—¿Le habrás tocado algún tema sensible, que él intenta olvidar? —ésa es la teoría de Maury, y es bastante cierta.
Una de dos.
1: Algo le pasó a sus padres.
2: Mis bromas lo alteran.
—Puede ser pero... —pausé— Dios, ¿sabes qué? Ni siquiera deberíamos estar hablando de ésto. Kayden ni siquiera es mi amigo.
—Tienes razón, —admitió— pero esta buenísimo, ¿O me lo vas a negar?
—No claro que... —me detuve—, A día de hoy me preguntó porqué toco éstos temas contigo, Maury.
—Porque soy la única persona dispuesta a oírte.
—Éso dolió. —él no contuvo su risa burlona.
—Yo creo que él debe disculparse contigo —habló—, puede que hayas mencionado algo que no le agrade recordar, pero no tienes la culpa. No lo conoces por lo tanto no sabes nada de su vida.
—Tienes razón.
Él exhaló. —Bien, ahora señorita hay que medir su azúcar para cenar, apuesto que te mueres de hambre.
—Sí —jadeé— era doloroso ver a Kayden comerse una hamburguesa delante de mí, y yo con un pan integral y la bebida dietética de los cojones —él no contuvo la risa.
—Así será a partir de ahora, preciosa —suspiró— tocará acostumbrarse.
Me dejé caer en la cama, con toda la disposición a ser pinchada para saber mi nivel de azúcar, aunque supuse que estaba correcto porque en el día de hoy comí solo cosas saludables.
—¿Me acompañarás? —le pregunté a Maury haciendo pucheros, mi madre está sentada en el sofá a mi lado y no pudo evitar sonreír.
—Tengo una reunión con mi jefe, Pai —suspiré.
—Éso quiere decir que debo irme a pié hasta el gimnasio.
—Por supuesto que no, ya llamé a un taxi que te dejará en el gym y a tu madre en su casa.
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Sus Cinco Vidas ©
Fantasy¿Qué pensarían si conocieran a alguien que no tiene una vida, sino cinco? Pues, todo en la vida de Paige era tan común, era una simple chica que estaba en segundo año de la Universidad estudiando medicina. Pero, todo comienza a dar un giro en su vid...