El cine. Parte 2
Atractivo.
Es la palabra que más combina con Kayden Stone. Él es versátil, con un aura sarcástica e irónica, inteligente, insoportable y su físico es una de las cosas más pegadas a la perfección que existe en el mundo.
Más allá de todo, me siento segura a su lado. Puede parecer ridículo de mi parte o hasta cursi, pero es lo que siento al estar en el mismo lugar de él. Pese a los enojos, a mis ataques de estrés y la forma tan superada en la que me suele hablar.
Me siento bien a su lado, punto final.
No me gusta, él me provoca una mezcla de estrés, curiosidad y agrado.
—¿Podrías abrir los ojos y ver la película? —preguntó él. Y bien, es la tercera película y ya ni entiendo una mierda de lo que sucede «tampoco quiero saber»—, ni siquiera esta pasando algo que dé miedo.
—No confío en tí.
—Eso dolió. —me reí.
Abrí los ojos lentamente. La escena es tranquila, no se vé nada anormal hasta el momento.
—¡Joder! —exclamé al ver la cara de It aparecer en la pantalla— ¡Quiero llorar!
—No dramatices, Paige, es solo un payaso.
—Oh, un payaso con cara diabolica y sonrisa aterradora, —me crucé de brazos— Ya no quiero estar aquí.
—Estás exagerando...
—No, he dicho que no quiero, —lo miré— Tengo miedo, y sí, puede que sea una cobarde de mierda, pero luego no podré dormir en una semana —él intentó decir algo pero yo me adelanté— Vámonos.
—¿A dónde? —preguntó confundido.
—Ni idea, solo vámonos del cine, por favor. He gritado lo suficiente por hoy.
—Está bien, de todos modos ya me duele el culo. —no pude evitar reírme y me puse de pié a la misma vez que él.
Olvidemos la parte en la que la gente nos gritó que no podían ver bien por nuestra interrupción, tampoco mencionemos las veces que Kayden tropezó con los asientos por girarse a buscarme, según él, estoy loca y puedo terminar golpeando a alguien en una mala reacción.
Yo sigo con mi Fanta en la mano hasta que salimos del cine finalmente, sin rumbo alguno, comenzamos a caminar. Como si yo lo siguiera a él y él a mí, y en conclusión no tenemos ni puta idea de a dónde vamos.
—¿Te gusta el chocolate? —le pregunté, para sacar algún tema de conversación.
—No.
Casi escupo la maldita Fanta.
—¿Qué? Repítelo. —él se rió.
—Que no me gusta el chocolate, de hecho, me desagrada. —escupí más Fanta.
—¿Acaso tú eres normal, Kayden Stone? ¡El chocolate es la mayor delicia del mundo! Uno de los mejores placeres, comerlo es como dar una mordida directa al paraíso —me detuve— No, aún mejor, es como llegar al cielo por unos segundos y descender cuendo lo tragas. Es como... —él me interrumpió.
—Paige por favor, —ríe descontroladamente— Es chocolate, no el Harry Stiles que tiene a todas las mujeres locas.
Me reí.
—Pero, ¿cómo no puede gustarte?
—¿Hay alguna ley que diga que a todos debe gustarnos el chocolate?
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Sus Cinco Vidas ©
Fantasy¿Qué pensarían si conocieran a alguien que no tiene una vida, sino cinco? Pues, todo en la vida de Paige era tan común, era una simple chica que estaba en segundo año de la Universidad estudiando medicina. Pero, todo comienza a dar un giro en su vid...