ll

30 8 41
                                    

Corro detrás de él pero es mucho más rápido que yo, mi respiración es entrecortada pues la mala condición no me ayuda aparte de estas cortas piernas que no me sirven para nada, y sin contar que aún no se recuperan de la corrida que di hace unas horas atrás, siento que en cualquier momento voy a desfallecer pero aún así me animo a alcanzarlo, no puedo permitir que se encuentre con Joel estando tan molesto.

—¡Ivan!, por favor detente— intento sonar dura pero mi voz se sigue quebrando por la falta de aire.

Él parece no escuchar y sigue trotando, llegamos a la carretera el semáforo se encuentra en rojo indicando que ningún peatón puede pasar si es que no quiere ser atropellado por algún auto y aprovechó el que se tenga que detener por la gran fila de autos que van pasando frente a nosotros  y lo alcanzó sujetándolo por la espalda.

—Por favor no sigas— vuelvo a sollozar —. Ya tuve suficiente Ivan, ya no quiero saber de él.

—Kary, esto no se puede quedar así- asevera pero su tono comienza a ser menos brusca que hace unos minutos atrás.

—Sólo necesito que me des un abrazo— escondo mi rostro lleno de lágrimas entre su espalda y continuó sollozando, estos cada vez van haciéndose mas fuertes.

—Kary— su voz es más tranquila cuando dice mi nombre y me toma de las manos mientras se pone frente a mí —. Yo te cuidare— afirma sujetando mi rostro buscando la manera en que lo vea a los ojos y sus palabras suenan tan sinceras que un sentimiento cálido recorre mi pecho con tan sólo escuchar sus palabras.

Llegamos a su casa de nuevo y después de que me instalara en una de sus habitaciones para huéspedes me acosté dispuesta a dormir, más no pude, tomo mi teléfono de la mesita y me doy cuenta que tengo muchas llamadas pérdidas junto a mensajes de texto y de voz, los cuales no pienso abrir, no ahora.

No he querido abrir ningún mensaje aun que tengo la esperanza de reconciliarme, ¿qué tan patética puedo ser? Yo misma me doy pena, pero realmente lo amo, si lo perdono ¿lo volverá hacer?, quiero que me de una explicación del por que hizo las cosas así, un año viviendo juntos y me sale con esto, mi cabeza solo da vueltas, necesitó de un abrazó.

Desido levantarme e ir a la habitación de Ivan pero me da vergüenza, ¿qué le voy a decir?.

Quizás me arrepiente de lo que estoy apunto de hacer pero realmente necesito de cariño, necesito que me diga que todo va a estar bien, así que sin más preámbulo toco a su puerta.

—¿Qué sucede?— frunce el entrecejo en señal de confusión.

—Es que... no puedo dormir— habló mientras me abrazo a mi misma intentando darme valentía —, y me preguntaba que si... po... Podría acostarme contigo— finalizo un poco avergonzada.

Tengo la mirada hacia el suelo mientras espero su respuesta más esta no llega, me decido a verlo a la cara y su rostro refleja consternación y asombro.

—Kary somos amigos y... y eso no es correcto— suelta muy rápido y ahora yo estoy confundida.

—¿No es correcto?— es todo lo que se me viene a la cabeza, de verdad que no entiendo que quiere decir con eso.

—No Kary, yo te quiero pero no quiero que hagas esto por despecho— me mira entre preocupado y arrepentido, y es ahí en donde algo hace ¡click! Y entiendo.

—¿Qué?, ¡No!— suelto un chillido —, no me refería a eso— intento aclarar rápido mientras siento el calor llegar a mis mejillas.

—¿A no?

—¡No!, yo solo quería acostarme aun lado tuyo, no de esa forma Ivan— término en un susurro avergonzada.

—Oh... yo...— busca las palabras pero este no parece encontrar alguna, su rostro se a teñido de rojo gracias a la vergüenza.

—Es mejor que lo olvides, me iré a acostar en mí habitación— recalco lo último, estoy apunto de avanzar cuando su voz me detiene.

—¡No kary!, yo lo siento— suelta una sonrisa nerviosa —, ven vamos a dormir juntos, perdona mi mente pervertida.

—De acuerdo— suelto mientras los dos comenzamos a reír de la situación.

Creo que esto fue un error, a pesar de tener mucho tiempo de amigos esta situación es un tanto incomoda, ya que cada uno nos encontramos en una orilla del colchón y cada uno con su propia sabana, no se en que momento se me ocurrió que así podría dormir mejor.

—Buenas noches— se despide Ivan.

—Si, buenas noches— contesto en un susurro.

Mis ojos se empiezan a cerrar poco apoco mientras se vencen por el sueño hasta que me quedo completamente dormida.

Me siento tan relajada que se me olvida lo de la noche anterior, unos brazos me rodean tan fuerte dándome calor que hace mi sueño más placentero hasta que la luz del sol empieza a calar mis ojos, los abro como puedo e intento soltarme del agarre que hacen sobre mí, Ivan no sede, continuo con mi intento de escape sin levantarlo pero mi intento es fallido.

—Buenos días Kary— Ivan se levanta sin soltarme del todo.

—Buenos días, ¿quieres que prepare el desayuno?— pregunto aun adormilada.

—Si quieres vez de una ves a la cocina en un momento bajo a ayudarte— me suelta para poder levantarse y dirigirse al baño.

Me dispongo a hacer pan tostado con mermelada y café en lo que el baja, se sienta aun lado de mí e inhala profundo.

—Valla, si que huele rico— halaga el desayunó yo sólo sonrió mientras me acerco una tostada a la boca.

—Gracias por dejarme quedar anoche.

—No tienes que, sabes que eres mi amiga y te quiero, siempre estaré para ti— su voz es tan dulce y su mirada tan sincera que no encuentro palabras para agradecerle y solo me limito a abrazarlo lo más fuerte que puedo.

Nuestro abrazo es interrumpido por el timbre de la puerta estoy apunto de ir abrir pero Ivan aun no me suelta.

—Te quiero Kary, realmente te quiero— me quedo callada pues no se que decir esta apunto de decir algo más pero el timbre vuelve a sonar y ahora si me suelta.

Llego a la puerta aun pensando en las palabras de Ivan, siempre me las ha dicho pero esta vez estas sonaron tan diferentes.
Abro la puerta sin verificar quien se encuentra al otro lado de esta hasta que ya esta completamente abierta, es cuando observó a la persona que esta afuera.

Mi respiración se de tiene mientras que mi corazón empieza a latir tan rápido al igual que siento el pulso tan acelerado en mis sienes, no pensé que fuera capaz de buscarme después de lo sucedido, pero aquí esta frente a mí, con unas enormes ojeras y una piel tan demacrada que difícilmente puedo creer que sea él.

—Karyme— llama en un susurro tan quebrado que me da tanta tristeza verlo en ese estado.

—Joel... — su nombre es todo lo que me limito a decir.

—Mi amor... por favor perdoname, te juro que no vuelve a pasar, sabes que te amo— comienza a llorar y mi corazón se quiebra al verlo en ese estado, nunca lo había visto así, de verdad se mira arrepentido.

—¿Quién es?— pregunta Ivan mientras se acerca a la puerta con una gran sonrisa, que al momento de observar al individuo está desaparece —. Tú, pedazo de imbécil!.

Yo Te CuidaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora