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El llanto del pequeño de seis años incrementaba cada vez más y más, hasta el punto de que siente que la cabeza le duele y ya casi no puede respirar.

-¿No crees que es muy pequeño para trabajar en el granero?-Le pregunta Dana, esposa de Ryan, mientras el hombre sigue sosteniendo al rubio del brazo, lastimándolo por la fuerza que ejercía sobre éste.

-¡Tonterías!-Responde con mucha brusquedad-Ya estoy cansado de que se la pase holgazaneando y jugando todo el día, es mejor que ayudarte en la cocina, ¡Mira como ha dejado los vasos! ¡Es un idiota!

El hombre señala los vasos en el suelo, completamente rotos y esparcidos por todos lados. Luke los había tirado por accidente cuándo se levantó con su plato para dejarlo en el lavabo, se llenó de miedo apenas ocurrió aquel accidente ya que sabia lo que iba a venir.
Ryan se había levantado furioso y comenzó a gritarle e insultarlo, diciéndole que aquello valía dinero y que él era un inútil.

Ante el primer grito, Luke ya tenia los ojos llenos de lágrimas, es muy vulnerable a los gritos, sobretodo los de Ryan, porque normalmente de eso viene algún empujón de su parte. Y eso fue lo que pasó.

Después de haberle gritado Ryan le había dado una bofetada en la mejilla, haciendo que el pequeño caiga el suelo sin dejar de llorar y con la mejilla algo moreteada por la fuerza con la que lo hizo.

Era la primera vez que lo golpeaba así. Ryan no solía golpearlo cuando se enojaba, como se mencionó anteriormente, le daba leves empujones y solo le gritaba pero jamás había llegado tan lejos, y Luke supo que desde ese momento, a los cortos seis años de edad, se tendría que ir acostumbrando a los golpes. Sabia que Ryan no pararía.

-Empezarás ahora mismo.

Luke sigue llorando con miedo cuándo el hombre sigue tirando de él rumbo hacia el granero. Mira a Dana con los ojos llenos de lágrimas, en un intento de decirle que lo salve, que haga algo, pero ella solamente corre la mirada con cierta angustia y sigue con lo suyo.

-Pe-pero y-y-yo no qui-quiero...-Susurra de manera entrecortada por el lloriqueo. Sabe lo agotador que es trabajar allí, Ryan suele quejarse de eso y no tienen el dinero suficiente como para contratar a alguien.

-¿Crees que me importa lo que tu quieras?-Indaga casi en un grito-Necesito ayuda en el granero y tú ya estás lo suficiente grandecito cómo para seguir correteando por ahí con tus juguetes.

¿Juguetes? Ni siquiera tenia juguetes. Solía jugar con unos trozos de manera que encontraba, simulando que eran autos, trenes, o cualquier cosa que su mente pueda imaginar.

-Y con lo que rompiste hoy, agh-Sigue quejándose-¿Crees que esas cosas salen baratas, niño?

-Fue... fue sin querer, yo... yo... pedí perdón.

El hombre lo ignora y abre la gran puerta del granero de manera violenta.

-¡Ya deja de llorar!-Le grita más fuerte que las veces anteriores haciendo que Luke se encoja en su lugar y llore aún más fuerte-¡Basta! ¡Ya te dije que los hombres no lloran! ¡Me tienes cansado!

Luke se asusta más pero de todas formas intenta calmar su llanto como puede, aunque es imposible porque las lágrimas no cesan y muchos menos sus sollozos por el dolor que aún sentía en su mejilla.

[.]

Se remueve en la pequeña cama con incomodidad y soltando quejidos en voz baja debido a que no puede dormir, y aquello empeora porque los sucesos de ese dia se repiten en su cabeza una y otra vez. Eso lo atormenta.

The Blackest Day | MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora