7. Utilidad

317 40 2
                                    

Ser de utilidad como Cat Noir era fácil, pero ser de utilidad como él mismo era más complicado. Ya había intentado ayudar a Ladybug una vez convirtiéndose en Aspik, y había sido un completo desastre. Y siempre le estorbaba en las misiones en las que se encontraba con su yo civil.

Por eso aquel día, cuando Ladybug lo despertó de su sueño para pedirle ayuda, Adrien se tensó. Su primer pensamiento fue que quizá hubiera un Akuma cerca, pero no tenía sentido que ella lo buscara a él. Y su segundo pensamiento, el que no le dejó respirar tranquilo por uno segundos, era que tenía a Ladybug en su habitación. ¡En su habitación! ¡Había despertado con el rostro de su lady frente a él!

Fue entonces cuando se obligó a reaccionar y ella le explicó lo que pasaba.

–¿Me estás escuchando, Adrien? –Insistió la chica en vista de que no estaba recibiendo atención.

Volvió a la realidad de inmediato. Ella tenía el poder de descontrolar su mente y sus emociones, pero no podía permitirse distraerse si quería ser de utilidad en algo.

–Si, si.... Estabas hablando de Chloe.

–Solo el día de ayer hubo cuatro akumatizados por su culpa, y si cuento los de la semana entera suman más de diez. He intentado hablar con ella pero no me escucha. Estoy cansada, Adrien, y Cat también aunque se haga el duro. No te lo pido como Ladybug, te lo pido como una amiga, tienes que hablar con Chloe, por favor. Sé que te escuchará –Suplicó.

Sí, Adrien podía asegurar que también se encontraba cansado. Parecía que Chloe, en venganza contra Ladybug, estaba siendo más cruel y dura de lo normal para alentar los sentimientos negativos de las personas y que fueran akumatizados. Y sí, había intentado hablar con ella, pero había sido como hablarle a las piedras. Lo había intentado por las buenas muchas veces, pero tocaba armarse de valor y pararle los pies como debía haber hecho mucho tiempo atrás.

–No sé cuánto pueda aguantar así. Apenas duermo por temor a que aparezca otro– Confesó con la mirada cargada de pena.

Adrien no se había dado cuenta hasta ese momento porque Ladybug disimulaba muy bien, pero no había que ser un genio para ver lo afectada que estaba.

Casi por instinto la tomó de la mano para darle algo de consuelo, algo que Ladybug respondió envolviéndolo en un fuerte abrazo. Se mantuvieron así un rato, Adrien dándole ligeras caricias en la espalda y ella desahogándose contra su hombro. Después se separaron con algo de vergüenza.

–Por favor, no le digas a Cat Noir nada de esto, no quiero que sepa lo mal que estoy.

–Tranquila, mila...Ladybug– Le acarició el hombro con cuidado –Hablaré con Chloe.

Adrien se preparó para cumplir su promesa al día siguiente, aunque desgraciadamente Chloe no se lo puso fácil, interrumpiéndolo con los cariñitos que él no había pedido o huyendo cuando reconducía el tema. La gota que colmó el vaso llegó a última hora, cuando Chloe comenzó a insultar a Marinette para alterarla. Pero la sorpresa no fue esa, sino que la propia Marinette cayera en sus provocaciones.

Adrien se vio obligado a detenerla antes de que, completamente enfurecida, se acercara de manera violenta a Chloe.

Fue entonces cuando vio sus ojeras y su aspecto cansado, como si no hubiera estado durmiendo bien. También parecía irritada y molesta por su interrupción, aunque tenía que entenderlo, no podía permitir que la expulsaran por culpa de la rubia o peor, que fuera akumatizada.

–Marinette, controla tus emociones –Pidió –No vale la pena. No dejes que te ganen las emociones negativas.

Sus palabras por fin consiguieron que la muchacha entrara en razón. Al ser consciente de la posición en la que estaban Marinette soltó un grito ahogado y se echó para atrás, nerviosa.

–Lo siento– Susurró Marinette volviendo a su asiento.

–Chloe, ¿podemos hablar un momento antes de que venga el profesor? –Pidió Adrien con voz grave. Estaba enfadado como nunca antes, Chloe ya no sólo había afectado a Ladybug con su actitud infantil, sino también a Marinette. Y no iba a tolerarlo.

Salieron al pasillo y se apartaron un poco de la puerta para evitar que nadie los espiara.

–¿Qué pasa, Adriencin?– Preguntó la chica con voz melosa.

–Quiero pedirte que pares lo que estás haciendo. Las akumatizaciones no son un juego ni deberían ser un instrumento de venganza.

–No tengo ni idea de lo que me estás hablando– Rio mientras se apartaba con rapidez para regresar a la clase.

Pero esta vez Adrien se lo impidió, reteniéndola de un brazo.

–Sabes tan bien como yo de lo que estoy hablando. Eres mi amiga y siempre te he defendido, pero has sobrepasado el límite. Estás poniendo la vida de personas en peligro y eso no lo haría la Chloe que conozco.

–Qué ridículo, Adriencin, no tengo la culpa de que las personas no controlen sus emociones.

–¡Los últimos akumatizados han sido personas cercanas a tu círculo, Chloe!– Estalló. Le soltó el brazo y comenzó a acariciarse las sienes con desesperación –Tu madre, tu padre, Sabrina, tu cantante favorito, tu cocinero... ¡Y hasta tu peluquera!

–Le grité porque me casi me destroza el pelo– Se excusó, rodando los ojos. Aunque Adrien sabía que era mentira, la propia peluquera les había explicado a Cat Noir y Ladybug que Chloe la había amenazado con expulsarla de París sin motivo alguno –Adriencin, me estás acusando sin pruebas.

–¿Te das cuenta de que algún día Cat Noir y Ladybug se cansarán de la situación y no podrán salvarnos? ¿Y qué haremos entonces...?

Pero Chloe no se mostró preocupada ni lo más mínimo. Es más, parecía conforme con ello. Y entonces algo hizo clic en la mente de Adrien. Chloe no quería vengarse, estaba causando toda esa situación para que los héroes de París perdieran y quizá... que más héroes como Queen Bee fueran necesarios.

–Si no pueden salvar París que pidan ayuda a otros– Refutó la rubia.

–Así que esta es tu manera de llamar la atención de Ladybyg– Susurró al comprenderlo todo.

–¡Yo no quiero llamar la atención de esa tonta y ridícula!– Gritó enfadada –¡Si no puede salvar París es que no es tan buena como todos pensáis!

–Las cosas no funcionan así, el mundo no gira en torno a ti. Pero hasta que lo comprendas lo mejor será que no volvamos a hablar– Dijo con dolor. Chloe era su amiga, siempre lo había sido, pero ya no podía más –No quiero ser amigo de alguien que ayuda a un villano en su propio beneficio.

Los ojos de Chloe se tornaron vidriosos como si estuviera a punto de llorar, pero Adrien la ignoró. Lo más probable era que solo estuviera actuando como siempre. Él no quería pensar que los demás tenían razón cuando decían que Chloe era un monstruo, la apreciaba, pero sin duda sus actos no la dejaban bien parada.

–¿Adriencin?– Trató de tomarlo del brazo pero él se apartó con brusquedad –¿Qué estás insinuando?

–Me llamo Adrien. Y digo que esto se termina aquí– Dijo cerrando los ojos para no mirarla –Prefiero quedarme con la amiga que me apoyaba cuando era un niño, no en lo que te has convertido ahora. Sé que dentro de ti hay un corazón, pero hasta que lo descubras yo no puedo hacer nada por ayudarte.

Y sin más Adrien entró a la clase, dejando a una confundida Chloe en los pasillos.

Se sentía feliz por haber sido de utilidad para Ladybug, pero no había actuado así por ella, sino por sí mismo. No podía permitir que la negatividad de Chloe continuara contaminándolo a él y a la cuidad, y si la única manera de frenarla era cortando su amistad entonces tendría que hacerlo por mucho que le doliera.

Sabía que a raíz de ese punto podían pasar dos cosas: o Chloe se enfadaba más aun y la situación empeoraba, o se daba cuenta de lo mal que había sido su actitud durante todo ese tiempo y pedía disculpas.

Para alegría de los héroes, esa noche no hubo ningún akuma.

🐝🐍🐝🐍🐝🐍🐝🐍🐝

Mañana no podré subir nada así que posiblemente hoy tengáis dos capítulos. O pasado mañana, según me de tiempo.

El siguiente que viene: Capricho.

Reto 30 Días - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora