El Origen de los Guardianes: Legends Never Die

El comienzo de otra historia

Era un día nevado, hacía mucho frío, el viento soplaba con un poco de intensidad, todo estaba en calma, así es, todo parecía perfecto en Santoff Claussen, el pueblo mágico donde habitaba Ombric, el gran mago, donde se encontraba su Gran Raíz, un magnífico lugar. Allí vivían muchos niños con sus padres, también era el hogar de la dulce Katherine Shalazar, la chica que contaba historias, la guardiana de la narración, ella vivía en su gran casa del árbol llamada Ganderly, allí se encontraban una gran cantidad de libros que contenían historias atrapantes e increíbles, también contenía la mayor parte de las memorias de los Guardianes, hay ramas por todos lados, y un gran nido donde dormía Kailash, un ganso que Katherine adoptó, básicamente ella cumple el rol de madre con la cría de ganso y lo hace desde hace muchos años.
Todo era perfecto en ese lugar, tal como se lo describe, siempre abunda la paz y la armonía entre todos sin peligro al mal. Y allí estaba ella, Katherine, sentada en una rama en su gran casa, escribiendo cosas nuevas para poder contarles a los niños, en su libro mágico que también era parte el Señor Qwerty, el gusano que se comió la biblioteca entera de Ombric para salvarla de Pitch y sus pesadillas aquella vez en la Batalla en el centro de la Tierra, ahora este pequeño amiguito formaba parte del libro y solo dejaba que la joven chica escribiera en él.
Mientras ella escribía, en el suelo abajo se encontraba Jack Frost (que anteriormente fue Luz Nocturna), él estaba jugando a la guerra de nieves con algunos niños del lugar.

-¡Todo está como lo imaginé!. - Habló por primera vez Katherine mientras observaba a Jack y a los niños jugar. -

Cada día que pasaba, Jack venía a la Gran Raíz a pasar un tiempo con su amada Katherine, y vigilaba que el lugar estuviera a salvo.

-Tal vez debería tomarse un descanso señorita Katherine. - Dijo el señor Qwerty. -

-¡Por favor! Dime solo Katherine.

-Aún no me acostumbro a hacerlo, discúlpame Katherine. Pero yo creo que debería hacerlo, descansar de los libros un rato, estás todo el día sentada escribiendo cuentos y no te das tiempo para la diversión. - Continuó hablando. -

-¿Tu crees?. - Dudó la chica. -

-Sí, hazlo y descansa. ¡Ve a jugar con Jack y los niños!.

Katherine no tenía tiempo suficiente en el día para darse un descanso, pues los libros eran su prioridad e incluso a veces no dormía para terminar de escribir.

-¡Ya es de noche!. - Exclamó Katherine. - Los niños deben ir a dormir... - Bajó del gran árbol por una escalera de madera y se acercó a ellos. -

-¿Te nos unes?. - Habló Jack mientras lanzaba una bola de nieve hacia los niños. -

-No, es hora de dormir.

Los niños la escucharon decir y eso y cambiaron sus expresiones. Ellos no querían dormir nunca, querían permanecer despiertos y seguir jugando en ese encantador lugar.

-Cariño ¿no puedes retrasarlo un poco? Estamos en medio de una batalla de nieve y voy ganando. - Ríe mientras lanzaba otra bola de nieve. -

-¡Ya es tarde, quizás mañana!. - Dijo ella en tono amable. - Ya escucharon niños, prepárense para ir a dormir.

-¿Nos contarás una historia?. - Dijo una niña que se encontraba ahí. -

Katherine siempre hacía eso, les contaba historias lindas para que durmieran felices.

-Sí lo haré. - Sonrió. -

-Yo también quiero oír tus historias. - Jack guiñó el ojo. -

Los niños se prepararon para dormir, corrieron a sus camas que estaban todas en una misma habitación gigante llena de dibujos, estrellas en el techo, madera, adornos y más. En sus mesas de luz tenían galletas de chocolate y un vaso de leche para comer mientras escuchaban una historia de Katherine.
La chica siempre preguntaba lo mismo antes de contar las historias...