XXVII

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No todo en la vida era de color rosa pastel y él lo había aprendido desde muy pequeño. Si quieres algo debes esforzarte y ganarlo de alguna manera, siempre y cuando sea buena y no vayas por malos pasos. Su padre siempre lo había dicho. Jeon WonWoo era su nombre, el cual justo ahora leía en aquella lápida. Porque si, el apellido venía por parte de su padre omega, no del alfa. Podía ser que su padre fuera Kim DongJun, pero por más que él y Somin quisieran verlo como tal, no podían. 

Había pasado una semana desde que escuchó a Somin llorando en su habitación mientras pensaba que estaba dormido. Una semana desde que había visto una sonrisa cálida de su preciado papá. Una semana desde que habían peleado su hermana y su padre. Una semana que no sabía que era la última en la que su padre omega estaría con vida. 

— Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos, pero no pudimos hacer nada. 

Recordaba aquellas palabras como si se las hubieran dicho en aquel momento y no hace dos días. 

— Le dije que debía venir, pero nunca me hizo caso. 

Hizo las manos puños, apretándolos a la par que cerraba los ojos y apretaba los párpados, sintiendo las lágrimas resbalarle por las mejillas. Sollozó. 

Ese mal nacido había marcado a una omega muchísimo más joven que él, que su papá. No se había preocupado siquiera por la salud de quien había sido su pareja durante años. Había mentido frente a los médicos con tal de no ir preso. 

— ¡Cabrón de mierda! 

Recordaba el grito de su hermana y el como se le había tirado encima cuando estuvieron en casa, cuando se enteró de lo sucedido. Recordaba los golpes y la sangre, el como tuvo que meterse a la pelea para evitar que mataran a su hermana, como había terminado derribado y teniendo que llevar un incómodo collarín durante dos semanas. Eso no le importaba, pues había logrado evitar que Somin muriera en aquella pelea, ahora estaba estable. Inconsciente, pero estable a fin de cuentas. 

Se permitió llorar todo lo que no sabía que había retenido durante años, gritando y maldiciendo a DongJun por lo que había provocado. Si realmente hubiera querido ayudar a su padre no lo hubiera mantenido encerrado en casa mientras moría de depresión y por el dolor de una unión rota. Si de verdad le había amado tanto como lo dijo no lo hubiera dejado morir, ni siquiera lo hubiera marcado. Pero, claro, el hubiera no existe. 

— Kookie, debemos volver al hospital, los doctores dijeron que Somin puede despertar en cualquier momento. 

La voz suave de su alfa le ayudaba un poco a tranquilizarse, pero solo un poco. 

Se levantó de manera lenta, pues había terminado de rodillas frente a la tumba. Suspiró y dio media vuelta sin siquiera preocuparse por limpiarse las lágrimas, sabía que se la pasaría llorando durante varias horas, quizá durante varios días. 

Yoongi no dijo nada, solo extendió los brazos para que Jungkook se metiera entre éstos mismos para después envolverlo en un cálido abrazo. 

— No debía, hyung... 

Se escondió lo más que pudo en su pecho, rompiendo en llanto nuevamente sin dar indicios de que en algún momento se detendría. No hicieron falta palabras. Solo necesitaba que alguien lo abrazara y le dejara desahogarse hasta volver a quedarse dormido y le despertara cuando comenzara a llorar por las pesadillas o cuando lloraba sin darse cuenta. 

A veces se preguntaba lo que había hecho en su vida pasada para merecer cosas como esas en su actual vida. ¿Tanto daño había causado? No lo sabía, pero quería hacerlo, aunque no en ese momento. 

He Is Mine [YK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora