Todos los asientos de la amplia y muy extensa mesa estaban ocupados, todos por hombres con trajes de color oscuro; parecían figuras repetidas una a una que no dejaban de hablar; discutiendo, exponiendo sus diferentes, egoístas y soberbias opiniones. Aquel que estaba en la punta de la gran mesa era el único que no pronunciaba palabra alguna, su mirada estaba sobre cada uno de ellos, pero no prestaba atención a la mayoría de lo que decían, simplemente los dejaba hablar mientras los estudiaba en el silencio.
En el fondo sentía un tanto de repulsión hacia ellos, sin embargo -¿quien era él para juzgarlos? Después de todo, también estaba ahí para cumplir con sus propios propósitos.
Cuando le pareció suficiente del escándalo, inmediatamente los hizo callar obteniendo su atención para que todos escucharan su decisión final.
Una vez concluida la reunión debía despedirse de cada uno de los asistentes que lo reverenciaban casi hasta los noventa grados; para después retornar a su enorme y ostentosa oficina, seguido de su secretaria y asistente que no se separaba de él cada que cruzaba la puerta.
-Recibimos una llamada del banco para... ya hemos agendado la reunión con el gerente de... la próxima semana debemos... - le iba recitando todo lo que debía hacer al tanto que se desplazaba por el pasillo -¿señor?
-Hoy también almorzare aquí - le dijo antes de cerrar la puerta.
La joven asistente, que ya estaba acostumbrada a sus modos no se sintió ofendida, en lugar de eso, se apresuro para cumplir con la encomienda.
Las horas transcurrían y así llego la noche, pasaban de las diez y él hombre continuaba sumergido en su trabajo.
-Señor ¿no ira a casa? -lo interrogo su asistente -ya todos se han ido.
-Puedes despachar al chofer, me quedare un poco mas -le respondió leyendo un informe.
-De acuerdo le dire al chofer que tomaremos un taxi.
-No, tu ve a casa, tu familia te espera, es una orden.
Ella suspiro y solo acento con la cabeza para cumplir con lo que había dicho su jefe, pero antes de irse coloco algo en la mesa del presidente, que este ni siquiera miro.
-Que pase buenas noches, señor.
Poco antes de la media noche se decidió poner en pie, pues dormir en la oficina no era lo mejor para su espalda, se coloco el saco y tomo su fino maletín de cuero y detalles en oro que al jalarlo tiro algo que estaba sobre su escritorio, era una botella de vitaminas, aquello que su asistente había puesto, se detuvo un instante con la intención de levantarlo, sin embargo al ver que se perdió debajo de la mesa ya no le dio importancia y se marcho.
No solicito un taxi, tomo el metro, la ultima corrida de todas, era como si no le importara que su pinta atrajera ladronzuelos que deambulaban por esa hora.
Finalmente llego a su departamento, en el piso superior, el mas grande de todos, en un elegante complejo; de esos que ya no usaban llaves de metal para las puertas, si no la huella del propietario.
Al entrar solo se topo con la inmensidad de un vacío oscuro, no se molesto en encender las luces, dejo su portafolios sobre la mesa del recibidor y su abrigo encima de alguno de los otros muebles, realmente no le importo mucho, así se fue desvistiendo hasta solo quedar con su camisa y pantalones de manera desalineada, era como si sus ojos ya estuvieran adaptados a las tinieblas. Con esa pinta llego al único lugar que le daba un tanto de gusto de ver, esa parte donde guardaba el licor.
Destapo una botella de whisky de una marca costosa, se sirvió uno doble y lo bebió como si fuera agua, para inmediatamente servirse otro que bebió un poco mas despacio, pero no por mucho; ya para el tercero se llevo la botella hasta su habitación donde la dejo a la mitad antes de tomar un baño.
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BEYBLADE "Glorias del pasado, batallas del presente" (Fanfic)
AdventureEl mundo que parece pacifico se acerca a su fin, la espiral esta fragmentada, sus protectores han sido corrompidos... Aquello relacionado con Beyblade a quedado atrás, los torneos, los equipos, todo. Los famosos Beyluchadores están en el olvido; Tys...