Los 4 Traviesos

Capitulo 3

Ana:

Cuando salí de la compañía las gotas de lluvia me recibieron, no tenía paraguas así que solo quedaba caminar bajo la lluvia, mientras caminaba vi un gran charco de agua sucia, iba a esquivarlo y seguir mi camino pero un auto cruzo a toda velocidad haciendo que me mojara. Tenia tanto enojo que solamente apreté los labios conteniendo un gritó de frustración.

Caminé unas cuadras mas sin rumbó, no quería ir a casa tan temprano y estando de mal humor, pero no sabia donde ir tampoco, mis zapatillas no eran muy resistentes al agua así que al estar mucho tiempo bajo la lluvia se rompieron, si seguía mas tiempo iba a terminar resfriada pero en este punto ni si quiera me importaba eso.

<<Marcus >> Pensé en el, ya estaba completamente mojada y su casa no quedaba muy lejos, caminé unas cuadras mas hasta llegar a su casa por suerte recordaba el camino, al llegar toque la puerta temblando del frío. Pensé que la madre de Marcus seria quien me abriría pero no fue así, quien me abrió fue una rubia, estaba con una camiseta de chico que le quedaba larga hasta los muslos, tal ves me había equivocado de casa << otro error a mi vida>>, igual no me quise quedar con la duda y pregunte:

—¿Esta es la casa de Marcus? — La chica asintió aun mirando extrañada mientras yo temblaba de frío en el pórtico.

—¡Marcus! ¡Te buscan aquí! — Gritó y unos minutos después bajo mi mejor amigo sin camisa, su mirada paso de la chica a mí, hizo un movimiento con la cabeza para indicar que pasará, pase sin importar que estuviera mojando su piso.

—Ve a mi habitación — Me susurro al oído mientras aun miraba a la chica, asentí sin decir nada y subí a su habitación, entre a su baño y me di una ducha de agua caliente, tome una de sus camisas y me la puse. Me quedaba grande, se sentía extraño, antes su ropa me quedaba bien, pero supongo que ese antes ya se fue.

Luego de unos minutos el subió, se veía un poco triste pero intentaba disimularlo —¿Que haces aquí? — Me pregunto sentándose en la cama, me senté también y me tape con las sabanas para darme un poco de calor.

—¿No puedo venir a visitar a mi mejor amigo en medio de la lluvia? — Le respondí con otra pregunta sonriente y este me devolvió el gesto.

—¿Que paso en tu trabajo? — Me pregunto, suspire en este momento lo que menos quería era hablar de eso— Mejor te traigo una taza de chocolate caliente y así me cuenta ¿Vale? — Asentí viendo lo ir y pude fijarme mejor en habitación, valla había cambiado en estos años.

Ya no tenia pósters de súper héroes pegados a la pared, ahora eran pósters de cosas deportivas, su escritorio antes lleno de cómics estaba vacío y polvoso, tenia una pequeña mesa donde habían dos trofeos, incluso ahora su cama era mucho mas amplia y tenia un nuevo espaldar.

Lo vi entrar por la puerta con dos tazas de chocolate. Le sonreí, me paso la taza y bebí un poco rápido así que casi me queme la garganta —¿Y la rubia? — Le pregunté al ver que no vino con el, quería evitar el tema de mi trabajo, este se rasco tras la nuca y evitó mi mirada por unos segundos.

—Se fue — Me respondió, me sentí mal por ella estaba lloviendo a cántaros irse a casa así debía ser una molestia << Tal ves ella si tenía paraguas y le fue mejor>> pensé.

Pasamos unos minutos en silencio mirando la lluvia por su ventana mientras nos debíamos el chocolate —Pensé que sólo yo usaba tu ropa — Solté en broma, este me miró serio.

—Ya no es así — Dijo seco.

Antes solía poner su ropa, no siempre,  sólo cuando hacíamos Pijamada o nos bañabamos en el patio con la manguera, ¡Que recuerdos!.