Veo con dificultad las casas pasar rápido desde la ventanilla del auto de Kayden.
Con dificultad porque todo mi cabello se mueve por el aire y yo ni me inmuto en apartarlo de mis ojos.
No sé cómo pasé de odiar a un ser que me provocó una caída demasiado fuerte en uno de los peores días de mi vida a, prácticamente, ser amigos. Subirme en su coche y contarle cosas sobre mi vida.
Supongo que ése es el efecto que tiene él. Puede alterar cada uno de tus sentidos, pero pese a eso, las ganas de conocerlo y saber más no desaparecen, siguen presentes porque no revela nada de su vida.
—¿Te sigo cayendo mal luego de que te he salvado el culo? —interrogó él, captando mi atención.
—¿Y a qué hora lo hiciste? Porque nadie me avisó.
—Hace unos minutos, casi te cae una silla en la cabeza y como eres de pocos reflejos y escasa de cerebro, tuve que sacarte —rodé los ojos— También cuando Maury no pudo pasar por ti, al ayudarte con los entrenamientos porque no tienes idea de lo intenso que se pone Maxis —pausó— Y ahora te estoy llevando a casa, cuando pude haber cedido a tu berrinche y dejar que fueras sola.
—¿Gracias, unas reverencias o te preparo el desayuno? —pausé— Sí me has ayudado, pero el que no respondas nada de lo que te pregunto con coherencia, te resta muchos puntos Furia Inmortal.
—No me llames así —zanjó.
—¿Qué tiene? Es tu apodo de lucha.
—Simplemente no lo digas —espetó—. Ya a lo mencionaste, es mi apodo solamente en el ring porque ahí descargo mi furia, en todos los demás lugares soy Kayden Stone ¿De acuerdo?
—No —respondí.
—A la mierda contigo, Paige —me reí sin poder evitarlo— ¿Qué es lo que te hace gracia ahora?
—Muy irritante y todo pero tú paciencia es corta —carcajeé.
—No es eso, es que tienes la jodida habilidad de provocar en la gente ganas de suicidio.
—¿Y por qué no te matas de una vez?
—Porque reviviría —rodó los ojos.
Ya quisiera, tal cosa es imposible y el mundo no lo traería una vez más para joderle la existencia a alguien.
—Kayden y el humor que solo él entiende —musito.
—¿Y si dejamos de hablar de lo mucho que ambos nos odiamos y me dices si aceptas ir conmigo mañana al especial de películas de terror en el cine?
Me da el paro cardíaco y no sé ni porqué. ¿Ven? A ésto me refiero, la amistad que ambos tenemos es una montaña rusa de bipolaridad.
—Oh, yo y el terror somos malos amigos. —fué lo único que pude responderle.
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Sus Cinco Vidas ©
Fantasy¿Qué pensarían si conocieran a alguien que no tiene una vida, sino cinco? Pues, todo en la vida de Paige era tan común, era una simple chica que estaba en segundo año de la Universidad estudiando medicina. Pero, todo comienza a dar un giro en su vid...