Yo, Alejandro Lozano, les narro una anécdota que cuando más la pienso menos creo que haya sido real, pero una voz en mi cabeza que no puedo atribuir a nada más que mi consciencia me susurra que si lo fue.
Este relato no puede ser contado sin colocarlos en contexto primero; cuando la gente habla de alemanes en América casi todos los suelen relacionar con nazis en Argentina, principalmente porque se ha vuelto un chiste popular en la red. Otros mencionaran a los judíos que huyeron principalmente a Estados Unidos y al resto de paises, pero pocos sabrán mencionar otros momentos.
Los entendidos en el tema podrían hablarte sobra la curiosa zona alemana de Venezuela llamada Colonia Tovar o de las comunidades alemanas del Paraguay. Sin embargo, yo te quiero hablar de una migración alemana aún anterior.
Es algo desconocido para muchas personas, incluso para la mayoría de venezolanos, que varias familias de lo que hoy es Alemania se embarcaron a Venezuela en tiempos del Imperio Español. Una de estas familias, los Welser creo que se llamaban, se volvió increíblemente poderosa y administró Venezuela durante unos años; aunque esta familia, que intentaba encontrar El Dorado también, fue poderosa e importante para la historia del país, pero esa no es la familia de la que voy a hablarles.
Los Sfimermman fueron considerados una familia rara tanto en Venezuela como en lo que se convertiría en Alemania. Todos estaban caracterizados por ser altos, pálidos y calvos desde el nacimiento, incluyendo a las mujeres. Todos eran delgados y parecía que iban a morirse de un momento a otro, pero contra todo pronóstico, ellos y sus hijos vivieron vidas anormalmente largas, casi una centena de años.
Curiosamente, cada generación Sfimermman era idéntica a la anterior: Un padre, una madre, un hijo y una hija.
Nadie entendió nunca porque la madre Sfimermman de cada generación era igual al resto de la familia, es decir, el hermano se casaba con alguien y tenía dos hijos, pero ¿Por qué esa mujer se quedaba calva y pálida también? Además, ¿Por qué la hermana nunca se casaba con alguien?
Con el tiempo surgieron rumores de que el hermano y hermana de cada generación se casaban entre si y tenían dos hijos, lo cual explicaba el parecido entre todos. De la misma forma que hacían algunas familias reales para mantener la línea de sangre pura, se teorizó que los Sfimermman recurrían al incesto.
Años después de la llegada de los Sfimermman a Venezuela, el padre de la familia, Jahonsen Von Sfimermman construyó una biblioteca de artículos mágicos y libros de espíritus que ha sido administrado por la familia hasta el día de hoy. Esta biblioteca se volvió popular entre magos, brujos y curiosos de todo el mundo.
Por curiosidad, un día fuí a la biblioteca, y me encontré con la hija de los Sfimmerman, Adelaida Sfimmerman. Ella estaba sentada en una silla cercana a la entrada mirando un albúm de fotos.
Al verme entrar, ella cerró el albúm y me pregunto que cosa estaba buscando, si libros, ingredientes u otra cosa. Yo le respondí que solo estaba curioseando.
Ella se volvió a sentar y siguió revisando su albúm. Pasado un rato, escuché como la madre de Adelaida, Alba la llamaba a la parte de atrás de la biblioteca.
Adelaida se levantó y dejó el albúm sobre la silla. Yo seguí viendo artículos en las vitrinas hasta que escuché un golpe sordo. El albúm se había caído abierto al suelo.
Por caballerosidad, me acerqué al albúm para volver a colocarlo en su sitio. Sin embargo las fotos que ví me desconcertaron. Eran fotos de la familia Sfimmerman en sepia; no de los que vivieron en esa época, sino de Adelaida, Alba, el padre, Jacobo y el hijo, Ulrice, la generación actual.
Pasé el albúm unas páginas atrás y encontré fotos de las mismas personas a blanco y negro, luego estas fotos iban teniendo menor calidad hasta parecer como si fueran de las primeras fotos que existieron.
Lo curioso es que realmente todas las fotos eran iguales. Lo único que cambiaba era el lugar, la ropa y la calidad.
Estuve observando las fotos durante un buen rato hasts que escuché la voz de Adelaida a mi espalda.
—¡Ah! Recuerdo esa foto. Hizo mucho frío esa tarde en Ulm. —Dijo ella con una sonrisa. —Ya estamos por cerrar, pero si quieres puedes venir otro día para que te cuente sobre estas fotos en Alemania y España.
Impactado por sus palabras, salí de la biblioteca casi en estado de shock porque lo que Adelaida me estaba dando a entender, es que los mismos cuatro brujos Sfimmerman han estado con vida más de quinientos años.
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Daremanio
HorrorExiste todo un mundo, muy cercano al nuestro, de brujos y chamanes, que usando magia y maldiciones tergiversan las fuerzas naturales hasta el punto de poder superarlas para su propio beneficio. A continuación, yo te voy a hablar sobre ellos.