14. Cabra

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Ladybug confiaba plenamente en Chat Noir, nunca había estado tan segura de algo en la vida. Quería a su compañero, quizá más de lo que debería, y sabía que sería un buen sucesor si a ella le pasaba algo. Pero Chat había cometido un crimen al ofender severamente a Ziggy, el kwami de la cabra, y eso merecía un castigo.

–¿De verdad es necesario hacer un examen?– Se quejó el chico mientras leía la hoja que tenía en sus manos y se preguntaba en qué dichoso momento le había parecido buena idea querer saber más de los kwamis –¿En qué año Ziggy se enfrentó a una araña para salvar al hijo de su portador? ¿En serio quieres que responda esta pregunta?

Cuando su amiga lo citó en aquella terraza para hablar de algo serio Chat Noir no se imaginó ni por un segundo que se tratara de aquello. ¡Él no tenía la culpa de haberse quedado dormido mientras Ziggy se presentaba! El kwami había pasado más de veinte minutos hablándole de sus poderes, para después, cuando Chat por fin pensó que iba a terminar, pasar a hablarle de sus aventuras con diferentes portadores a lo largo de los siglos. Ziggy se había ofendido al verlo prácticamente dormido, y Ladybug había demostrado su enfado de esa manera.

–Si no te hubieras quedado dormido cuando Ziggy te lo contó ahora lo sabrías– Se encogió de hombros.

A su lado, el kwami de la cabra hizo un sonido de afirmación. La muchacha le acarició los cuernos de la cabeza con cariño.

Chat farfulló algo por lo bajo que ni su amiga ni el kwami terminaron de entender. 

Continuó leyendo el examen, del que apenas sabía responder un par de preguntas, ¿Cuándo nació Ziggy? Esa la sabía, era la misma fecha que Plagg. ¿Cuál era su comida favorita? Respondió que el pasto, asumiendo que era lo que le gustaba a las cabras.

–Que sepas que mi comida favorita es el pescado– Respondió el kwami al ver la respuesta, volviendo a indignarse.

Eso solo logró que Ladybug le lanzara otra mirada enfadada.

Ignorando su mirada molesta Chat continuó leyendo el resto del examen. Se saltó varias preguntas en el proceso, incapaz de darles respuesta, y por fin llegó a la última. Se sorprendió al ver que esta tenía varias opciones.

¿Qué es lo que Ziggy desea con más fervor? A) Un humano que sepa escuchar; B) Un portador que no se canse de tenerlo, C) Un portador que no le obligue a estar callado en todo momento y D) Todas son correctas.

Adrien se quedó callado un segundo mientras seleccionaba la D. Ni el kwami ni Ladybug dijeron nada, esperando que después de haberlo entendido fuera él mismo quien se disculpara. 

A menudo se le olvidaba que los kwamis eran pequeños seres con sentimientos y debilidades. Y sin duda había ofendido a uno que solo se había emocionado ante la perspectiva de que alguien, quizá como pocas veces le pasaba, le escuchara.

–Lo siento, Ziggy– Dijo el chico –Perdóname por haberme quedado dormido, tus aventuras eran muy interesantes. Yo solo... estaba muy cansado aquel día. Pero lo siento de verdad.

–Ziggy se emocionó tanto que se preparó un discurso cuando supo que querías conocerle– Explicó Ladybug –No todos los portadores de los prodigios han sido agradables. Ziggy también fue utilizada para el mal hace muchos años.

–Igual que Nooroo– Respondió el chico con entendimiento.

–Espero que esté bien y que no le impidan ejercer el uso del habla– Dijo el kwami con la mirada baja.

–Te prometo que vamos a rescatar a Nooroo. ¿Vale? Sé que nos está costando un poco, pero algún día Hawk Moth caerá– Prometió con un tono de voz tan serio que Chat casi sintió lástima por el villano. Casi, ya que se merecería todo castigo que recibiera. Ladybug se giró a él entonces, con un aspecto más relajado –¿Entiendes ahora lo importante que es? Quiero eliminar cualquier secreto que haya entre nosotros, eres más que mi compañero, pero tienes que ser consciente de las responsabilidades. No puedes decir que quieres conocer a los kwamis y después quedarte dormido. ¿Cómo sabré entonces qué estás listo para cuidarlos si a mí me pasa... cualquier cosa?– Bajó la voz hasta que fue solo un susurro.

Hasta ese momento no se había cuenta de lo mucho que Ladybug apreciaba a aquellos pequeños seres, hasta el punto de que parecía una especie de madre adoptiva con ellos. Lo veía en la manera en que acariciaba a aquel kwami casi sin darse cuenta.

–Ven aquí, Ziggy– Pidió abriendo la palma de la mano para que se posara en ella –Si me cuentas esa historia de la araña te prometo que te contaré cuando tuve a dos Ladybugs a mi lado, ¡fue increíble!

El kwami miró a su guardiana antes de comenzar a hablar nuevamente, aunque con un tono mucho más contenido. Y esta vez Chat Noir se mantuvo despierto.

Reto 30 Días - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora