16 de Agosto, 2020. Domingo.

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16 de Agosto, 2020. Domingo.

Dos días desde que desapareció Anne, dos días desde que no he podido dormir más de 3 horas seguidas. Las constantes pesadillas y los nervios por no saber donde está mi hermana hacen que mis ojos permanezcan abiertos mucho más tiempo del que deberían. Algo se rompió dentro de mí cuando contesté a la llamada de mi madre, ese dia sabia que las cosas no iban a ir bien.

"-Eva, hija, Anne ha desaparecido, no la localizamos desde las 11 que salió de casa. ¿Tú has hablado con ella?"

Y ahí, todo se vino abajo. Cientos de llamadas que Anne nunca respondió y devolvió. Mensajes que se quedaban en enviados, solo un check, nunca le llegaron ni llegó a verlos. ¿Dónde estás Anne? Cuéntaselo a tu hermana mayor, por un año pero sigo siendo mayor que tú. Íbamos a vivir juntas la acogida de mi segundo single, y ahora me has dejado sola. Anne vuelve... Ese chico, Gérard, también te espera.
De nuevo las lágrimas vuelven a caer por mi cara, me es imposible dejar de llorar. ¿Cómo se hace para parar?

Hace un día que encontraron su teléfono y aún no se sabe nada. ¿Tan difícil es? Yo les dije las contraseñas de ella, me las sabía porque ella no me escondía nada. ¿Puede una persona esfumarse y perderse así como ha pasado con Anne?
Dejé mi piso en Madrid para venir a Galicia a buscarla, en la discográfica entienden mi situación y me han dejado todos los días que quiera para estar aquí. Lo que debería estar siendo el mejor momento de mi vida, con dos singles sacados, medio disco grabado y una discográfica que confía en mi y en la que me siento muy cómoda trabajando, todo eso ha quedado en nada por ella.
Ojalá aparezca pronto.
Mi teléfono no deja de sonar, miles de notificaciones de mis fans dandome apoyo o informándome de los números de mi nuevo single hacen que el teléfono esté constantemente vibrando.

Ojalá cerrar los ojos y desaparecer como Anne...
Me levanto de la cama, apenas son las 06:32h de la mañana y sé que no voy a poder dormir más. Me visto con unas mallas y una sudadera amarilla ancha, bajo y salgo al jardín. Amarro a Vega con la correa y salgo a dar una vuelta, siempre con la esperanza de encontrar algo que me acerque más a ella.
Paseo cerca de donde el chico rubio con dos grandes tatuajes en el cuello encontró el teléfono de mi hermana. Si el teléfono estaba aquí, podría haber algo más que ese día se nos pasara por alto.

-¿No es muy temprano para que estés sola? -Me giro asustada. Me tranquilizo al ver al policía rubio de ojos verdes. Él como la otra vez me sonríe, pero a mi no me sale sonreír.-
-Me has asustado.
-Lo siento.
-No podía dormir, desde que desapareció no puedo dormir.
-Vamos a encontrarla, tranquila. -Es la típica frase que siempre dicen y nunca se cumple, y si es cierto, la encontraran muerta. No estoy preparada para que eso ocurra.-
-Eso lo decís siempre y...
-Y esta vez es verdad, te lo prometo. -Aparto la mirada de él, hay algo que me pone nerviosa de su presencia. Puede ser el olor tan personal que desprende. ¡Huele jodidamente bien! Pude comprobarlo el otro día cuando lo abracé. Necesitaba hacerlo en ese momento.- Me gusta mucho tu canción.
-¿Eres fan? -Él se encoge de hombros, mostrando esa estupida y bonita sonrisa que tiene.-
-Podría decirse que sigo tu música.
-Gracias, supongo. -Su cuerpo cada vez está más cerca del mío y me pone nerviosa, doy dos pasos hacia atrás y él se queda quieto en el sitio donde está.- ¿Qué haces aquí? ¿Ya empezó el primer turno de búsqueda?
-No lo sé, hoy tengo turno de tarde.
-¿Entonces?
-Algo me decía que tenía que venir aquí, encontramos el teléfono y es raro no encontrar nada más. -No está trabajando y en lugar que descansar sigue la búsqueda de mi hermana.- ¿Estás bien? -Me he quedado mirándolo sin darme cuenta. Miro al suelo un poco avergonzada.-
-Si, solo me sorprende que la busques fuera de tu tiempo de trabajo.
-Quiero encontrarla. -Mira al frente, hace una pausa y me mira a los ojos. De nuevo esos nervios comienzan a aparecer y se quedan en mi estómago.- Me gusta verte con una sonrisa y desde que Anne no está, no hay ni rastro de eso en tu cara. -Joder... ¿Ahora qué digo? Tiene razón, la desaparición de Anne ha hecho que nada pueda sacarme una sonrisa, ni siquiera lo que acaba de decir. Vuelvo a mirar al suelo sonrojada.-
-Yo también quiero encontrarla.
-Me llamo Hugo, por cierto. -Su mano se extiende hacia mi para que la estreche. El policía rubio con tatuajes, ojos verdes y una linda sonrisa ya tiene nombre. Hugo. Entrelazo su mano con la mia.-
-Eva.
-Ya lo sabía. -Sonríe y comenzamos a caminar buscando algo que nos lleve hacia Anne.-

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