True Love

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NARRADOR OMNISCIENTE:

Todos los invitados se encontraban en la sala de cine mirando una película. No obstante, los únicos fuera de la sala eran los padres de Byul y Jihoon quien se había escabullido de la mirada de Taehyung cuando éste beso a Jungkook y le dio la espalda a su asiento.

Por otro lado, SeokJin llevaba más de 10 minutos tocando la puerta de su hijo mientras Namjoon y Jihoon esperaban que la puerta se abriera aunque sea un poco. Al no lograrlo aún después de 5 minutos más, Jihoon decidió intervenir

- Puedo hablar con él?

- Disculpa Jihoon, pero ni siquiera abre la puerta... como hablaras con él? - SeokJin suspira preocupado-

- Solo dejéme por favor.

- Vale, adelante.

El castaño se acerca a la puerta y la toca suavemente con sus nudillos

- Hola Byul, Soy Jihoon. Podrías abrir la puerta para tener una charla conmigo por favor?

- No quiero hablar con nadie - se escucha una voz suave desde adentro-

Jihoon miró a los adultos y les pidió formalmente que se retiren

- Pueden irse?- preguntó con timidez, tal vez esperando un regaño por tal atrevimiento-

SeokJin se sorprendió pero aún así asintió con una sonrisa y tomando la mano de Namjoon se alejaron del lugar. Jihoon entendía bien lo que se siente ser ignorado, él entendía el sentimiento de sentirse NO querido, como también el querer llamar la atención de alguien con desespero... por esa razón cuando ocurrió aquello allá abajo él comprendió que la razón por la cual Byul se emocionó por su regalo, fue porque pensó que el hecho de que su padre le regalara aquel libro significaba que por fin entendía como se sentía; así que saber que el libro no fue de su elección... fue una gran decepción para el pequeño.
Ese libro también era el favorito de Jihoon porque era un mundo de fantasía en el que existía la magia y todo era posible. Aquel pequeño dragón que a pesar de aparentar ser fuerte e invencible se sentía vacío y solitario, era tratado como un tonto y era despreciado por no ser como los demás. Le gustaba volar por el bosque, comer arándanos y salpicarse con agua, no era como los otros que se comportaban rudos y botaban fuego por la boca... En un día de tristeza infinita encontró a un mago el cual al ver su apagada mirada le concedió la oportunidad de desear algo con todo su corazón y él se lo daría. Así que pidió tener un mejor amigo, alguien que lo entendiera, lo escuchara y estuviera para él. El mago le dijo que era algo difícil y que solo podría tener un mejor amigo por 1 día puesto que no podía cambiar los deseos y el corazón de cualquiera hasta el día de su muerte. Un pequeño zorro iba pasando por el lugar y aquel fue el que él mago escogió.
Al principio el dragón se sentía incómodo puesto que era un desconocido y fue entonces cuando se dio cuenta cuan solo estaba...

"¿Enserio debo hablar con este pequeño zorro en vez de con mi hermano o mi madre?"

El zorro era alegre y encantador así que abrió la boca por primera vez diciendo:

- Hey, hey, hey por que la cara larga?

- He deseado tener un mejor amigo. Tu amabilidad no es real, tampoco tu interés en mi o el querer saber como me siento.

- Claro que si es real. Por ello te estoy preguntando, si no me importara hubiera seguido de largo.

- Te acabo de decir que deseé esto y el mago me lo concedió.

- Los que conceden deseos no son los genios?- el dragón rueda los ojos-

- Como sea.

- Vaya, eres amargado.