16. Niños

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El akumatizado de aquel día fue una profesora de infantil que se había enfadado al pensar que su jefe quería despedida. Los héroes la derrotaron con facilidad, necesitando apenas una cuerda con la que retenerle las manos para quitarle al akuma. Descubrieron después que lo que le estaban preparando no era un despido, sino una fiesta sorpresa, a la que además fueron invitados sin que les permitieran negarse.

–¿Alguna vez has pensado en tener hijos? –Preguntó Chat, que se había planteado la cuestión desde que habían entrado en aquella escuela.

Estaban en el cuarto de baño de los profesores, cada uno en un cubículo diferente para no ver sus identidades. No era el lugar más agradable para tener la conversación, pero no tendría otro hasta el próximo akuma.

–Sí, lo he pensado... Si nuestro trabajo no lo impide, quiero tener tres.

–De acuerdo, yo también tendré tres– Respondió el chico, suspirando de alegría de solo imaginarlo.

–¿De verdad? No pensé que fueras un chico familiar.

"Si tan solo supieras..." Pensó Chat, algo triste. Podía tener muchas metas en la vida, pero su sueño, su verdadero sueño, era tener una familia como la que no tenía en casa por culpa de los desaires de su padre. Aquí que sí, planeaba tener tres niños y darles todo el amor que él no había recibido.

–Te sorprendería conocerme realmente, mi lady– Bromeó–¿Y ya has pensado en nombres? Pareces muy segura de tus planes.

–Emma, Louis y Hugo– Respondió sin dudar.

–¡Qué casualidad! Los míos también se llamarán así.

En su cubículo, Ladybug frunció el ceño.

–Yo elegí los nombres primero– Se quejó –¿Es que vas a copiarme en todo?

–Para nada, solo me adapto a tus planes.

–Chat... –Comenzó a regañar al comprender por dónde iban sus intenciones.

–Ya, ya sé que no estás enamorada de mí, lo tengo asumido. Pero sé que tú y yo estaremos juntos. Algún día tus ojos me mirarán de otra manera. Así que continuaré con mi vida hasta que llegue ese momento, mi lady. Y entonces seré el hombre más feliz del mundo.

Ladybug se quedó callada un rato. Él esperaba la regañina que le caería por semejante insinuación, pero en lugar de eso recibió una respuesta que no esperaba.

–¿Te parece que este es el lugar adecuado para lanzarme esa proposición, Chat Noir?

Comenzó a reír sin querer. Cierto, no era el lugar, pero ella no le permitía hablar de eso en otras situaciones. Al instante escuchó como la chica volvía a transformarse y salía del cubículo. Hizo lo mismo, aprovechando que Plagg ya se había acabado el queso.

–No te has negado a ella, de todas formas– Se encogió de hombros. Estaba satisfecho.

–Chat, yo no...

Antes de que continuara hablando le tapó la boca con la mano.

–No digas nada, no era una proposición. Yo siento que estamos destinados a estar juntos. No ahora, puede que no en pocos años, pero no puedo cambiar lo que dice mi corazón– Apartó la mano una vez comprendió que ella no iba a quejarse más –Y ahora, mi lady, una fiesta de niños nos espera.

Ladybug asintió en silencio, intentando ignorar que una parte de sí misma aún seguía estremeciéndose por haberse planteado la cuestión por unos pocos segundos.

Reto 30 Días - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora