OCHO

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:= Adán =:

—¡Brillas... y brillas tan lindo! Y brillamos juntos... entre pestañas.

—Divina, divina sonrisa, abrazo de luna, de luna llena.

Suelto un gruñido y miro mal a Jesús, ¿qué no sabe que está canción es un solo? Arruina mi inspiración.

—Mira, güey, cállate o pongo a Valentín Elizalde —amenazo antes de empinarme la botella. Hago una mueca por el dolor que provoca en mi garganta. Pero solo dura unos segundos y la borrachera toda lo noche. Vale la pena el sacrificio.

—Intento hacer que no destruyas la canción.

—Ya no brillamos juntos —me lamenté, ignorándolo.

—Pero tú luz es muy potente aun estando solo.

Mentiroso. La luz de un pantano jamás es más brillosa que una playa. ¿Quién elegiría embarrarse de barro cuando se puede disfrutar del mar? Exacto, nadie.

Cierro mis ojos y aprieto el cuello de la botella, listo para entonar una nueva canción.

—¡Recuerdo a Zoey! Era mi chica ideal, una hermosa abogada mexicana; la cual yo amaba, pero con mi primo se fue.

—Recuérdame porqué no te estoy grabando.

—¡Porque eres mi amigo! —le reclamé mientras abría mis ojos y golpeaba su brazo, perdiendo la inspiración—. Además, te quité el celular.

—Borracho, pero no idiota

Eché la cabeza hacia atrás en el sillón, observando el techo de la casa de mi amigo. No importa el volumen de la música, aún puedo escuchar el llanto de la que fue mi prometida.

Jamás me ha gustado escucharla sufrir, pero está vez es diferente, pues no tiene derecho a sufrir. No después de lo que ha hecho ella.

—¿Puedo quitar a esa banda? No es mi estilo.

—Ni el mío, pero es la favorita de Zoey.

—¡¿Y por qué chingados estamos escuchándola?! —se exalta y yo sonrío. Mi amigo siempre tan dramático.

En todo lo que va de mi vida no he conocido a nadie que se le supere. Creo que por eso se ha desenvuelto bien en el mundo de la abogacía.

—Ya, fuera impulso de idiotez. Al menos pon a Café Tacvba.

Fruncí los labios y sentía las lágrimas querer ser derramadas.

—Le dediqué Eres.

Escuché su bufido y después un golpe en mi hombro. Sé que estoy haciendo una escena, pero no puedo hacer como que ella nunca existió o que no sentí nada.

Zoey era mi vida.

—Sé que crees que todo está jodido, hermano, pero no es así. Puedes salir a la calle y cruzarte con la que sí sea el amor de tu vida.

»Recuerda que todas las personas tenemos tres amores.

—No necesariamente son distintas personas —farfullé con dolor.

Te propongo un deslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora