CAPÍTULO 4

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Condujo de regreso al consultorio lo más relajado que podía. Había mentido de una manera tan buena, que por un momento se sintió orgulloso, pero al recordar a Harry todo se vino abajo. Rogaba a todos los dioses existentes que Harry acepte ayudarlo, aunque estaba seguro que lo haría, después de todo, Harry era una persona desinteresada que ayudaba a todo aquel que lo necesite.

Harry supo que algo estaba fuera de lugar cuando Draco lo invitó a comer y lo llevo a McDonald por una hamburguesa y papas fritas con queso derretido y tocino. Contadas eran las ocasiones en las que Draco lo invitaba a comer y pedía su comida favorita, y no quería sonar desagradecido o protervo, pero la mayoría de veces era por un favor.

- Dime – dijo Harry al fin, tomando su zumo de manzana –, ¿Cómo salieron las cosas con Astoria?

- Bien – sonrió nervioso –, pero puede que haya inventado un matrimonio falso y ahora ella quiere ver a mi futuro ex esposo.

- Entonces esa es la razón – dedujo –, quieres que finja ser tu esposo y hable con ella.

- Eres Peter y me engañaste con un tipo llamado Louis Cordice.

- ¿Y no se te ocurrió otro nombre? – preguntó con una mueca.

- Vamos – se quejó –, casi me hago Peter en el pantalón cuando preguntó. Entré en pánico.

- ¿Tú? – preguntó incrédulo – Draco Malfoy, el que inventa un matrimonio nuevo cada viernes, ¿entró en pánico?

- ¿No te da una idea de mis sentimientos por ella? De verdad, Harry, no quiero arruinar esto.

- Ya empezaste mal con tan solo mentirle – recriminó, pero suspiro al verlo –. Ni siquiera pensaste en el hecho de que cuando venga a visitarte, y me vea en el consultorio, sabrá que soy tu asistente y recepcionista.

- No eres sólo mi asistente – dijo con sinceridad –, eres mi amigo.

Harry suspiro exasperado y se terminó su zumo con rapidez.

- Además – siguió Draco –, soy uno de los mejores cirujanos plásticos; tendrás una nueva cara en un santiamén – Harry lo miro molesto y el rubio sonrió –. No es cierto, te daré un bigote falso.

- De verdad, no puedo creerlo, no pensaste en nada.

- No te preocupes – aunque le dio una sonrisa tranquilizadora, Harry no se relajó –. Ahora que terminaste, vamos por ropa nueva.

- Tengo ropa.

Draco ya había salido de la zona de comida y Harry lo siguió.

- Quiero dar la impresión de que tuve un esposo guapo – afirmó el rubio y Harry lo miro molesto –. Ya sabes, debes parecer el esposo de un cirujano plástico. Además – dijo conectando su mirada –, debes cortarte el cabello.

- Eres un... – Harry se guardó la gran cantidad de insultos para luego, aceptando la situación.

Recorriendo varias tiendas, Harry aprovechó para cambiar su guardarropa sin verse afectado su salario y comprarse uno que otro regalito. Pero al llegar la hora de cortarse el cabello, se resistió; no quería cortárselo, le gustaba cómo estaba; largo hasta los hombros con un poco de risos. Le recordaba a su difunto padrino. Pero terminó aceptando, sólo cuando Draco prometió aumentarle el sueldo y darle más días libres por tres meses.

Se separaron pactando la hora y el lugar de la reunión.

..

Tenían reservación a las siete en punto. Su pierna subía y bajaba con nerviosismo, esperando ansioso la llegada del azabache. Sus manos subieron a la mesa y tomo un sorbo del vino que habían pedido anteriormente.

Un Esposo de MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora