Al fin.
El doctor firmó mi acta para salir del hospital.
No era un ave enjaulada, ni un animal aún metido en el cascarón, no, pero ahora sí me sentía una mujer libre, otra vez.
Libre y distinta.
En todos los sentidos.
Ni siquiera tenía nada que recoger, todo había sido tan rápido que no tenía ninguna pertenencia mía en el hospital. Así que, irme sería aún más pronto de lo que yo creí.
Entusiasma, eufórica, emocionada, con frenesí. Como si fuera mi primer día de colegio y tuviera a penas cinco años, cuando somos inocentes y algo tan simple como ir a estudiar nos alegraba la vida.
Ahora yo parecía una niña pequeña. Estaba contenta, ya quería irme del hospital. Aunque sé que será el comienzo de algo completamente nuevo para mí, pero estoy dispuesta a afrontar mi nueva realidad.
—¡Cállate, Paige! —me gritó Maury desesperado—. Siempre has tenido ovarios de titano ¿y ahora chillas por una aguja?
Vale sí, no me gustaban. Y aunque sé que a partir de ahora tendré que hacerlo todos los días para medir el nivel de azúcar en mi sangre, es complicado, debo adaptarme y amutilar una parte de mi cuerpo con algo filoso no es uno de mis hobbies.
—¿Quieres que le diga a tu madre que vuelva? —zanjó.
—Está bien, pero suave.
—Dame tu mano —okay, volví a sentir ése miedo y cosquilleo en el estómago. Cuando me desmayé y desperté en el hospital tenía agujas traspasando medicamentos a mis venas, pero jamás lo sentí porque cuando lo hicieron estaba inconsciente.
Cerré los ojos con fuerza y sentí como Maury tomaba mi mano con delizadeza. Sabía que me dolería, que chillaría, él no es el colmo de la delizadeza, supuso que gritaría, que...
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Sus Cinco Vidas ©
Fantasy¿Qué pensarían si conocieran a alguien que no tiene una vida, sino cinco? Pues, todo en la vida de Paige era tan común, era una simple chica que estaba en segundo año de la Universidad estudiando medicina. Pero, todo comienza a dar un giro en su vid...