CAPÍTULO 6

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Harry observó a su hijo mayor devorar su hamburguesa, mientras su pequeña niña se concentraba en su zumo de manzana con tranquilidad. Draco se levantó por servilletas, las cuales habían olvidado.

- Y dime, Mac – Astoria habló con una sonrisa suave, la pequeña levantó la vista y la miró –, ¿Qué cosas te gustan?

- No sé – comentó –. De todo un poco, creo.

- Así es ella – sonrió Harry ante la mirada de Astoria –. Una niña de pocas palabras.

- Tal vez estoy molesta – expresó la niña en voz alta.

- ¿Te duele algo? – indagó Harry preocupado y la niña negó.

- ¿Estas molesta porque salgo con tu padre? – preguntó Astoria, no queriendo incomodar a la menor.

- No, mi padre es feliz contigo – se escondió levemente tras el gran vaso de zumo –, y estoy feliz por él. Pero no me gusta que deje de cumplir sus promesas.

- ¿Cuál promesa? – Harry y Astoria inquirieron al mismo tiempo.

- Hace un año prometió llevarnos a Hawái – la voz de Lily comenzó a quebrarse –, dijo que nadaríamos con delfines, y de la nada canceló el viaje.

- ¿Por qué haría algo cómo eso? – preguntó preocupada al ver los ojos cristalizados de la pequeña.

- Por ti.

La voz de Lily apenas se escuchó ya que agachó la mirada, y Astoria miró duramente a Draco, quien acababa de volver con servilletas en las manos, y había escuchado parte de la conversación.

- ¿Qué cosa? – la castaña miro a Draco.

- No, no – negó rápidamente el rubio –. Sólo me entendiste mal – dijo mirando a la niña, quien dibujó una sutil sonrisa en sus labios, antes de volver a agachar la mirada –, dije que todos tendríamos que ir, juntos. Porque me emociona la idea de ir de viaje juntos – Harry miró a Draco frunciendo el ceño –. Incluso pensaba que el viaje podría ser este fin de semana.

Ese día, ambos niños jugaron toda la tarde en los juegos del lugar. Harry miraba a Draco, sin perder de vista a sus hijos, queriendo hablar con él, pero no podía hacer nada cuando Astoria estaba a su lado.

No estaba seguro del viaje, Draco no se podría llevar a los niños porque no era prácticamente nada de ellos, y por consecuencia, él tendría que acompañarlos. Y no tenía la más remota idea de cómo Draco planearía un viaje en tan sólo un día; era miércoles y el viernes tendrían que partir a Hawái.

- ¿Se puede saber qué rayos haces? – Harry aprovechó que la castaña se alejó al tocador unos momentos.

- Si, no puedo creer que me dejé manipular por una niña de siete años – se quejó.

- Vi la oportunidad, y la usé – la voz de la niña se hizo escuchar, quien había regresado por su zumo.

- Enójate contigo mismo – recriminó Harry –, todo esto fue tú idea.

- Ahora debes buscar vuelos para el viernes – pidió el rubio.

- ¿Enserio esperas que acepte esto? – preguntó molesto.

- Fue idea de tu hija – como siempre, Draco se quitó la culpa.

Esa noche, Harry penas pudo dormir dos horas. Draco pidió que cancele todas las citas de ese y el día próximo para preparar el viaje, y él no pudo hacer más que aceptar.

..

El viernes por la mañana, Harry y sus dos hijos se encontraron con Draco y Astoria en el aeropuerto.

- Estoy super emocionada por este viaje – comento con una gran sonrisa Astoria.

- Si, es emocionante – concordó Draco.

Los cinco tomaron asiento esperando la llamada para abordar el vuelo. La pequeña bostezó mientras el mayor miraba todo con emoción, Harry por un segundo sonrió al ver a sus dos niños.

Pensando que ya nada podría empeorar, Draco se permitió relajarse, para ser sorprendido por el saludo entusiasta de un moreno.

Blaise llego apresurado al lado del azabache y lo besó cortamente.

- No soportaría que te fueras sin mí, mi pastelito de calabaza – Harry lo miro ceñudo, a punto de darle un buen golpe, pero el moreno se giró hacia el rubio –. Y aquí tenemos al doctor Malfoy. Sin resentimientos ¿Verdad?

- Esto es... – Draco miro todo confundido.

- Oh, claro – el recién llegado extendió su mano –. Soy Louis Cordice, un gusto.

El reconocimiento llego a Astoria y sonrió, feliz por un viaje con la familia completa.

- Así que tú eres Louis – sonrió la chica y estrechó la mano del moreno –. Peter dijo que tenías que trabajar.

- Oh, no, no, no – sonrió Blaise y beso la mejilla de Harry –. Jamás dejaría a mi pastelito sólo.

- Esto es admirable y muy maduro de su parte – opino Astoria sonriendo –. Yo hubiera querido que mis padres actuasen así cuando se divorciaron.

- Es importante que los niños nos vean como una unidad – concordó Blaise.

- Si, cariño – dijo Harry tenso y apretó su mano en el brazo de Blaise –, te ves sediento, vamos por algo de tomar. Y tú – se dirigió a Draco –, no pierdas de vista a mis hijos.

Harry se alejó junto al moreno, quien se quejaba de su fuerte agarre.

- ¿Qué demonios haces aquí? – preguntó lo suficientemente lejos.

- Necesito ir con ustedes – pidió –. Le mandé una foto de mi nuevo equipo a mi exnovia – Harry frunció el ceño –, sin saber que se casaría con un luchador profesional. Ahora el tipo quiere matarme.

- ¿Así que vienes para salvar tu trasero?

- Y para respaldar sus mentiras – señaló a Draco –. Les juro que no molestaré.

- ¿Qué tal todo? – preguntó Draco, llamando la atención de ambos.

- Todo bien – respondió con entusiasmo y se acercó al rubio –. Necesito pagar mi boleto, dame dinero.

- Así que tu vienes, y yo pago – Draco lo miro, sabiendo perfectamente que debía seguir la mentira.

- Sip, tengo cero en el bolsillo, amigo – asintió Blaise, abrazando a Harry por la cintura, quien se había acercado de nueva cuenta.

Draco metió la mano en su bolsillo y sacó la tarjeta, dando una bofetada con esa mano en la mejilla de su amigo.

- Eso es por meterte con mi esposo – dijo cómo explicación y se lo llevó lejos de Harry para comprar el boleto faltante.

Un Esposo de MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora