II

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Lanzó las llaves a la mesa, suspirando y frotando su rostro. Había tenido un día bastante pesado, sobre todo por ese idiota omega en celo. Agradecía internamente que la enfermera se fuera tarde, de lo contrario habría estado en graves problemas.

Se preguntarán, ¿qué pasó? Pues bien, déjenme contarles.

YoonGi había comenzado a entrar en pánico. Era cierto y bien sabido que el alfa era muy tranquilo, y tenía demasiada paciencia, pero los gemidos y suplicas de aquel chico por ser tomado por él lo habían llevado al borde de su paciencia, haciéndolo entrar en pánico. Retrocedió unos pasos cuando el omega se levantó de su lugar con claras intenciones de hacer algo con el rubio, y no precisamente algo amistoso.

Al ver que el menor no tenía intenciones de detenerse soltó un grito muy poco masculino y dio un salto, casi cayéndose de la silla por el movimiento tan brusco. Miró al chico, escuchándolo emitir un sonido parecido a un ronroneo mientras jugueteaba un poco con el filo de su camisa, viéndose inocente y un poco tierno, muy distinto a lo de hace unos segundos. ¿Tendrá doble personalidad? Se preguntó internamente, riendo y negando ante su idea.

Un nuevo gemido lo despertó de su pequeña ensoñación, recordándole en la situación que se encontraba. Al sentir como habían rozado su pierna, terminó por caerse de espalda al piso, gateando y saliendo a toda prisa, escapando de aquel lugar, y cerrando la puerta detrás suyo. Respiró agitado mientras pensaba en que hacer, eso... Hasta que vio a aquella chica: Kim Jennie, y con ello también vio la “salvación” a su problema.

Corrió hacia la omega, gritando su nombre para llamar su atención, cuando la tuvo le contó sobre el chico en celo dentro del aula de detención. La castaña parecía estar tranquila, pero por dentro estaba con los nervios de punta. Si bien era cierto, esa chica era un año menor que YoonGi y estudiaba en ese mismo instituto, pero sabía bastante de enfermería; todo gracias a su padre, quién es doctor de medio tiempo en la institución, dejándole el resto del trabajo a su hija después de sus clases.

Llegaron al aula y el aroma fuerte a celo del omega ahí adentro inundó las fosas nasales de ambos. Jennie suspiró y abrió la puerta, tirando del mayor y metiéndolo junto con ella al lugar.

JungKook se abalanzó sobre Min, restregándose en el cuerpo del más viejo. YoonGi sentía que se moriría en algún momento, no sólo por como se restregaba el azabache en su cuerpo, sino porque parecía estar "marcando territorio" para que la otra omega se alejara de quien en ese momento consideraba como su alfa.

YoonGi miró a la chica sin saber que hacer, rogando por su ayuda con la mirada. Jennie rió por la mirada que le dedicó el chico, acercándose de manera lenta a donde estaban ambos.

— Necesito que lo acaricies.

Aquellas palabras crearon un fuerte impacto en el rubio, por lo que Kim volvió a reír.

— No de esa manera, chico pervertido.– le dedicó una mirada acusadora.— Acaricia su espalda, su cabello, ¡oh! Y necesito que lo cargues hasta la enfermería.

— ¿Porqué debo hacer eso?

— No deja que me acerque, no dejará que te vayas, y tú aroma lo calma.– suspiró.— Lo he dicho miles de veces, mientras más calmado esté, es mejor para poderle dar los suspresores y llevarlo a casa.

YoonGi asintió un poco dudoso y cargó al omega en brazos, quien aprovechó la oportunidad y escondió su rostro en la curvatura del cuello del pálido. Min suspiró, queriendo ignorar el hecho de que el pantalón del menor se sentía demasiado húmedo gracias a sus fluidos y el orgasmo que había tenido cuando lo despertó hace varios minutos atrás, y comenzó a acariciar su espalda de manera lenta.

He Is Mine [YK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora