No había mucha luz en los pasillos de aquel pulcro lugar.
Pasos cortos y pausados hacían eco en la soledad del sitio. Él no entendía cómo consiguió vagar por los canales de aquel centro psiquiátrico, sin que nadie lo obligase para que volviera a su habitación asignada.
Sin mucha prisa recorrió con la mirada aquellas baldosas blancas, tan limpias y frías, y aquellas paredes perfectamente pintadas de color marfil. La claridad de sus "decoraciones" iban a enloquecerlo, de ser posible.
Corriendo en círculos dentro de su mente, él tocó la gélida pintura en la pared, y sin sorprenderse, descubrió que era suave y lisa. "Asombroso" murmuró, cautivado por las cinceladas meticulosas cargadas de color vacío.
Hyungwon siguió haciéndose preguntas silenciosas, mientras intentaba recordar el pasillo por el cual él fue ingresado a ese sombrío lugar. Pero no obtuvo respuesta, y cansado de verse en un molesto laberinto, sólo se plantó frente a un ventanal debidamente pequeño, pero, este tenía una buena vista al exterior.
El cielo nocturno brillaba con apogeo. Las estrellas titilando silenciosas, mientras los árboles se mecían al compás de las brisas tenues de la noche. La luna gritaba libertad.
Hyungwon sonrió a medias. Sus ojos deslumbrantes bajo el brillo de aquella estrella gigante, mirando con devoción hacia afuera, a través del cristal.
Sin mucho esfuerzo, deslizó aquel vidrio templado, y el viento golpeó sus mejillas. Aquel frío ardió, pero se sintió tan cálido como una caricia.
Una caricia cálida de Hoseok, tocando su rostro, delineando sus cejas,besando sus labios...
"Corre" escuchó que ordenaron, y volteó.
No había nadie ahí.
"Sabes que es el final" volvieron a decir, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Muchas voces se agolparon dentro de su cabeza, llenándolo de gritos y murmullos, que hicieron sus párpados pesar. Y sin mucho cuidado cubrió sus oídos, con fuerza, rasguñando su rostro e hiriendo su piel en el proceso.
Su esbelto cuerpo vestido de un pulcro uniforme de interno—blanco, por supuesto—se dobló, cayendo al suelo firme sobre sus rodillas, terminando con la frente apoyada en las pálidas baldosas, confundido, mareado, cansado.
Y Hyungwon gritó, pidiendo silencio. Orando por algún motivo;queriendo ser liberado de aquella tortura.
Nadie lo salvó, y las voces que siempre lo atormentaban siguieron hablando. Haciendo amenazas, murmurando cosas.
Hyungwon se levantó con esfuerzo, y se apoyó en el marco del ventanal. Pero, no saltó.
Porque él no sabía si vería a Hoseok luego de morir, ni siquiera sabía si existía otra oportunidad.
Así que, él prefería vivir, recordando las lindas sonrisas de Hoseok. Incluso si dolía, si las voces nunca paraban, si el infierno se hallaba en aquel manicomio; él se sentiría en casa, cuando la voz de Hoseok se grabara en su cabeza cada noche, susurrando un suave "Buenas noches, amor", haciendo silencio dentro de su mente.
Hoseok se marchó antes.
Hyungwon no sabía si lo encontraría cuando él se marchase también.
La muerte pintaba un futuro incierto para el amor.
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Guárdalo. » MONSTA X.
FanfictionPartes únicas sobre romance entre los miembros de Monsta X, pueden ser parejas amorfas o bien bonitas. El punto es publicarlas todas juntas, ya que me adormece crear mil obras más, lmao.