| C a p í t u l o T r e c e |

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Paige Lee

La semana ha sido bastante incómoda para mí, aunque hubiesen imaginado que Kayden y yo nos coquetearíamos a cada nada, hablaríamos del beso e intentaríamos pasar a la otra fase de la historia, no ha sucedido.

De hecho, no lo he visto desde el día del beso.

Supongo que ambos hemos estado ocupados, yo en mis estudios y en las dietas bastante estrictas que debo hacer por mi hiperglucemia. Él, no tengo ni idea. Nos seguimos viendo en los entrenamientos pero fuera de ahí no, sólo me ayuda con ello y luego me voy a casa para no saber más de él hasta el próximo encuentro.

Si hubiese sabido que el beso iba a generar esto lo hubiese evitado a toda costa. Sí, sé que siempre digo que me cae mal, pero lo cierto es que estaba comenzando a acostumbrarme a lo insoportable que es como ser humano.

—Busca una pluma de cuervo. —me dice Maury.

—¿Para qué mierda? —pregunto un poco desorientada.

—Para agregarla aquí —colocó la foto en el medio de la mesa y encima las cucharadas de canela.

—¿Podrías dejar de hacerle el amarre a Kayden? —En en serio, mi mejor amigo lleva casi una hora preparándolo— Es más, ¿cómo conseguiste una foto de él, maldito loco?

—Tengo buenos dotes de espía, —me responde— hace dos días lo pillé desprevenido saliendo de su local de entrenamiento y aproveché para sacarle la foto —me la puso en la cara—. ¿A que está guapo?

—Sí, lo está. Pero eres un psicópata, ¿A quién se le ocurre hacer un amarre y, para colmo, acosar a la pobre víctima?

Sonrió ampliamente —A mí, —me reí— Tranquila Pai, con este amarre tendrás a Kayden a tus pies por mucho tiempo. No me gusta el que se hayan besado y todo se quede ahí, yo quiero que folles amiga.

—Y yo quiero follar, pero no a costa de una brujería rara que solo conoces tú.

Él rodó los ojos— Bueno, está bien. Guardaré todo esto para otra ocasión.

Recogió sus cosas de encima de la mesa y caminó con ellas hacia su habitación. Me reí a carcajadas para luego levantarme de la silla con una pregunta dando vueltas en mi cabeza.

¿Debería enviarle un mensaje a Kayden?

Una parte de mí quiere, deseo saber qué tal le va todo y si aún se acuerda de nuestro beso. Otra parte, —yo le llamo la cabrona— prefiere que sea él el que se contacte conmigo. También pienso, Kayden siempre ha sido el que, de alguna forma, ha dado su brazo a torcer. Me ha invitado al cine, a comer algo y ha querido comenzar de cero. ¿Qué más da que sea yo ahora la que hable primero?

Maldita confusión.

No puedo darle rienda suelta a mis pensamientos porque siempre es peor, prefiero guiarme por mis instintos y que sea lo que Dios quiera. Al menos, estaré haciendo lo que en realidad deseo.

Mensajes de texto.

—Hola, Kayden. ¿Qué tal estás? Debes estar preguntándote ¿para qué me escribes ella ahora? Pues lo cierto es que no lo sé ni yo, solo quería saber si estás bien.

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⏰ Última actualización: May 24, 2021 ⏰

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