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She was all~Alec Lightwood

(Shadowhunters) | Parte 1/(?)

UN SEXY Y SERIO JOVEN AZABACHE SE ENCONTRABA EN EL INSTITUTO DE NEW YORK CON SU AMADA CASTAÑA AL LADO. Si bien se amaban, en estos momentos estaban discutiendo porque él se acaba de enterar que ella irá a una misión peligrosa sin él.

—¿Cuanto se supone que dura?—Pregunta Alexander, furioso. Lo estaba disimulando, como siempre. Pero lo conocía lo suficientemente bien como para poder leer cada leve rasgo en su cara que siempre es neutral.

—Cuatro días...—Susurré avergonzada. No debí ocultarlo, pero sabía que reaccionaría así.

--¿O sea que estaré con el Jesús en la boca por 4 días? Maldita sea, Karen…—Sus fosas nasales están bastante abiertas, parece un toro Bufando.—Ire contigo.—Dice finalmente para ir a buscar su arco, pero mi voz lo detiene.

—Según lo que me dieron, solo pueden ir chicas.—Digo acariciándole un brazo como consuelo.

—...Prométeme que te cuidaras mucho. El doble de lo que te proteges cuando estas conmigo, ¿ok? Si te pasa algo y yo no estoy ahí... Dios, me voy a morir como si fuera mi parabatai. ¿Recuerdas la promesa?—Dice cruzado de brazos. 

--Como olvidarla, Lightwood. Y por supuesto que me cuidaré.—Digo sonriendo. Sé que esta misión es más peligrosa de la que siempre voy, pero no hay que ser pesimistas.

—¿Estas lista, bonita?—Dice empujándome juguetonamente.

¡Si! ¡Se le fue el enojo!

—Siempre lo estoy, tonto. Tranquilo, no me pasara nada… Nos vemos en cuatro días.—Le di un beso en el cachete seguido de un fuerte abrazo que fue correspondido por mi mejor amigo y amado. 

—¡Te amo!—gritó al ver que comenzaba a alejarme.

—¡Yo más, horrendo!—Le sonreí antes de darme la vuelta y caminar rumbo a mi nueva misión.

Una que sin duda alguna es muy riesgosa, casi suicida. Pero a ella no le importaba, estaba dispuesta a dar la vida de ser necesario. Y eso era lo que le aterraba a Alec. Porque antes de cada misión, sabía que podía ser la última vez que se vieran. Pero esta vez fue diferente, la sensación de miedo que lo invadía era enorme. Sin embargo se quiso convencer de que estaba siendo exagerado y que ella volvería sana y salva…

Lamentablemente su intuición no se equivocaba.

--Lamentamos su pérdida, Señor Lightwood. –Dice un hombre castaño, con traje y lentes de sol. Tenía una expresión de tristeza.— Yo tuve el honor de trabajar con ella en repetidas ocasiones y puedo asegurarle que era la mejor. Nunca falló. Eso, sin mencionar que era tan ágil, inteligente y audaz que es difícil imaginarse que esta fue su última misión... Al principio siempre estaba seria, pero cuando volvíamos tenía una sonrisa amplia y contagiosa. A veces decía que como a usted no le gustaría verla mal herida, se tenía que tapar las heridas con mucho cuidado.—Dice el hombre, recordándola con cariño.

Alec seguía procesando la información pero cuando decidió emitir palabras, su voz sonó entrecortada.

—¿Me está diciendo que cuando llegaron ya no tenían nada que hacer?—frunció el ceño— ¿Y TODO PORQUE A UN ESTUPIDO SE LE OLVIDÓ SACARLA DE ALLÍ, DEJÁNDOLA SOLA CON TANTOS DEMONIOS?—"No podía controlarse, sus emociones lo estaban matando. Alexander se sentía culpable por la muerte de su amiga. “Si tan solo no la hubiera dejado ir…” se reprochaba. Quería que todo fuera una pesadilla y que cuando despertara, ella estaría con él...probablemente retándolo por haberse quedado dormido.