Desde Mi Ventana ♡ Seungjin/Hyunmin

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7 AÑOS DESPUÉS...

Seungmin se encontraba bajo las sábanas de su cama, temeroso a salir de su habitación, afuera nevaba y cada que eso sucedía llegaba a su mente el recuerdo de la tragedia.

Ya tenía 12 años de edad, su nana era su única compañía, nunca convivió con ningún niño de su edad, solo veía como jugaban los hijos de los sirvientes desde su ventana.

Casi todas las actividades las hacía dentro de su habitación, era enorme, casi del tamaño de una casa pero aún así no dejaba de estar encerrado.

Los años de soledad cambiaron su forma de ser por completo, dejó de ser ese niño curioso que quería saber todo de la vida y de las cosas que lo rodeaban.

Habían veces que hacia enormes rabietas por cosas estúpidas, como no tener el color de ropa que quería o que su jugo no tenía suficiente azúcar.

Era un niño difícil, su padre lo abandonó por completo para enfocarse en el trabajo y eso afectó aún más la vida del pequeño Seungmin.

–Mi niño, tienes que levantarte. El profesor Dowoon ya no tarda en llegar y recuerda que te hará un examen– Dijo Nayeon, jalando un poco las sábanas.

–¡No quiero! ¡Fuera de aquí!– Dijo escondido bajo sus sábanas.

–¿Quieres que me vaya y venga otra chica de servicio? Está bien, me voy– Se levantó pero Seungmin la tomó del brazo para evitarlo.

–Esta bien, pero no quiero ir a la biblioteca, que venga aquí.

–Te daré gusto solo en eso, levántate y vístete, ya te deje tu ropa lista.

–Cuando salgas lo hago.

Nayeon salió de la habitación y Seungmin comenzó a cambiarse, ya estaba abrochando las agujetas de sus zapatos cuando escuchó un auto que llegaba.

Nunca tenían visitas, entonces pensó que tal vez su padre estaba de regreso después de semanas de ausencia.

Sin pensarlo se acercó a ver por la ventana pero no era su padre, era un señor de edad avanzada que bajó de ese auto junto con un niño.

Seungmin al ver a ese niño de cabello castaño no logró quitarle la vista de encima, tenía una sonrisa linda y se veía emocionado por los copos de nieve que le caían en el cabello.

Deseaba divertirse al igual que él lo hacía y tomar de la mano a su padre como aquel niño castaño.

Sintió su corazón doler y una lágrima cayó por su mejilla. El niño castaño al sentir la mirada de Seungmin volteó a la ventana y ambos se miraron por unos segundos.

Seungmin se asustó y se alejó de allí de inmediato, por lo regular veía a unos cuantos niños jugando afuera pero nunca lo notaban, la mirada intensa del castaño lo asustó.

Tocaron a su puerta, era el profesor Dowoon, el único que había aguantado el mal humor de Seungmin, el único al que Min había permitido entrar a su habitación a parte de su nana.

–Hola Seungminnie ¿Estás listo para la clase de hoy?

–No, estoy cansado y no quiero estudiar hoy– Se tapó la cara con ambas manos ignorando al profesor.

–Entonces no te contaré el nuevo chisme que escuché en la cocina.

–Bueno, pues creo que ya dormí mucho y creo que tal vez podría estudiar una hora o dos.

–Me parece bien, saca tus libros.

–Primero el chisme, no soy estúpido.

–Esta bien, se rumorea que dentro de poco tendrás compañía aquí en la casa.

–¿Que?

–Sólo eso escuché, que ya no estarás solo, eso debería de hacerte muy feliz.

–¿Será que mi papá trabajará en casa? ¡Claro que estoy feliz!– Su rostro se llenó de completa felicidad, extrañaba a su padre y necesitaba de él.

–Ahora si, los libros.

💮

Hyunjin estaba tan emocionado de que su padre por fin tuviera un nuevo trabajo, habían pasado por muchas carencias últimamente que no podía creer que hasta tendrían un techo fijo donde dormir.

Su padre hacía otras tareas en la mansión mientras llegaba la primavera pues lo que mejor sabía hacer era el cuidado de las plantas.

Iban llegando a la mansión y Hyunjin no podía quitar la sonrisa de su rostro.

–¡Papá! ¡Es enorme! ¡Mira!

–Cálmate hijo no me hagas quedar mal, contrólate– Le acarició el cabello con ternura.

–¡Imagínate papá! ¡podremos comer todo lo que queramos de la cocina! ¡Seguro comida deliciosa! ¡Ya no puedo esperar!

–¡Nada te hace más feliz que la comida Hwang Hyunjin!

Bajó del auto emocionado, la nieve caía sobre su cabello, hacía mucho frío pero ni eso le borraba la sonrisa.

Tomó de la mano a su padre y observó todo a su alrededor.

Pero algo más llamó su atención, un niño de cabellos dorados que lo observaba desde una ventana, nunca había visto un niño tan hermoso que ni siquiera sabía si lo que estaba viendo era real.

–Vamos hijo, que tengo que empezar a trabajar.

–Padre, ¿Los ángeles se pueden ver o son transparentes?

–La emoción te nubló el cerebro– Le sonrió y jaló de su mano para entrar.

💮

Era otro día más encerrado, a Seungmin todos los días se le hacían iguales, no habían fines de semana o días de fiesta.

Tenía mucha hambre y Nayeon tardaba mucho en traerle su desayuno, si había algo que molestara en demasía a Seungmin era despertar y no comer inmediatamente.

Caminaba de un lado a otro dentro de su habitación, no quería salir, pocas veces o más bien casi nunca visitaba la cocina.

–¡Nayeon! ¡Tengo hambre!– Gritaba pero tal parece que nadie podía escucharlo.

Así que caminó lento hasta la puerta y la abrió despacio para asomarse de a poco.

Apenas había sacado un poco su cabeza y unos enormes ojos negros estaban justo frente a los suyos, un rostro que ya había visto el día anterior pero muy cerca para su gusto.

–¿Eres mi ángel?– Dijo Hyunjin tan cerca del rostro de Seungmin que pudo sentir hasta su respiración.

–¡Ahhhh!– Gritó despavorido y le cerró la puerta a Hyunjin en las narices.

Del susto hasta el hambre que lo estaba matando se le había quitado, nunca había tenido contacto con otro niño y casi ninguna otra persona aparte de su nana y su profesor.

Se metió bajo su cama esperando que su respiración se normalizara, sus manos sudaban y su corazón quería salirsele entonces abrazó sus piernas hasta que poco a poco sintió alivio.

Si de algo estaba seguro era que no quería ver más a ese niño que le había destrozado los nervios, sin imaginar que en el futuro no podrá vivir sin él.