25. Familia

292 37 7
                                    

Decir que Ladybug se enfadó cuando vio a Plagg en lugar de Tikki sería quedarse corto.

Después de explicarle lo que sucedía el kwami tuvo que soportar su regaño, parecido al que solía dedicarle a Chat Noir cada vez que pretendía coquetear con ella, pero con más gritos. Por suerte para Plagg el enfado no era por él, sino por Tikki. Se daba cuenta de que la guardiana no estaba realmente tan mal como Tikki había dicho, pero su malhumor si era preocupante.

—Lo siento, Plagg, pero esta ha sido una irresponsabilidad muy grande. ¿Qué ha dicho Adr... tu portador?— No quería tener confirmación de la identidad de su gatito por Plagg.

—Le hemos dicho que querías hablar conmigo...

—¿Te das cuenta de que se supone que vosotros sois los responsables? ¿Y encima le habéis mentido a Chat?

—Yo solo he sido una víctima más en el plan de Tikki, ella es la mala— Se excusó en un intento de no recibir más gritos—En su defensa, solo se preocupaba por ti. Dijo que yo podría protegerte en caso de que un akuma te atacara. Aunque nunca he destrozado ninguno, ni siquiera sé si es posible.

Marinette se tumbó en la cama y cerró los ojos. Había estado mal por la ruptura, pero con las emociones lo suficientemente controladas como para evitar una akumatización. ¿Por qué Tikki había hecho eso?

—Solo espero que no haya un akuma antes de volver a cambiar los prodigios... —Suspiró con resignación— En fin, ya no importa mucho. ¿Te apetece hacer galletas? No tengo ganas de seguir enfadada, no tienes la culpa.

—¿Galletas? —Los ojos del kwami se iluminaron —Me parece una gran idea.

—¿Sabes cocinar?

—No, pero sé comer.

La chica soltó una carcajada sin poder evitarlo.

A pesar de ser un glotón Plagg se portó bien mientras preparaban los dulces, aunque Marinette lo descubrió de vez en cuando lamiendo sus patas para saborear la masa que se le había quedado en ellas. Cuando las galletas estuvieron listas permitió que el kwami se comiera la mayoría, ya que ni siquiera tenía hambre, solo lo había sugerido por tener algo en lo que ocuparse.

Extrañaba a Tikki, que ya se había convertido prácticamente en miembro de su familia, pero debía reconocer que la compañía de Plagg era agradable. En cierto modo el kwami le recordaba a Chat, siempre bromeando para intentar animar el ambiente.

Llevaba un tiempo sospechando de la identidad de su amigo, las pistas eran demasiado claras. Desde las fotos retocadas hasta aquel momento en que Adrien sin querer la llamó "milady" con el tono bromista que sólo sabía poner Chat Noir. También estaba el extraño caso de un fantasma que le rondaba en el trabajo... Y que nunca los hubiera visto juntos. De hecho, siempre que se encontraba con Adrien, Chat Noir tardaba sospechosamente en aparecer. ¿Cómo podía no haberlo visto antes?

Antes de que pudiera continuar divagando le llegó el aviso de un akuma, para seguir aumentando su mala suerte. Se transformó y salió de inmediato hasta llegar al lugar de donde había recibido la señal, el puente Bercy. Misterbug ya estaba allí, lanzando su yoyó torpemente para defenderse.

El akumatizado era una mujer con traje de tigre y la cara pintada a rayas rojas y negras. También tenía unas extrañas orejas puntiagudas saliéndole del cabello y unas garras afiladas en sus manos y pies.

Viendo que estaba en problemas LadyNoire alargó el bastón para empujar a su compañero del camino de las garras. Lo agarró en brazos antes de que impactara contra el hormigón del puente.

–¿Haciendo amigos felinos, bichito?– Bromeó.

–Muy graciosa, gatita. Estoy genial, por cierto, aunque agradecería que no me hubieras robado al kwami, me sienta mejor el negro.

Reto 30 Días - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora