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El día había acabado y los rayos del sol ya no entraban más por la ventana.

Unas cuantas lágrimas habían caído y aún así no aparecía, se sentía solo y confundido.

Seungmin no sabía por qué Hyunjin no había llegado a la hora de siempre y ya era muy tarde para que cruzara por su puerta.

Por su mente pasaba que quizá Hyunjin ya se había arrepentido de los besos que se dieron, tal vez fue muy pronto, tal vez solo él estaba enamorado.

Se enrolló entre las sábanas y apretó fuerte sus párpados para ver si así el sueño lo vencía y dejaba de pensar en el castaño.

En eso se escuchó como la puerta rechinaba al abrirse lentamente, Seungmin se levantó de inmediato de la cama y corrió a asomarse para toparse con esos ojos oscuros que tanto extrañó ver, y como si hubiera pasado semanas sin verlos una gran sonrisa se dibujó en sus labios.

Hyunjin entró cerrando la puerta detrás de él con seguro y acarició la mejilla de Seungmin, éste recibió gustoso ese gesto inclinando más su rostro contra su mano.

–¿Por que tardaste tanto? Pensé que ya no vendrías.

–Surgió un problema, ya no podré verte de día y nadie puede enterarse de que estoy o que estuve aquí– El rubio notó como el rostro de Hyunjin entristeció.

–¿Que pasó? ¿Por que dices eso?.

Hyunjin no quería ver sufrir a Seungmin por ninguna razón pero tenía que contarle lo ocurrido tal y como lo dijo su padre pero Seungmin tapó sus oídos con ambas manos como un niño pequeño haría cuando no quiere escuchar algo que no le agradaba.

–¡Ya no digas nada! ¡No quiero escuchar!– Dijo cerrando fuertemente sus ojos, no quería llorar.

–Seungmin por favor, no grites, me van a descubrir aquí contigo– El castaño trataba de tomar sus manos para que escuchara pero Seungmin se negaba.

Al ver la negativa se arriesgó y tomó de la cintura a Seungmin y lo acercó a su cuerpo para fundirse en un abrazo.

Seungmin se agitó, su respiración se volvió irregular ya que nunca nadie lo abrazaba, pero Hyunjin pegó su mejilla a la de él dando pequeños movimientos en forma de caricias y le susurró al oído.

–Nunca nadie podrá apartarme de ti, te lo juro.

Sintió una corriente recorrer su cuerpo y de a poco bajó sus brazos hasta el pecho de Hyunjin, se dejó abrazar y se posó en él respirando su aroma hasta calmarse.

–Te quiero, te quiero mucho– Dijo el rubio con su aliento sobre el cuello de Hyunjin.

–Yo más mi ángel, mi hermoso ángel– Se apartó un poco para verle a los ojos.

Su corazón latía a mil por hora, tener a Seungmin así de cerca por primera vez, lo había soñado, lo había deseado pero le parecía imposible por las fobias del rubio.

Posó una mano sobre la nuca de Seungmin y lo besó, no quería apartarse de él, quería llenarse de su olor.

Esta vez, Seungmin cerró los ojos disfrutando el momento, los labios de Hyunjin eran suaves pero quería probarlos un poco más y abrió la boca para succionar su labio superior, ante lo ocurrido el castaño hizo lo mismo y le siguió el ritmo a Seungmin.

Lo hacían lentamente, Hyunjin al estar saboreando esos suaves labios pensó que estaba en el paraíso, no había otra cosa que deseara más que chupar y morder esos deliciosos labios.

De pronto, sus lenguas chocaron y Seungmin soltó un pequeño gemido que llenó de excitación todos los sentidos de Hyunjin.

Lo tomó más fuerte de la cintura y lo pegó aún más a su cuerpo, las sensaciones que estaban sintiendo ambos eran nuevas y les gustaban.

El cuerpo de Seungmin despertó y Hyunjin sintió como su erección rozaba con la de él, su cuerpo pedía más estimulación y empezó a hacer pequeños movimientos de caderas mientras se seguían besando ahora con más pasión.

Seungmin se separó por primera vez desde que empezaron a besarse, Hyunjin lo observó, sus labios estaban hinchados y un tanto morados de tanto que los succionó, jadeaba por falta de aire y sus mejillas estaban completamente rosadas.

–Eres tan hermoso y sabes tan bien, quisiera poder besarte todo el tiempo– Dijo Hyunjin pegando su frente con la de Seungmin.

–Besame más, quiero más, me gusta mucho.

–¿Te gusta lo que sientes? ¿Esto que hacemos?– Al decir esto rozó su rígido pene contra el de Seungmin.

–Mucho, sigue haciéndolo– Dijo en un susurro.

Apenas acabó de hablar y comenzó a devorarle la boca. Seungmin por su parte se dejó hacer, los movimientos de caderas de Hyunjin fueron aumentando de intensidad y de a poco caminaron hasta llegar a la cama.

Seungmin se recostó y el castaño sobre él, seguían besándose y ahora chupaban y saboreaban sus lenguas, dejarse llevar era lo único que hacían, hacer lo que sus cuerpos excitados pedían.

Hyunjin movía su pelvis a diestra y siniestra, y Seungmin quería sentir más, quería más contacto con la piel del castaño.

El rubio metió ambas manos bajo el pantalón de Hyunjin tocándole los glúteos, solo dejó sus manos ahí, no los masajeó ni los apretó como deseaba porque aún sentía timidez.

–Seungmin, puedo... puedo desabrochar tu pantalón?– Preguntó inseguro.

–¿Para que? ¿Que harás?

–Solo quiero sentirte aún más cerca, quiero que nuestras partes se rocen más– Dijo sobre la boca de Seungmin con la respiración agitada.

–Hazlo...

Se separó un poco del rubio y bajó sus pantalones junto a su ropa interior e hizo lo mismo con él.

Le dio vergüenza mirar la desnudez de su ángel pero eso no impidió que lo acariciara cerca de sus partes nobles mientras se volvía a acomodar sobre él.

Sus penes ahora se rozaban entre si, desde los glandes hasta los testículos era una armonía de movimientos eróticos.

Los ruidos de los besos entrecortados por los gemidos inundaban la habitación, Seungmin estaba a tal punto del éxtasis que cerró los ojos apretando el trasero de Hyunjin con ambas manos ayudando a que se moviera con mayor rapidez.

–Hyu...Hyunjin más rápido.

El castaño ya no podía más, estaba a nada de venirse cuando sintió como Seungmin se retorcía y temblaba mientras apretaba con fuerza su trasero, sintió como ese líquido caliente salía de la intimidad de Seungmin y solo unos vaivenes más bastaron para que él también sintiera el mayor de los placeres al llegar a eyacular encima de Seungmin.

Se quedaron unos momentos así, Hyunjin encima de Seungmin, con una mano acariciaba su cabello mientras Seungmin mantenía sus manos en la espalda de éste.

Seungmin ya no tenía miedo alguno de estar junto a Hyunjin, le gustaban sus caricias, sus besos y sentir su cuerpo así con esos roces, le gustaba mucho pero ahora sentía miedo de perderlo y eso era más aterrador para él que cualquiera de sus fobias.

Desde Mi Ventana ♡ Seungjin/HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora