He Is Mine [YK]

XXVIII

Corrió por los pasillos, resbalando en varias ocasiones mientras intentaba acomodarse la corbata y llegar al auditorio en donde se estaba llevando a cabo la graduación.

Suspiró al estar de frente a la puerta y la abrió despacio, entre más desapercibido pasara mejor. Buscó su asiento y fue hacia él al encontrarlo, por suerte aún no los llamaban para que pasaran por sus certificados o diplomas.

Escuchó todas y cada una de las palabras por parte de la directora. Estaba ansioso y feliz. Por fin había terminado el instituto y estaba en espera de ser aceptado en la universidad. Los seis meses se habían pasado más rápido de lo que pudiera contarlos. 

Su papá no estaba, pero había sabido llevar su muerte junto a su hermana y amigos, eso sin excluir a su novio por supuesto.

No sabía absolutamente nada de su padre y lo agradecía como nunca lo habría imaginado. Esperaba paciente a que la justicia y el karma hicieran lo suyo, él debía seguir con su vida sin temor a nada.

Buscó con la mirada a su pareja, a su cuñada y a su hermana, sonriendo al encontrarlos. Se giró un poco para ver a su mejor amigo, quien le saludó con la mano, y volvió a girarse hacia enfrente.

Nunca creyó que cuando ese día llegara estaría así de feliz. Siempre tuvo miedo de que su padre le obligara a estudiar algo que él no quería, o que no quisiera pagarle la universidad, pero ya no debía preocuparse por eso. Ni por eso ni por nada que tuviera que ver con él.

Los alumnos comenzaron a pasar de uno por uno por sus certificados. Sentía las manos sudando y, de pronto, un cosquilleo en la marca le hizo saber que su alfa le animaba desde su lugar. Sonrió con seguridad y se levantó cuando fue llamado, un par de minutos después volvió a su lugar. Aplaudió con fuerza cuando Jimin pasó al frente y corrió a donde su pequeña familia cuando la ceremonia terminó.

Abrazó primero a su hermana, luego a Jiwoo y al final al amor de su vida.

— Muchas felicidades, mi amor— un beso en la mejilla—, estoy muy orgulloso de ti.

Y, de pronto, su rostro fue llenado por besos hasta que llegó a sus labios. Tomó al mayor por las mejillas y profundizó lo más que pudo sin llegar a lo sexual, no aún.

Se separaron con un chasquido y la respiración agitada. Últimamente adoraban robarse el aire de aquella manera.

— Ve a hacer lo que haga falta para poder irnos, Kook, tengo hambre.

Miró a su hermana y el puchero que hacían ella y Jiwoo. Si no las conociera pensaría que son una linda pareja de omegas, a veces su hermana lo parecía. Rió.

— Ya está todo hecho, solo debo ir por mi mochila al salón y podemos irnos.

Las dos asintieron y él emprendió su camino al aula. Esa misma noche sería la fiesta que el instituto hacía para los graduados. Sería la última vez que estaría en ese lugar, al menos como estudiante.

Sintió un par de brazos rodeando su cintura y sonrió, acariciando las manos del hombre que le abrazaba. Caminaron así hasta que llegaron a su destino y, cuando se iba a colgar la mochila en el hombro le fue arrebatada con suavidad.

Miró por encima de su hombro, curioso, al querer saber la razón y recibiendo una sonrisa como respuesta.

Se giró entre los brazos de Yoongi y puso las manos sobre su pecho.

— ¿Qué es lo que planeas, gatito?

Min arqueó una ceja. Jungkook llevaba mes y medio llamándolo de aquella manera y, la mayoría de veces, habían terminado haciéndolo en donde sea que estuvieran. Esa no sería la excepción.