Parte#2 Ailurofobia

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Los gatos son unas de las mascotas preferidas de los humanos; sin embargo, mientras que algunos individuos aman a estas pequeñas criaturas, otros sienten un intenso miedo hacia ellas.

Si bien los gatos suelen tener fama de ser algo egoístas e interesados, especialmente cuando hay alimento por medio, un estudio científico ha comprobado que aman a los humanos más de lo que solíamos pensar (puedes conocer este estudio ). Pero independientemente de que nos gusten más o menos los gatos, algunas personas experimentan un temor irracional hacia estos animales, un miedo que les provoca una gran ansiedad y que hace que intenten evitar su presencia a toda costa.

Este trastorno se conoce como aliurofobia o fobia a los gatos.

Una fobia es un miedo extremo, irracional y persistente hacia un objeto en concreto, actividad o situación. Pertenece al grupo de los , en el que la exposición al estímulo temido puede causar diferentes síntomas como nerviosismo, ansiedad, sudoración, temblores, palpitaciones cardíacas, falta de aliento, etc. La fobia hacia los gatos es totalmente irracional, y aunque un gato no represente un peligro real para estas personas, su sola presencia puede desencadenar esta fuerte reacción involuntaria.

Parece difícil creer que haya personas que se sienten aterrorizadas ante la presencia de estos animales, más teniendo en cuenta que muchas investigaciones científicas han demostrado que estos pequeños felinos aportan muchos . Por ejemplo, ayudan a prevenir alergias en niños, mejoran la autoestima y el estado de ánimo o evitan infecciones respiratorias. Sin embargo, el mundo de las fobias es diverso y hasta cierto punto independiente de la racionalidad.

Qué causa esta fobia?

Los expertos afirman que las fobias tienen diferentes causas, aunque la más frecuente es la ocurrencia de un hecho traumático del pasado.

Por ejemplo, cuando un niño es mordido por un gato, puede generalizar y ver a todos los animales de esta especie como potenciales atacantes, independientemente de si estos se muestran agresivos o son mansos. Esto ocurre por un tipo de aprendizaje asociativo llamado condicionamiento clásico, que fue originalmente descubierto por Iván Pavlov y más tarde popularizado por John Watson.

El condicionamiento clásico también recibe el nombre de aprendizaje estímulo respuesta o E-R. Si quieres profundizar en cómo ocurre este aprendizaje. puedes leer este artículo: ""

Las falsas creencias también pueden causar esta fobia, porque los gatos a menudo se asocian con la magia negra, la brujería, el sadismo y el mal, especialmente los gatos negros, gracias a las leyendas de Halloween, las supersticiones y las innumerables obras literarias.

Además, algunos investigadores creen que el origen genético puede favorecer o no la aparición de fobias, es decir, que algunas personas son más propensas a padecer este tipo de miedos que otras personas. Otros expertos creen que la personalidad juega un papel importante en las fobias, pues las personas con rasgos de personalidad ansiosa tendrían más posibilidad de sufrir este miedo irracional.

Síntomas de la aliurofobia

Los síntomas más frecuentes de la ailurofobia en personas son:

Miedo extremo e irracional (también puede ser provocado por un pensamiento o una imagen de un gato)Respuesta de lucha huida ante la presencia de un gato, idea o pensamiento de éste, es decir, intentar evitar la situación que la persona considera amenazante.Evitar también los lugares donde se encuentran los gatos o pueden encontrárselos. Por ejemplo, no aceptar la invitación a casa e un amigo porque éste tiene un felino.Un gran malestar y ansiedad ante la presencia de un gato, pensamiento o idea.Darse cuenta de que el miedo es irracional pero no poder controlarlo.Hipervigilancia y nerviosismo extremo al pensar que puede encontrarse con un gato.Ataques de pánico con signos tales como agitación, falta de aire, sudoración y manos húmedas, pulso acelerado, etc.Mareos, náuseas y malestar intestinal.Tratamiento

El tratamiento de esta fobia no es distinto a la de las demás fobias y, puesto que suele darse por condicionamiento clásico, la terapia cognitivo conductual suele ser uno de los tratamientos preferidos por su gran efectividad.

La se centra en la modificación de los pensamientos y el comportamiento de una persona que se considera inadaptado y que es la causa el malestar. El terapeuta, de entrada, suele ayudar al paciente que comprenda por qué ha desarrollado una fobia, y suele facilitarle una serie de herramientas para que éste pueda superarla.

La idea es que el sujeto sustituya los pensamientos negativos e irracionales que tiene hacia los gatos por otros más realistas y adaptativos. Las sesiones de terapia también ayudan a liberar el estrés y la tensión que uno ha estado teniendo debido a la fobia.


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