para ti– Extendió su mano dándole la hermosa rosa roja que cortó del jardín.

–Es muy linda– Sonrió y pegó su nariz para disfrutar de su aroma.

–No más que tú– El castaño pensó en voz alta sin querer y se sonrojó hasta las orejas soltando una risa nerviosa.

–No te rías.

–¿Por qué?.

–Porque no quiero.

–Tiene que haber alguna razón ¿acaso me veo feo cuando sonrío?.

–Te ves lindo pero no quiero que lo hagas.

–¡Ahhh! ¡Mi ángel me dijo lindo!– Celebró haciendo un pequeño baile con sus brazos.

Seungmin no resistió y comenzó a reír por las acciones del castaño. Los dos reían juntos  y Hyunjin observó lo hermoso que se veía Seungmin cuando sonreía, pocas veces lo hacía y para él era agradable verlo.

De un instante a otro Seungmin dejó de reír y se puso serio.

–¿Tienes muchos amigos?– Preguntó Seungmin.

–No quiero presumir de mi habilidad para hacer amigos pero si, tengo muchos amigos.

–¿Y a todos les sonríes así como a mi?.

Hyunjin se quedó pensando en la pregunta del rubio, desde que llegó le ha pedido que no sonriera, entonces tendría que ser por alguna razón.

–Dime por qué no quieres verme sonreír.

–No hay una razón.

–Si la hay.

–No.

–Dímelo, ten confianza.

El rubio se levantó del sofá y caminó hasta la puerta. Hyunjin fue tras él.

–Ya te puedes ir.

–Dímelo o me obligarás a quedarme a dormir.

–¡Es que yo te vi! ¡Pensé que nuestra amistad era algo especial que solo eras así conmigo pero te la pasaste hablando con mi primo que apenas llegó y no le dejaste de sonreír!– Dijo frustrado logrando que Hyunjin abriera los ojos de par en par.

–¡Pero si el que me gusta eres tú!.

¿Acaso Seungmin había oído bien o era una broma de Hyunjin?.

Desde Mi Ventana ♡ Seungjin/HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora