Señora psicóloga~Shawn Mendes.

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Parte 1/(?)

MI TURNO ESTÁ POR TERMINAR. Mis tacones resonaban por los pasillos. Se escuchaban gritos, lamentos y susurros. Muchos ojos mirándome desde las ventanas en las puertas de los dormitorios. Supongo que la intriga siempre es tentadora.

Mi ceño estaba fruncido. Se supone que no debería ir, pero estaba intrigada por él; mi nuevo paciente. Nadie quería ir a verlo, dicen que es una pérdida de tiempo. Pero, ¿Qué puedo decir? Me encantan los retos. 

Llegué a la habitación donde me indicaron que estaría y el guardia me miró sorprendido. Supongo que nadie había venido en mucho tiempo... Eso, o simplemente no es muy querido. Sea cual sea el caso, pronto lo averiguaré.

—“Señorita, le pido que se retire. La lastimará, hoy está más inquieto que de costumbre.”—Me dice el guardia. Él es atractivo; tiene rasgos africanos y un acento ruso. Rara combinación. Es alto, con músculos y labios carnosos…  Pero lo que más me llamó la atención fueron sus pies. Se movían un poco. Comenzó a rascarse el brazo y parece no haberse dado cuenta siquiera. Unió sus manos y las movió sin un patrón definido. Su lenguaje no verbal era claro: tenía miedo, nervios. No quiere volver a ver al hombre que está detrás de la puerta.

—“Estaré bien, supongo que tendré que arriesgarme. Es mi trabajo después de todo. ”—Le digo sonriéndole y él sacude levemente la cabeza, inseguro.—“Por favor, ábreme la puerta.”—Le digo con dulzura y él suspira antes de abrir la gran puerta frente a mí. 

—“Máximo 15 minutos y grite lo más fuerte que pueda si él intenta cualquier cosa, entraré de inmediato.”—Dice mirando al piso y yo sonrío antes de agradecerle y entrar.

—“¡Hola! Bienvenida al país de las maravillas, yo soy el sombrerero loco. ¿Serás mi Alice?”—Dice una voz masculina que viene desde debajo de unas frazadas en la cama del paciente.

—“Nope, ella aún no ha llegado. Tendrás que conformarte conmigo esta vez.”—Digo sentándome en la silla enfrente de la mesa que está en su habitación y dejé en mi cuaderno de anotaciones allí. 

Veo como la frazada se mueve, él se ha sentado y se queda quieto. Casi como si pudiera verme a través de esas telas.

—“Soy Elizabeth Darshwood. Soy psicóloga y psiquiatra, es un placer.” —Digo presentándome. Lo escucho reírse un poco antes de sacarse la frazada, dejándome ver a un hombre muy atractivo, con rulos y sonrisa torcida. Él se acerca a mí y cuando creo que está por atacarme, se sienta en frente mío.

—“No es necesario la formalidad, doc. Yo sé que verme no es un placer para nadie.”—Se ríe.—“Yo solo quiero ver cuánto tiempo pasa hasta que te logre sacar de quicio.”—Me sonríe.

—“Eso no es lo importante en este momento.”—Digo seria y su sonrisa se agranda. Me mira finalmente antes de decir algo que me inquieta, pero no se lo demuestro. Me aseguré de controlar mi cuerpo y cara lo mejor posible. No quiero que vea ninguna debilidad, porque soy yo la que debe encontrar las suyas. 

—“Algo me dice que también hay algo de locura en ti, me gusta… Soy Shawn Mendes, tengo 27.”—Dice estirando su mano para hacer un saludo. Dudé, pero lo acepté. Al menos está cooperando…—“¿Qué quieres saber?”—Dice felizmente. Casi tanto como si le dijeran que puede irse de aquí. He de decir que su alegría es hasta un poco tenebrosa… Sonríe pero tiene un aura que me grita peligro. Más que todas las demás personas con problemas mentales que me encuentro a diario.

—“Leí tu expediente, señor Mendes. Bastante interesante, debo decir.”—Digo y él rueda los ojos ante la mención del expediente.-— “Acoso a jovencitas, robo con armas blancas, intento de 4 secuestros y finalmente, homicidios. Eso, sin mencionar tu esquizofrenia.” —Digo tranquila. 

—“¡No tengo ninguna esquizofrenia! ¡El señor Barroso lo inventó para evitar que los del gobierno me creyeran!”—Dice mientras comienza a balbucear teorías conspirativas sobre el gobierno. Cosas como que son seres inmortales, reptilianos y no sé qué más porque lo interrumpí.

—“Quiero que me cuentes todo sobre tus delitos. Con detalles y tus pensamientos para poder entender mejor.”—Él me mira dudando si contarme o no y seguir diciendo sus estupideces.

—“¡Ay, no sabía que yo te gustaba! Yo sabía que había locura en ti, picarona~”—Dice haciendo una sonrisa coqueta antes de volver a reír. Es increíble cómo pasaron dos minutos y ya quiero romperle la cara. Pero no puedo, debo seguir profesional.

—“La locura te agobia, yo solo vengo para intentar que sea más llevadero.”—Digo mirándolo y él mira hacia el techo mientras susurra.

— “Mi última psiquiatra, Jessica, dijo lo mismo antes de que la apuñale. Pero por ahora pareces más divertida que ella... Mas te vale que sigas siendo tan intrigante para mí como yo lo soy para ti.”—Dice serio. Su voz se hizo mucho más grave y el cambio de su personalidad fue drástico, me sorprendí. ¿Dónde quedó su sonrisa? No estoy segura de cual versión de él es más tranquila.—“¡Oh! Lo siento, debo presentarme. Soy Timothy Johnson. Tengo 49. Quiero que te vayas por donde viniste y no vuelvas nunca más si no quieres que te desgarre la piel y te vuelva mi cena, perra.”—Dice y yo levanto la ceja levemente. No habían anotado eso. Agarré mi cuaderno y escribí: “Trastorno de identidad disociativo /Síndrome de personalidad múltiple. (Personalidad 2, Timothy Johnson: Grosero y Caníbal. )”

Según lo que leí cuando estudiaba, suele presentarse como reacción a una situación traumática que permite que una persona evite los malos recuerdos. Se caracteriza por la presencia de dos o más personalidades distintas. Cada una puede tener un nombre, una historia y características personales propias. El tratamiento es la terapia conversacional.

—“Lo siento, Timothy, pero debo quedarme por algún tiempo contigo. Ya verás como ambos nos acostumbraremos al otro.”—Digo mirándolo mientras él hace una mueca.

—“Me das asco, pareces una inútil. Aunque quizá tu carne si me guste... Sé que le gustas a los otros.”—Dice mirando a la pared como si fuera lo más interesante del mundo.

—“¿Qué otros? ¿Cuántos son?”—Pregunté intrigada.

—“Supongo que tendrás que averiguarlo.”—Comienza a reír levemente.

—“¡Señorita Darshwood, el tiempo se acabó por hoy!”—Me grita el hombre de afuera. Timothy vuelve a poner su atención en mí al ver que agarro mis cosas y me dirijo a la puerta. 

—“Nos vemos mañana, Timothy.”—Digo cuando el guardia me abre la puerta y se alegra de verme en una pieza.

—“Nos vemos.”—Dice secamente antes de dirigirse a su cama, probablemente pensando en las miles de maneras de matarme. Antes de irme, noto como en las paredes se encuentran dibujos de guitarras… Música en general. También hay un dibujo de una chica castaña que lo toma de la mano y arriba dice “Aali♡”

  Le agradezco al guardia haberme dejado entrar y me voy. Mi turno ha terminado y lo único que sé, es que solo quiero volver para ver que otra personalidad podré conocer mañana o si serán las mismas que hoy. Abro la puerta y el aire de la calle me pega.

Antes de abrir las puertas de mi auto, me volteo al sentir una mirada en mi nuca. Levanto la vista y veo a Shawn mirándome desde su habitación. Esta vez, me saluda con una sonrisa emocionada. Le devuelvo el saludo y me voy a mi casa. Espero que mañana coopere más… Para comenzar, me gustaría saber quien es esa chica misteriosa. Quizás podría ayudarme a que se sienta cómodo conmigo en las sesiones.

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Palabras utilizadas: 1280.

¡Espero que les haya gustado! uwu

~Micaela.

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